21. I'm Not In Love.

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LALISA MANOBAL.

Como era de costumbre antes de cada entrevista me tenía que preparar, pero mientras todo eso pasaba mi cabeza no paraba de pensar en las diferentes maneras de pedirle perdón a Jennie, era estúpido.

Baje la respuesta que estaba en mis manos y me miré en el espejo, la chica solo arreglaba mi pelo, eso me devolvió a cuando Jennie me maquilló por emergencia y me comporte como una troglodita con ella. No solo esa vez, sino en diversas ocasiones, pero algo dentro de mí no quería darme el poder de afirmar lo que ya era bastante obvio.

No estoy enamorada.

No es eso.

Quiero decir que no puedo pedirle perdón por decir algo que yo sentía.

<<No lo sentías>>.

Mejor cállate.

En pocos minutos saldría a decir palabras que no eran mías, las cuales mi padre practicó momento antes, conmigo hablarían cuando él lo encontrara prudente, no cuando yo quisiera o notara que era mi hora de hablar.

Tampoco me interponía, era algo común que yo ya sabía manejar. Mi padre era la cabeza principal en todos mis proyectos, eso no cambiaría jamás, estaba más que claro aquello.

La chica terminó y salió dejándome a solas cosa que yo no quería, porque cuando eso ocurría no podía parar de pensar.

Fue lo único que hice anoche y todo gracias a Irene, sus palabras me dejaron un gran hueco, maldita sea, ese beso, todos mis vellos se ponían de puntas de tan solo recordar como la besé. Una sonrisa se me dibujó en los labios y por un momento quise repetirlo, volver al pasado y besarla por más tiempo.

Perderme en la suavidad de sus labios, en su rico perfume y quedarme como idiota mirándola. Y eso era lo que me frustraba más, yo nunca sentí esto por nadie y si así empezaba, no quería saber como podía terminar.

Spoiler: Nada bien.

Retrocedí a la conversación que tuve con Irene.

—A veces nos preguntamos, ¿podemos arruinarlo más?, y sí, Lisa, aunque no sea con palabras los hechos también suman o restan puntos, decimos que olvidamos el pasado, pero sigue ahíy aunque no te duele, te molesta como astilla en tu dedo. Te exasperas al no poder hacer las cosas bien por esa astilla.

—Pero confesarme, ¿en serio?

—Sí. Quizá Jennie no quería eso, pero lo más probable es que al ser sincera con sus sentimientos, hubieses conseguido más que negándolos.

Jugué con mis manos, —Pe-pero supongamos que... sale mal, ¿qué ocurriría?

Irene se encogió de hombros, —Nada.

—¿Nada?

—Nada, Lisa. Sería una confesión como cualquier otra, quizá seas o no correspondida, pero de eso se trata. Aunque no queramos a la persona lejos es mejor ir y decirle nuestros sentimientos, si se tiene que alejar que lo haga, nos dolerá, nos molestará, nos llenará de nostalgia, diferentes emociones, pero es mejor eso a seguir ocultándolo porque mientras más lo retengas, más te enamoras y más te duele. Y la culpa no es de la otra persona por no corresponderte, la culpa es tuya por no decirlo, y aun así se lo digas, no estamos obligados a amar, ni querer a nadie.

Elevé la comisura de mi labio con algo de curiosidad e incomodidad ante el hecho de pensar que puedo declararme a Jennie.

—¿Qué viene después de la confesión? —pasé saliva—. No viene con garantía de que luego... luego seremos felices para siempre —dije con aflicción.

Amor De Cine. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora