Todavía no recuerdo como llegué aquí, todo parece muy confuso. . .
pero aun así quiero seguir en este lugar, en este oscuro y amigable lugar
.
.
.
.
Mi dulce amor no se irá como si nada, fuiste la razón de mi felicidad, y no dejare que algo ar...
Las cuatro chicas habían llegado al centro de lo que parecía ser un lindo lugar de cafetería, entre otras tiendas. Entraron por la puerta y en una rápida mirada ya estaban sentadas, en unos minutos ya había llegado el camarero.
- Buenos días señoritas, aquí tienen la carta, dentro de unos minutos vendré para tomarles la orden, con permiso.
- Que educado, ya vistes.
- No sólo eso, es muy guapo.
- Chicas por favor, bajen la voz nos pueden escuchar.
Todas al mismo tiempo rieron en un tono bajo, la de cabellera roja tenía razón, miraron la carta que se le fue entregada a cada una, cada una fue sonriendo, comentando y apuntando a las distintas opciones que aparecían. Aun que la de rayos de sol y la ¿emplumada? No parecían del todo convencidas.
- ¡Mira ___! Este se ve muy bueno, lo ordenamos ambas, "por fi"
- Claro- - Chicas esperen, no se si me gusta lo que esta aquí. - ¿De qué hablas Sally? ¿No fue idea de ustedes venir a este lugar? - Si lo se, tal vez no vimos bien, habíamos visto el lugar desde lejos y no habíamos entrado por que pensamos que sería buenos venir todas nosotras.
Tal vez la voz de Poppy sonaba angustiada, ella siempre está prevenida o al menos preparada para cualquier cosa que salga mal.
- Tranquila Poppy, vengan, tal vez les pueda ayudar a elegir que comer.
La de cabellera roja movió ligeramente su silla para estar más serca de las antes nombradas, tal vez sepa que Poppy es muy ansiosa, o que Sally muy buena en ciertos aspectos, pero no le gustaba verlas en ese estado, menos por sólo no saber elegir de comer.
- mira, este pequeño pastel de frutos rojos para Poppy y este pie de limón para ti Sally, si quieren pueden acompañar con te para anivelar el azucar...
- Gracias ___
Una vez calmadas todas, llamaron al camarero para que pudiera tomar las órdenes. Todas sonreían y hablaban contentas.
- Disculpe, señorita. . .
Un hombre de tes morena y cabello negro iba acompañado junto a una linda chica de tes blanca y cabello rubio, ambos parecían bastante nerviosos, con solo decir que temblaban al ver a la pelirroja.
- ¡Ha! Si, sucede algo. . . - . . . El silencio incomo pronto surgió, no hablaron, sólo la miraban.-tan inquietante- pensó la pelirroja.
- Disculpa, me presento, soy henry, perdón si es mucha molestia. . . Podría darnos su número a mi y a mi hermana, se que sonara raro por que somos desconocidos y todo eso.
- ...
- He... bueno yo soy Liz, mucho gusto y como dijo Henry, soy su hermana.
- ¡Oh! Si perdón, bueno... supongo que si podría darles mi número, no os preocupes si es o suena raro que yo acepte, siempre estoy abierta a conocer nuevos amigos.
Tal y como dijo anotó en una servilleta su numero y se lo entregó a Liz.
- ¡¿encerio?! Muchas gracias, te escribiremos cuando podamos.
El chico de tes morena sonrió y comenzó a caminar arrastrando a su hermana de la mano.
- Y perdón por desperdiciar tu tiempo bella chica.
NARRA ___
Vi como la chica llamada Liz grito lo último y se fue gunto a su hermano entre risas, sonreí divertida y mire a las chicas.
- ...
Oh tal vez debería preguntar que pasó mientras hablaba.
-Eh... ¿chicas?
NARRADOR
Todas rieron divertidas volvieron a charlar, el mesero volvió y con ello trajo sus órdenes. Al final de la tarde todas salieron muy felices y llenas, cada una al llegar al vecindario fue por su lado, a excepción de dos chicas quienes eran la rubia y la pelirroja, esta ultima siendo quien acompañó a la rubia hasta su casa.
- Encerio ___, no tenías que hacerlo.
- No hay problema Julie, siempre me gusta ver que mis amigas lleguen bien.
- En ese caso muchas gracias ___, eres tan dulce, pero ya llegamos a mi casa.
- Estoy segura que volveremos a salir muy pronto, buenas noches Julie
- Buenas noches ___, descansa y otra vez gracias.
Ambas se despidieron, quedando ahora solo la pelirroja quien iba con un ligero tono rojizo en sus mejillas, la noche ya la había alcanzado y caminaba con la compañia de la luna, el sonido de los árboles chocando y los grillos sonando era calmante, cuándo finalmente llegó a su casa abrió la puerta he ingreso en ella.
- Hoy fue un día agotador, pero ya estoy en casa
NARRA ___
Cuando llegue a mi cuarto me cambié por mi pijama, fui a la cocina y prepare un cafe, tal vez el café no me deje dormir pero normalmente no me afecta. Al acabar todo fui a mi cama y me acosté, mañana también será un magnífico día... ya lo espero...
. . .
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
