VI. Una pelirroja melancólica

86 8 20
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El día que marca mi vida es el 16 de octubre, por dos razones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El día que marca mi vida es el 16 de octubre, por dos razones.

1789, año en el que nací, cuando las calles se llenaron de sangre en Francia debido a la Revolución. Con solo mis primeros años de edad pude presenciar las atrocidades que ocurrieron, hombres peleando sin pavor, mujeres gritando por ayuda, y niños sin comprender la situación.

1793, año en el que morí... No literalmente, solo que la tristeza que me inundó fue tal como se sentiría el morir en soledad. Aún siendo una pequeña niña, tuve que saber la decepción que era para mí padre, el médico. Pero para eso hay que saber un poco más sobre mi pasado...

Se suponía que yo debería haber nacido en Francia, el país que ama tanto mi padre, pero debido a la tensa situación mis padres se trasladaron a Grecia aún cuando yo no había nacido. Puedo llegar a suponer que esa fue la primera pequeña decepción en cuanto mi nacimiento, pero al menos puedo decir que no fue intencional de mi parte ni mucho menos. Mi cabello y mi ojo izquierdo no fueron más que desdicha; el ser pelirrojos mis cabellos le disgustaba a el por ser considerado "endemoniado"... Mi ojo, al momento de verlo no le pareció un inconveniente, si no un poco después al ser unos años más grande. Por último, creo que el no deseaba tener una hija, el deseaba un varón, o simplemente le recordaba a alguien más o deseaba que fuera alguien más, ser llamada en ocasiones "Holly" era algo doloroso para mí, ya que entre sueños le he escuché decir "Mi hija, mi dulce hija Holly", incluso en ciertas ocasiones de distracción me llamaba de esa manera.

Pero mi nombre es Hygieia, soy su hija pelirroja con un ojo defectuoso heredado por mi otro padre "La Máscara". Tengo recuerdos de que el genuinamente me quería, pero sé que jugaba a ser la pequeña familia feliz; el era quien más pasaba tiempo conmigo, siempre me peinaba con un par de trenzas griegas destapando mis "lindos ojos" según él, solía decirme que el que mis pestañas inferiores fueran mucho más largas que las superiores me hacía única entre todas las demás infantes. Yo era su "dulce florecilla" que portaba grandes vestidos traídos por diversas partes de Europa e incluso de uno que otro país lejano.

— Mi florecilla, tu padre y yo iremos nuevamente a Francia, parece ser que las cosas aún siguen sangrientas por allá, ¿te quedarás o vendrás a acompañarnos? — Mi padre la máscara siempre me hablaba con un tono suave a pesar de su grave voz.

Je vous libèreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora