Capítulo 32

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El día estaba nublado, por los cielos se alzaban varias nubes grises que ocultaban el sol por completo. JiMin había pasado de estar completamente libre a quedarse encerrado entre tantos juegos por parte de su hijo.

Convivir con Soobin cuando el niño estaba aburrido y no tenía a nadie más con quien jugar era todo un reto, porque no había forma de parar al menor.

Su tarde se pasó en correr de aquí para allá, llevó a su hijo a conocer el invernadero y pasó otras cuantas horas jugando a las escondidas con el niño, tanto fuera como dentro del jardín.

Había agotado su energía por completo y no había forma de que pudiera quedarse despierto hasta tan noche para esperar a YoonGi.  El alfa continuaba llegando tarde, a veces más que otros días, casi siempre estaba despierto para recibirlo, acompañarlo a cenar algo o tomar una taza de café en la cocina, a veces se daban una ducha juntos y en algunas otras ocasiones, cuando Soobin se iba a dormir con Yeonjun cuando este venía de visita, se quedaban despiertos largas horas de la noche tendidos sobre la cama para hacer el amor.

Era extraño, pero se estaba acostumbrando a esto. No obstante, si había algo con lo que nunca podría estar de acuerdo o acostumbrado, es a seguir esa rutina toda su vida.

Despertar y quedarse encerrado. Encerrado todo el día en la misma casa, incluso cuando paseaba por los jardines, últimamente el color en ellos se le hacía tan opaco. Quedarse cautivo en una mansión como esta no era su propósito en la vida, ya había sido atrapado con su madre desde que era un niño, no quería repetir lo mismo.

Tampoco quería obligar a su hijo a tener esta clase de vida, en donde sólo existiera esta mansión llena de adultos, y que nunca se relacionará con niños de su edad más que Yeonjun.

Extraña un poco su vida antes de enterarse que todo era una mentira de su madre. Dejando de lado a NamJoon, le emocionaba mucho despertarse y llevar a su hijo hasta la guardería, le gustaba caminar por las calles de Seúl con tranquilidad hasta la pastelería, para comenzar a trabajar, hornear y atender clientes. Era agradable tener una vida así, normal y tranquila en donde hacía sus cosas cotidianas y volvía a casa para sentirse pleno con la presencia de su familia.

Le gustaría que volviera a ser así, pero esta vez con YoonGi en su vida. Sin embargo, ahora que sabía toda la verdad y era consciente de la clase de persona que es su alfa, entiende con pena que su vida no puede ser la misma, no puede estar siendo descuidado a cada segundo, y no puede trabajar libremente y salir para relacionarse con otras personas, tiene que estar en casa y aislarse de todo peligro posible.

Honestamente, no pone en queja su relación con YoonGi, pero sí la vida que lleva con este.

Puede que en el pasado no lo haya pensado con claridad al ser un adolescente enajenado de su alfa, pero ahora lo hace, lo piensa y sólo quiere que Soobin tenga una buena vida, donde pueda ser libre y feliz.

Sabe que su hijo es feliz ahora, a pesar de estar encerrado en las mismas hectáreas de terreno. Pero no quiere que corra ninguna clase de peligro que esta vida pueda traerle.

Cuando acababa por desplomarse en la cama alguien tocó a su puerta. Se levantó con pereza y lentitud, caminando hasta esta para poder abrirla.

—¡Hola! ¡Hola!— Felix exclamó en forma de saludo, haciendo que JiMin pegara un leve salto.

—Hola. — murmuró el omega, alejándose de la entrada para dejar que el otro chico entrara.

—Vaya, te vez decaído.

—No lo estoy — JiMin suspiró —. Estoy agotado, en realidad. Fue un día lleno de energía con Soobin, ya que Yeonjun no vino hoy a visitarlo.

—Oh... Supongo que entonces deseas dormir. — respondió Felix.

HEARTLESS TRUTHS | YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora