Amor De Cine. (Jenlisa)

Extra- 10.

JENNIE KIM.

—Te dije por enésima vez, que no le cambiaré el nombre a mi hija. Ese nombre es hermoso, Jennie —expresó con incomodidad.

—Pero ya te digo que Artemisa será mucho mejor. Vamos, Mi amor, es muy lindo —seguí insistiendo—. ¿Por qué no mejor cambiar de nombre?

—Porque es perfecto —se mantuvo firme en su decisión—. No pasará, Jennie.

—Lisa, combina perfecto con el nombre de nuestro hijo —redacté—. ¿O no?

—¿Qué hijo?, tenemos sólo a Ella, Jennie.

—Artemisa —contradije—. Y bueno, estaba pensando ponerle Artemis a nuestro bebé. Si es que sale niño.

Lisa abrió los brazos, —¿Cuándo dije yo que íbamos a tener más hijos?

—Quedamos en que tú tendrías uno —me crucé de brazos—. En eso quedamos, Manobal. Tú me dijiste que sí.

Se pasó la mano por su flequillo, acomodándolo. Y es que, desde hace rato le vengo pidiendo a Lisa, que quiero cambiarle el nombre a Ella. Que el que yo elegí es mucho mejor, y combina a la perfección con el próximo niño que quiero tener; pero aquella se ha negado los últimos meses, eso hasta una noche, que fue la única manera de sacarle el Sí.

Después de todo, también se negaba a tener un hijo que proviniera de ella, sin duda, jamás recibí tantos "no", en toda mi existencia, hasta el día que se lo propuse a Lisa. Y aquella sin siquiera analizarlo o pensarlo, me respondía siempre lo mismo, e incluso antes de que yo se lo propusiera.

—¿Se puede saber en que momento?, porque no recuerdo.

Rodé los ojos, —¿Todavía no lo recuerdas?

*****

Besé sus labios con fuerza, sin apartar la mano de su zona erógena. Trazando círculos en su clítoris y deslizando mis dedos por sus pliegues. Lisa tenía sus labios separados, esperando una embestida de mi parte, y que terminara con el calvario a la cual la había estado sometiendo.

—Je-jennie —suplicó entre gemidos—. Ya... por favor, ya.

—¿Ya qué? —me hice la desentendida—. Pídemelo, Lisa.

—Mételos —suplicó. Lanzando sus manos por sobre su cabeza y dejándose llevar por el placer que le estaba proporcionando. Le di una sonrisa ladeada y bajé a ese lugar, y empecé a chupar y pasar mi lengua entre sus pliegues, especialmente en el punto que la vuelve loca—. Jennie... —jadeó.

—Dame más hijos, Lisa —dije entre la comida de coño que le estaba dando—. Quiero más.

—Mmmh —se mordió el labio inferior con tanta fuerza, que creí que en cualquier momento se sacaría sangre.

—Dime que sí —seguí chupando con fuerza, buscando su orgasmo—. Dímelo, por favor.

—Jennie —su mano viajó a mi cabello y me separó de golpe pero yo regresé—. Estoy a punto, amor.

—¿Me darás más hijos?

Su orgasmo se fue con ella. Logrando sacarle un grito de placer. Su cuerpo se arqueó y el sudor que recorría partes de su cuerpo, relucía con la luz de aquella pequeña lampara. Era tan perfecto verla de esa manera.