Secretos en el ático

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Una brisa suave recorre mi cuerpo lentamente metiéndose por mi ropa, erizándome la piel poco a poco. Una voz extrañamente familiar se escucha a lo lejos, me llama, me pide que despierte. ¿Pero en qué momento me quedé dormido?

-Will...William, ¿me estás escuchando? Es muy grosero dormirse cuando alguien te está hablando.

-¿Eh?.- Abro los ojos con lentitud para adaptarme a la luz. Ella me mira algo enfadada, pero se rinde y suelta un pequeño suspiro de resignación. Mi cara de horror debe ser muy notoria ya que Cristina no tarda en mirarme algo confundida.

-Will, ¿pasa algo? Me miras como si estuvieras viendo a un fantasma.

-Tú... tú estás muerta. No deberías estar aquí... esto no es posible.- Me agarré la cabeza tratando de acomodar mis pensamientos.

-Tú también lo estás, bueno, lo estarás pronto...

-No, no, no... Yo te maté...no entiendo nada...

-Vine aquí a buscarte, Will. Esta es tu oportunidad, puedes ser libre de una vez por todas, así podremos estar juntos de nuevo, ¿vas a desaprovecharla?.-su voz se escuchaba como algo lejano, proveniente de otro mundo totalmente desconocido.

Me quedé en completo silencio por un momento, ¿por qué justamente ella había venido a buscarme? Mi prometida, aquella mujer que tanto amé en mi vida humana...ella que tanto daño me ha hecho.

-Will, ven conmigo y deja ese aburrido trabajo que tanto odias, seamos felices juntos...

-¿Cómo antes de que me engañaras?.- dije con sarcasmo.

-Sé que cometí errores en mi vida, ¿pero no es humano el equivocarse? ¿Por qué no dejas esa vida miserable que tienes de una vez? ¿No te das cuenta que ese pelirrojo está arruinando tu vida? Si vienes conmigo yo...

-No.

-¿Qué dices? ¿Acaso escuché bien?

-No, te equivocas, tú fuiste quien arruinó mi vida, "ese pelirrojo" se encargó de reparar las heridas que dejaste en mi todos estos años. Él me hace feliz de una forma que no puedes siquiera imaginar, sé que ha metido la pata varias veces, pero no importa cuanto se equivoque, siempre será el amor de mi vida. Puede que mi trabajo no sea de lo más divertido, ¿pero sabes por qué voy todos los días sin falta? Porque sé que Grell estará ahí para hacer de mi día una nueva aventura. Prefiero irme al mismísimo infierno que volver contigo.- escupí las palabras con ira, sentí unas enormes ganas de querer ahorcarla con mis propias manos pero decidí controlarme lo mejor que pude.

-Will...- Cristina comenzó a llorar en silencio, y lentamente el mundo comenzó a desintegrarse, me estaba despertando.

Un jarro de agua fría calló sobre mi cabeza precipitadamente empapándome por completo.

-¿Pero qué demonios...?.- me levanté algo agitado y temblando de frío.

-Lo siento de veras, no se me ocurrió otra cosa para despertarte.- Undertaker me miraba con preocupación, parece que le devolví el susto que me había dado hace rato.

-¿Cuánto tiempo estuve dormido?

-Unos diez minutos...esto no se trata de estrés o mala alimentación, ¿no es así?

Mis músculos se tensaron ante sus palabras. Él lo sabía, no era imbécil, aunque quisiera no podría mentirle ya que él lo descubriría con facilidad. Me sentí verdaderamente acorralado.

-No tienes que decirme si no quieres, no es tu obligación.- dijo tratando de sonar desinteresado.

-Ya te diste cuenta, ¿no?

Las Espinas de la muerte (Grelliam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora