La culpa le sofoca como si de una soga en el cuello se tratase. La helada agua sumergía su cuerpo en la bañera, sus músculos ya hacían entumecidos como parte de su castigo auto asignado. Su juicio ha sido nublado, se encuentra en una disputa con el mismo pensando en el sufrimiento que su irresponsabilidad ha causado.
Sangre ha impregnado sus manos, civiles han muerto por él. Tal vez todo sería mucho más fácil de asimilar si aquella fragancia de lavanda no inundara sus fosas nasales. ¡Estúpido! Recalca su mente hacia él, incontables veces que no siente el tiempo pasar. Si tan solo su amor e incluso obsesión no lo mantuvieran atado, esto sería tan fácil de terminar.
Al terminar de asear su cuerpo, seca débilmente las pequeñas gotas que han quedado en su piel. Vagamente se pone sus prendas y decide finalmente recostarse en el colchón esa noche.
Ya han pasado tres días en que la muerte le ha estado afligiendo. Sus ojos no saben que hacer, sabe que se encuentran cerrados en una mentira que aún no sabe cuál es. Tal vez aquella mentira vista de negro con una máscara blanca, con aquel aroma de lavanda característico. Por su bien sabe que ya no debe de mantenerlos cerrados.
Itkin sabe que debe abrir los ojos.
Tomó un bisturí, el más afilado entre los cinco que reposaban en la bandeja de metal. Realizó el primer corte con precisión, el sudor resbalaba por su frente por no querer realizar alguna equivocacion. Cortó más a fondo Haste llegar a los órganos del paciente, con cuidado apartó el corazón de este y lo examinó.
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Je vous libère
RandomEstá historia trata sobre la fundación SCP, narrará la aventura de especialmente dos anomalías, atravesando bastantes obstáculos, desde otras anomalías contenidas y científicos, y desarrollará la relación entre padre e hijo de este par...