Amantes Heartrender [Fivan]

A

Un corazón que sólo piensa en ti.
💘

—Iván. —Fedyor no puede evitar reírse por los nervios que generaba la travesura que estaban haciendo. —¿a dónde vamos? —pregunta intentando ser silencioso aún cuando parecen estar solos. El chico que sostiene su mano mientras corren a tropezones por el bosque detrás del castillo no le responde, mantiene su mirada al frente y un buen agarre en él.

Cuando Fedyor salió de su última clase del día, Iván apareció ante él. Era algo extraño, ya que era Fedyor quien siempre iba a buscarlo primero. Sospechó que algo ocurría, se notaba, se escuchaba en su corazón un ligero tono angustioso que cargaba otros sentimientos igual de pesados. Fedyor se preocupó, por supuesto, pero no tuvo tiempo para interrogar a su amigo, cuando Iván le tomó de la mano y con una simple orden le jaló todo el camino hasta salir del castillo.

No tenían permitido ir más allá del jardín del Pequeño Palacio, por lo que adentrarse al bosque estaba rotundamente prohibido. Fedyor nunca creyó que Iván sería capaz de romper una regla, tan simple como fuera. Era alguien demasiado devoto a seguir las órdenes, regañando incluso a los mayores cuando no las seguían de la mejor manera.

—Iván. —su corazón corre acelerado. —Nos van a regañar. —Fedyor sólo puede imaginar el castigo que les darán, pero no detiene sus pasos. No se suelta del agarre que tiene el mayor sobre él, quiere saber qué ocurre, qué le está haciendo actuar tan fuera de sí.

—Tranquilo. —Iván habla al fin, deteniéndose para tomar un respiro. —Si nos atrapan, me haré responsable. —Fedyor no espera menos de él.

—¿A dónde me llevas? —el Corporalki más joven vuelve a preguntar. —¿Acaso intentas espacar del castillo? —cuestiona con una sonrisa bromista. —Porque si es así, te acompañaré, mi amigo. —sabe que no es así, Iván es demasiado correcto para hacer algo como eso. Sin embargo, Fedyor no. Si de repente Iván decidiera que sus sueños no son seguir a un General en una guerra sin fin, iría con él a donde quisiera escapar. Fedyor está enamorado de él, y el amor hace que hagas locuras por la persona que sostiene tu corazón.

—No. —Iván niega con su cabeza, e incluso haciendo un gesto tan sencillo, se ve demasiado formal. —Te quería traer aquí. —da una mirada a lo que está frente a ellos.

—¿Una cueva oscura? —Fedyor gira su vista a la pequeña entrada. —Oh por los Santos. —suspira. —¿Vas a matarme? —sabía que al principio no le agradó a Iván, pero pensó que ya habían superado esa etapa.

Iván se ríe suavemente, apenas perceptible. —Vamos. —jala de la mano que no a soltado, adentrándose a la cueva. —Ten cuidado donde pisas. —advierte.

—No te preocupes. —Fedyor no puede ver nada, pero escucha el corazón de Iván a la perfección, no necesita nada más, puede guiarse de eso.

Caminan por un rato hasta que comienza a verse luz dentro del lugar. Cuando salen del túnel que seguían, Fedyor queda maravillado por la inmensidad de la cueva, iluminada por el hueco sobre sus cabezas. Puede ver el cielo a través de él, el movimiento de las nubes. —Es asombroso.

—Sabía que te gustaría. —Iván tiene una sonrisa en su rostro mientras ve a Fedyor observar todo el lugar. La verdad, no era nada asombroso, sólo una formación rocosa con iluminación, pero Fedyor tenía ese poder de ver lo bueno en todo; incluso en las cosas más simples, como había hecho con él.