Capítulo 3 Un Héroe diferente

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[Scarlett]

Al día siguiente, desperté con el sabor amargo del hierro en mi boca, la paliza me había costado un ojo, la mejilla y mi labio inferior, y eso solo era mi cara, afortunadamente no tenía un hueso roto, pero si las costillas, espalda, piernas y brazos llenos de moretones. Sun Hee estaba a mi lado con una caja blanca, era de primeros auxilios, estaba curando heridas abiertas, y ardían como el infierno.

−No deberías agotar la paciencia de alguien más fuerte y alto que tú –dijo Sun Hee mientras deslizaba un algodón empapado en alcohol sobre mi labio, hice una mueca, pero no me aleje ni respondí– tienes que ser prudente, te ayudaré, pero debes cuidarte también, por favor.

−Mi defecto siempre fue no quedarme callada, creo que no puedo evitarlo –mire la hebilla de su cinturón y ella siguió mi mirada– ¿es una cámara o un micrófono?

−Es un micrófono y la cámara está en mi pendiente derecho –susurró mientras señalaba la joya en su oreja– la persona que nos ayudó a entrar, es alguien que está en ambos bandos, dejamos que haga sus cosas mientras nos ayude a evitar que chicas sean tratadas como mercancía.

La puerta se abrió y entro uno de los encargados de despertarnos, ordenó a las chicas de siempre que salieran, ellas siempre trabajaban en el bar, eran la imagen, tal y como yo. Se acercó a nosotras y me miro, analizando mi rostro y todo mi cuerpo.

−No es posible que sigas respondiendo como no debes, niña –comento ese hombre arrodillándose a mi altura– siempre tienes un golpe en los brazos o en alguna parte no visible, pero esta vez él no se controló para nada.

−No puedo quedarme callada, y esta vez respondí mucho y le escupí –no pude evitar sonreír cínicamente ante mi respuesta– la vida se la pasa golpeándome y yo le escupo.

−No puedes trabajar así, atraerás la atención que evitamos, alguien debe reemplazarte –miro a Sun Hee y supe que ella sería mi trabajo– chica nueva, iras tú en su lugar, y si su cliente habitual pregunta por ella, miente.

Sun Hee se levantó y asintió con la cabeza, entonces siguió al hombre que la llevo al bar, o al menos esa era la rutina que yo seguía para trabajar en ese bar. Yo me recosté en el colchón sucio y traté de no moverme sobre mis golpes, y Ekaterina amablemente me trajo el desayuno, solo la miré y ella me sonrió tristemente, parecía estar asustada o quizás apenada por cada uno de mis golpes. Ambas siempre teníamos golpes, mayormente éramos las dos quienes desafiábamos a Beltrán, lo odiamos y al menos eso tenemos en común, aparte de comunicarnos en coreano, ya que, ella no hablaba español y yo no hablo ruso. Y la diferencia entre ella y yo además del evidente color de cabello, es que yo si voy a trabajar al bar, pero ella no, al parecer ella ya estaba destinada a ser vendida a cualquier prostíbulo en la ciudad.

[Yoon Gi]

Llegué al bar como cada noche, para vigilar mi negocio, nada parecía fuera de lugar, excepto que cuando pedí atención, no fue Scarlett quien me recibió, sino la oficial Lee Sun Hee, la chica que me ayudaría a encerrar a ese inútil, tuve un mal presentimiento.

− ¿Dónde está mi camarera habitual? Espero la estés ayudando allí dentro –las palabras salieron de mi boca antes de poder pensarlas, me calme– perdón, pero estoy acostumbrado a su compañía.

−Es difícil cuidarla, pero lo cierto es que Beltrán le dio una horrible paliza –respondió, una ira incomprensible me invadió, cerré el puño con toda la fuerza que pude– Beltrán la amenazo y al parecer ella no es como me dijiste, ella le escupió en la cara y él perdió el control.

−Eso la hace más interesante, me agrada que no sea una niña asustada, sino una chica ruda y fuerte, quizás debería sacarla de ahí lo antes posible, puedo comprarla –podía ayudarla para que sea mi espía, ponerla de mi parte, o al menos esa era la intención que decía, pero una vocecita trataba de decir otra cosa, la callé− ¿está muy grave?

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