Capítulo 23

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⊱ Aclaraciones importantes

ㅡMinnie...

ㅡ¿Por qué? ㅡbisbiseó, sin atreverse a mirarla. ㅡ T-tú dijiste que ella no te interesaba. No lo entiendo, aunque quisiera hacerlo, n-no puedo. ㅡsu voz estaba quebrándose.

Lisa suspiró sintiéndose terriblemente mal. Siempre alegaba que no quería que nadie dañara a su prima y, al parecer, ella estaba siendo la principal causante de sus lágrimas ahora.

Se sentó al lado suyo, notando la tensión, el dolor que le estaba provocando con su cercanía y el recuerdo de haber sido vista besando a la omega de la que, actualmente, ambas sienten algo.

ㅡNi siquiera yo sé cómo pasó. ㅡmurmuró, sintiéndose una gran idiota ante su pobre respuesta.

ㅡSabes que me gusta, Lisa. Confíe en ti con respecto a mis sentimientos.

ㅡYo pude haber dicho muchas cosas, pero uno nunca sabe cuándo la situación pueda irse de control. No estaba planeado, solo sucedió...

El silencio volvió a presentarse. Minnie apretó sus manos en los codos mientras apegaba las rodillas aún más a su pecho. Como una niña pequeña perdida en la sombra de sus pensamientos, ilusiones rotas que no volverían a curarse.

ㅡTenía tantas cosas para demostrar. ¿Sabes? Idealicé momentos que jamás sucederán en mi realidad.

La mayor supo que una vez más que Minnie estaba contando una parte de ella. Por lo que simplemente calló y empezó a escucharla con atención.

ㅡSiempre intenté destacar. Ser la mejor en todo, aprender los mejores modales, ser el orgullo de mis padres. ㅡsorbió por la nariz, intentando no perder el hilo del tono de su voz. ㅡ P-pensé que eso me haría una gran alfa, alguien que pueda corresponder el amor de un ser tan noble como Jennie.

ㅡNo fue mi intención causarte este daño-

Lisa se abrumó ante tantas sensaciones negativas, esas que le torturaban diciéndole que había cometido un pésimo error. Era una encrucijada, una lucha interna. Ella no planeó nada, a Lisa no le interesaba nada más allá de su persona y familia.

ㅡPensé mucho, pero al final nada sirvió. Lo que tanto me cuesta mantener al parecer es inútil. ¿Acaso no está bien cómo soy? ¿Debería cambiar en algo? Quizás así...

ㅡNo, Minnie, saca eso de tu cabeza. ㅡdecretó firme de tan solo entender el giro del tema, más tampoco quería sonar brusca. ㅡ Tú no tienes por qué cambiar. No has hecho nada mal, solo es que... Quizás no es la omega indicada para ti.

Intentó ser sutil, no quería agravar la conversación.

ㅡ¿Y tú sí?

ㅡJamás dije eso. De hecho, creo que soy una gran estúpida por sentir algo por alguien como Jennie sabiendo perfectamente la clase de persona que me define. ㅡresopló, ser consciente de la realidad que la rodeaba no sonaba bien. ㅡ No es culpa de nadie, Minnie.

ㅡ¿En verdad la quieres?

Lisa tragó saliva, sus manos se removieron algo inquietas ante la pregunta repentina. La imagen adorable de hace horas atrás cuando la omega discutía queriendo ganar siempre. El recuerdo de la textura fina de aquellos labios contra los suyos. El dulce aroma que la envuelve, que le roba suspiros. La atracción y el interés que la lleva como una viajera perdida a un cristalino y puro oasis en busca de salvación, de seguir viviendo.

¿La quería?

Sí. Quizás esa palabra quedaba realmente corta ante el libro que se iba escribiendo sobre sus sentimientos y cada vez se expandía más y más.

ㅡCreo que tampoco te harías una menuda idea, Nicha.

Optó por decir algo corto. Contar lo que le sucede y lo que siente, nunca se le ha sido algo fácil en la vida. Sin embargo, la azabache no necesitaba de muchas explicaciones. No cuando observaba la mirada perdida de Lisa, con un ligero rubor en esas mejillas que nunca creyó que pudieran reaccionar así. Jamás la había visto así por alguien y, comprendía cómo podría estar ahora porque Jennie también le hacía sentir lo mismo. A diferencia clara que ella no tenía ni la más pequeña oportunidad.

Debería envidiar a Lisa, querer estar en su lugar por el hecho de haber logrado algo que ella no pudo ni nunca podrá. ¿Quién lo diría? Minnie no era fanática de las malas actitudes de su prima y nunca planteó seguirle el paso. No obstante, ahora parecía todo lo contrario.

ㅡSolo promete algo, Lisa.

La mencionada recobró cierto sentido, asintiendo levemente mientras ambas conectaban miradas.

ㅡProméteme que la cuidarás, dime que no le harás daño.

Para este punto más alto de la pirámide de emociones. Los ojos de Minnie se cristalizaron, la primera gota salada se deslizó por su mejilla con lenta tortuosidad.

Y apesar que le dolía en el alma y el corazón. Minnie sabía que lo estaba haciendo bien. Porque quería a Jennie, pero no podía imaginar un futuro junto a ella cuando en su presente solo era una amiga más, una hermana menor que la omega adoraba abrazar. Ponerse una venda y taparse los oídos para vivir en una mentira sería seguir incrementando el malestar, sostener la ferviente pena de insistir en algo que no tiene fundamento para existir en su corazón y mucho menos en el de Jennie.

La dejaría libre de sus sentimientos, para poder Jennier ella misma. Aceptar que la omega no era para ella iba a ser realmente complicado, más era lo mejor para empezar el camino de construcción.

ㅡLo prometo.

Se selló lo pedido, con una frase segura y nada titubeante.

ㅡLo haré por ella, por mí, por todo lo que estoy sintiendo, Minnie. ㅡalzó la vista al cielo, la lluvia empezaba a disminuir. ㅡ Daré lo mejor de mí. ㅡsusurró. ㅡ A pesar de que esta sea una etapa totalmente desconocida.

ㅡLo harás bien. ㅡpor primera vez en la noche, la menor le dedicó una suave sonrisa. Dejando que la preocupación en la pelinegra disminuyera y le correspondiera el gesto.

Se fundieron en la calidez que tanto les caracterizaba como familia, como las menores que, en la infancia, fueron inseparables. Ahora empezaban a crecer, conocer y experimentar. Pero el cariño fraternal seguía latente a pesar de las circunstancias. La mayor la rodeó de los hombros, halándola en un incompleto abrazo que para ellas era más que suficiente. Juntando sus cabezas mientras se permitían aceptar que todo estaba bien, que no había rencores.

Minnie sabía que hizo lo correcto. Porque Lisa también merecía ser feliz y parece que la oportunidad estaba al alcance de sus manos. Ella no sería nadie para detenerla.

 Ella no sería nadie para detenerla

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Bad girl | Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora