VIII. Reconciliación en la familia

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— ¿Por qué has vuelto, padre?

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— ¿Por qué has vuelto, padre?

El hombre se queda callado, sin mostrar algún interés en decir una excusa. La pelirroja quiere enloquecer de ira por su indiferencia habitual, han pasado ya casi dos siglos y medio desde la última vez que lo vió y parece que no ha cambiado su forma despectiva en que la mira.

Se acerca a el mirándole a los ojos de manera retadora. Lanza un puñetazo para su progenitor quien lo esquiva haciendo su rostro para atrás, sin embargo, no fue más que una trampa para que una serpiente se avalanzara hacia el desde la espalda de la mujer. La serpiente se envuelve rápidamente en su cuello y amenaza con clavar sus dientes en su piel, con gran fuerza retira el animal y lo lanza lejos de él.

Mientras el hombre se retiraba la serpiente, la chica tomo una pequeña navaja escondida en su calzado y decidida se apresuró a clavarsela en el cuello de pelinegro. A muy pocos centímetros que tocar su rostro, el detiene firmemente su ataque sin inmutarse. Aprieta levemente su agarre para darle una reprimenda.

— Has practicado... Pero no lo suficiente.

Con gran severidad le hablo a su hija y le quitó la pieza afilada de sus manos.

— ¡Contesta de una vez, maldita sea! ¿¡Por qué has vuelto!?

De nuevo trato de darle puñetazos fallando notablemente al darlos con gran agresividad cegada por la ira. Siente su desprecio aunque no se lo diga y eso la lastima más que nada. Un golpe es casi certero en el puente de su nariz pero el logra retenerlo con la palma de su mano enguatada.

— Esa no es forma de hablarle a tu padre.

— Dejaste de serlo el día en que me abandonaste.

Las palabras de la menor impactan aún si no lo quiere en él, pero no deja que sus emociones se  ilustren en su semblante y sigue mostrando apatía.

— Hemos venido para alojarnos temporalmente aquí, ya que nos trajeron a Grecia aún si no era lo planeado.

La pelirroja aprieta los puños por su vaga respuesta, hasta que nota un detalle peculiar en ella.

— ¿"Hemos"? — Voltea a ver al chico — ¿Quién eres tú? ¿Hijo de el?

Je vous libèreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora