Nuestro lugar en el mundo

1.8K 190 30
                                    

Hola, mis queridos lectores! Quiero hacer algunas aclaraciones antes de comenzar con el capítulo. Para este fic tomaré varios lugares y datos de otros fanfiction, principalmente los de Karenka Sutcliff (mi escritora favorita), ya que para mi son sagrados y los considero como mi biblia(?. Desde ya quiero darle crédito por algunos personajes que tal vez aparezcan más adelante y por los lugares que se repitan en ambos fics. Les recuerdo que todos los personajes (a excepción del hombre del capítulo anterior que aún no diré quién es) pertenecen a Yana Toboso. Sin quitarles más tiempo, aquí el capítulo 4! :D

Los shinigamis caminaban a la par por las calles de Londres. Grell no paraba de hacerle preguntas a su compañero como "¿A dónde vamos?" "¿Cuánto falta?" "¿Estamos cerca?" "¿Habrá comida?"

William sentía que la cabeza le estaba por explotar, de haber estado en otra situación ya le habría arrojado su motosierra por la cabeza. Trató de mantener la calma y con toda la tranquilidad del mundo tomó al pelirrojo de la mano. El jengibre abrió los ojos como platos y se quedó mirando la escena como si tomarse de las manos se tratase de lo más extraño del mundo.

-Wi...William.- el carmín le miraba como si fuera un bicho raro o algo parecido.

-¿Qué pasa?.- dijo sin dejar de mirar hacia adelante.

-No...nada.- volteó ocultando su rostro con su cabello, no quería que notase el ligero rubor en sus mejillas, aunque fuera bastante obvio.

-No falta mucho.- dijo el moreno casi sonriendo, Grell se estaba poniendo rojo como un tomate, era muy fácil hacerlo feliz.

Grell miró detenidamente el lugar por primera vez desde que habían salido.

-¿Por qué siento que ya estuve aquí antes?.-preguntó en voz alta más para si mismo que para William.

-Porque no sería la primera vez que te traigo aquí.- respondió con algo de melancolía en sus palabras.

Un denso bosque rodeaba el lugar con armonía, ocultándolo del mundo, haciéndolo un lugar aún más especial. Al adentrarse en lo más profundo se encontraba un lago de agua tan cristalina que hasta imitaba a un espejo, rodeado de flores de todo tipo. Después de tantos años, aquél lugar conservaba su belleza como si el tiempo no hubiese pasado.

-¡Oh, Will! ¡Hace siglos que no visitábamos el lago! Soy tan feliz.-dijo Grell sacudiendo los brazos energéticamente.

William había elegido un árbol en específico para que ambos se sentaran, no lo había hecho al azar, todo estaba meticulosamente calculado. Grell se sentó a su lado, descansando su cabeza sobre el hombro del gerente.

-¿Recuerdas la primera vez que vinimos aquí?.- dijo el moreno mirando las aguas con detenimiento.

-Sería muy difícil olvidar un lugar tan especial. Además...aquí...ya sabes...- dijo la parca carmesí con algo de pudor.

William sonrió recordando aquél dichoso momento. Se presentaba en su mente de una forma tan clara, como si se tratara de un recuerdo reciente a pesar de haber ocurrido hace más de 100 años.

-Lamento eso.- dijo con algo de pena.

-¿Lo lamentas? ¿Te arrepientes de haberlo hecho?.- cuestionó el mayor algo desconcertado.

-Es que ahora que lo pienso realmente me siento un idiota por haber arruinado un momento así, no se supone que un primer beso traiga malos recuerdos...Bueno, no para mi, pero para ti de seguro fue horrendo.

-Yo no me arrepiento en absoluto.

-¿De verdad? Parecías tan molesto en aquél entonces, creí que me odiabas por ello.

Las Espinas de la muerte (Grelliam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora