II. Escape casi perfecto, parte 2

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El médico infiltrado corría por todos los pasillos de la fundación, buscando en todas las celdas a su hijo

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El médico infiltrado corría por todos los pasillos de la fundación, buscando en todas las celdas a su hijo. Llegó hasta el tercer piso de la instalación, como si hubiera sido hipnotizado, camino sin que sus piernas pudieran detenerse hasta una puerta, trato de detenerse, cerro los ojos y cuando los abrió nuevamente, frente a el estaba el SCP 035, encerrado en una vitrina de cristal, con una sonrisa la máscara empezó a hablar.

Oh, mi amado doctor ¿Tan rápido de vas sin despedirte? Una estruendosa risa del ente resonó en los oídos del médico, quien tapo sus oídos adoloridos, pero está acción al parecer le provocó aún más dolor, quejándose sonoramente ¿Por qué no charlamos un rato, primor?

Ca-callate — Al tartamudear, en su cabeza resonó un fuerte pitido que le hizo arrodillarse mientras trataba de pararlo cubriendo por completo su cabeza.

No es una manera apropiada de hablarme — Pronunció con ira saliendo en su sonrisa maniaca. Ácido negro brotaba por las paredes, inundando la celda con este ácido, el pelinegro se encontraba rodeado de este líquido, provocándole severas quemaduras Hace años que no te veía en tu más glorioso ser amor mío, ¿Se debe a alguna ocasión especial? — Arrastró la pregunta de manera bufonezca.

Líquido rojizo empezó a salir de las orejas del médico, la presión incontrolable en su cabeza era demasiada para soportarlo, débilmente se apoyo en un mueble café grisáceo en el que se encontraba la vitrina y se levantó, las cuencas negras de la máscara podían ver en el interior de su alma, su sonrisa grotesca cambio a una mueca de enfado, los ojos del médico empezaron a lagrimear por el dolor y con la suficiente fuerza que le quedaba, corrió hasta la salida de la celda y abrió la puerta, al salir, no pudo seguir corriendo cuando cayó desplomado en el frío suelo, por debajo de la puerta se filtro el ácido negro, abrazándolo nuevamente por cada centímetro. Consciente apenas, escucho una suave risa de la máscara, casi consolando lo del dolor y finalmente se desmayó.

 Consciente apenas, escucho una suave risa de la máscara, casi consolando lo del dolor y finalmente se desmayó

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