Capítulo 11 Una terrible revelación

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[Yoon Gi]

Cuando llegué a la mansión no había nadie allí, ni siquiera Alessio y sentí miedo, quizás él se la había llevado, la había matado o cosas peores, si era así entonces lo mataría a él o a su familia. Mis guardias se separaron de mí para registrar la mansión, y antes de poder subir al otro piso, un chico joven apareció, lo conocía bien, lo llamaban Bang, pero su nombre era Christopher y tenía la misma edad de Jung Kook, un año mayor que mi esposa. Tuve un sentimiento extraño, una molestia rara contra él, como de celos sin ninguna razón.

−Señor Min, qué agradable visita, aunque nos gustaría algo menos rudo −dijo Christopher con una sonrisa molesta−, quizás algo un poco más amable y educado nos habría gustado, como tocar el timbre.

−Y así tendrían tiempo de dispararme y escapar de mis hombres −respondí mirando fijamente la pistola en su mano−. No lo creo, tienen algo que me importa mucho, mi esposa no es negociable.

−Lo entiendo, pero aquí no hay ninguna mujer, y el señor Alessio no está aquí, él viajó por negocios a Europa −dirigió su mirada al mismo lugar que la mía, sin duda pensaba usarla si no fuera por todos los hombres que lo rodeaban para protegerme−, además sabemos bien que usted y el señor Alessio no se llevan nada bien.

−No te creo niño, mi esposa está en Japón, la tengo localizada −me acerque lentamente a él−, te recuerdo que ella me pertenece y tengo que vigilarla, por lo que sé bien que ella está aquí.

−Que poca confianza en su dama, señor Min −se burló Christopher alejándose de mi− ¿Puedo preguntar cómo es que la localiza tan bien?

−Tiene un chip de rastreo en su anillo de bodas, pero tiene otro en otras prendas de ropa −respondí a su pregunta−, no desconfío de ella, pero como ves la metí a un mundo peligroso y necesito mantenerla a salvo.

−No creí que el gran Min Yoon Gi fuera tan romántico −bajó las escaleras para alejarse de mi−, siempre creí que era un hombre frío, después de todo asesinó a su pequeña hermana.

−Sabes bien cómo fueron las cosas, tu maldito y asqueroso jefe me obligó a matarla −cerré el puño tratando de contener toda mi ira−. Debió matar a mi padre si tanto lo odia, pero ella era inocente.

−Bueno como quiera que sea, la señora Min no está aquí, así que puede irse −sonrío caminando hacia la puerta−, si desea lo acompaño hasta afuera, como una persona muy educada −abrió la puerta.

−Lamento decirte que no me iré sin Scarlett, ella es mía y debe irse conmigo −levanté mi arma apuntando a Bang−, solo dile a Alessio que me la entregue y los dejaré en paz.

Bang ya no dijo nada más y solo cerró la puerta sin dejar de sonreír, pero no hizo nada más, solo me hizo un gesto indicando que mire hacia arriba, y lo entendí, cada uno de mis hombres estaban apuntando a los hombres de Alessio, sin duda estábamos rodeados, pero yo no iba a detenerme aquí, sin pensarlo dispare a Bang en el brazo.

− ¡Hijo de perra! Disparen −gritó Bang sosteniendo su brazo herido−, no dejen que salga de aquí.

Los disparos comenzaron, yo logré esconderme debajo de las escaleras y busqué alguna salida, pero no había nada que indicara dónde podría estar ella. Algunos de los hombres de Alessio caían muertos de las escaleras, pero también algunos de los míos estaban heridos o muertos, en ese momento mi celular empezó a vibrar, era una llamada de Jung Kook.

−Dime que están cerca o que encontraron algo que pueda cambiar el rumbo de este maldito juego −dije al responder la llamada−, dense prisa, aquí nada pinta bien.

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