Amantes Heartrender [Fivan]

E

"Llegó a mi corazón una caricia"
💘

   Iván no está acostumbrado a la manera en que Fedyor demuestra que lo quiere. Es escandaloso, no tiene filtro, no siente vergüenza y siempre está usando apodos ridículos que le hacen sentir tímido. Iván no es así, o al menos no frente a los demás. Es frío, testarudo e intimidante, la mayoría de las personas que le conocen le temen, los demás le respetan. Fedyor lo ama, es la única persona que se acercó lo suficiente para tocar su corazón; un toque que se sintió tan suave como una caricia. Ese era el poder de Fedyor, derrumbar sus muros con un sólo toque.

—¡Iván! —su rayito de sol aparece por el pasillo, luce tan guapo como siempre, brillando con una sonrisa enorme. Si Iván creyera en los Santos y en los cuentos, pensaría que Fedyor es el tan esperado Invocador del Sol. Su simple presencia ilumina una habitación sin necesidad de magia.

—Fedyor. —el mayor le saluda con un movimiento de cabeza, no pierde su postura del perfecto soldado. Sin embargo, su corazón salta feliz de verlo, sabe que su amado lo nota por la forma en que le ve.

—¿Tu turno aún no acaba, mi amor? —el joven Heartrender se acerca tentadoramente al guardia en servicio, quien le da una mala mirada. No estaban solos, a su lado estaba otro guardia. Fedyor le da una mirada al hombre, quien rápidamente desvía la vista hacia otro lado. A él no le interesaba, todos allí sabían que había algo entre ellos, y eran lo suficientemente inteligentes para no opinar.

—¿Necesitas algo? —voz firme sin un atisbo de sentimientos, sólo un hombre siendo formal. A Fedyor le gusta atacar ese lado tan estricto de su amante. Entonces sonríe, como siempre, pero está es completamente traviesa. Da un paso más cerca, casi puede chocar con el pecho de Iván, tomando sus bíceps. Se gana una mirada más fuerte de parte del Heartrender mayor, pero sólo le da gracia.

—Me estaba preguntando, si en realidad estás desocupado, podrías venir conmigo a la ciudad. —propone. Después de todo, había otro guardia que podía quedarse allí sin hacer nada. Estaban en el Pequeño Palacio ¿quién en su sano juicio iría a atacarlos?

—Estoy en servicio. —Iván dice con un tono severo, pero su cuerpo se tensa cuando siente a Fedyor comenzar a dar pequeñas caricias a sus brazos.

—Lo entiendo, pero... —mirando directamente a los ojos de Iván, Fedyor súplica con sus ojos. —nadie notará si sales un poco antes. —el General Kirigan tenía demasiadas cosas por hacer en su oficina, ni siquiera notaría que le faltaba un guardia. Fedyor se tomaba en serio sus trabajos, nunca metería a Iván en problemas graves, pero escaparse para ir a la ciudad no era importante cuando las cosas estaban tan calmadas.

—Fed-

Iván iba a decir algo, ceder quizás, cuando alguien abre la puerta. Agradece la interrupción, era tan débil ante el toque suave de Fedyor, aunque fuera una simple caricia sobre la gruesa tela del uniforme.

—General Kirigan. —Fedyor se endereza en su lugar, mostrando una imagen más recta de un soldado que la de un niño travieso. Iván hace lo mismo, el chico a su lado también se tensa ante la presencia del hombre.

—Kaminsky. —el General Kirigan saluda cuando le da una mirada. —¿Necesitas algo? —le pregunta con curiosidad, imaginando que había ido hasta allí para informarle algo.

En cuanto Kirigan pregunta, a Fedyor se le ilumina la cara con una idea. —¡Si! —se emociona un poco. —Yo... me preguntaba si podía prestarme a Iván por un rato.

Iván está a punto de protestar por su atrevimiento, pero el General Kirigan le detiene antes de que pueda abrir la boca.

—¿Es para una misión importante?