❝Cada vez que Chaeyoung se va a dormir, sueña con un mundo que puede controlar a su antojo. Creyó estar sola en ese lugar, hasta que se encontró con una chica que se la pasaba vagando por los alrededores.
[...]
─Este lugar me hace sentir menos enoja...
Al despertar de aquella pequeña siesta, Mina miró a la menor, quien seguía durmiendo pacíficamente. Su rostro se veía tan relajado, tan tranquilo, que no pudo evitar querer tocarlo. Levantó una de sus manos y la acercó a la mejilla de Chaeyoung.
Sostuvo su rostro, como acunándolo con su mano, y acarició el mismo con su pulgar, nientras sonreía dulcemente. Un pensamiento salvaje vino a su mente en el momento que su pulgar rozó sus labios y aquel lindo lunar. Tenía la mirada fija en estos y, sin darse cuenta, se acercó un poco. Cuando estuvo tan cerca que podía sentir la respiración de la más baja chocar con la suya, su corazón se aceleró y sus labios estaban a punto de cortar la distancia entre ellas dos.
─¿Qué haces, Minari? ─Susurró Chaeyoung, con una sonrisa pícara, dándole a entender que todo este tiempo se encontraba despierta. Mina enrojeció desde el cuello hasta la coronilla, nunca habia estado tan avergonzada. Se alejó y le dió la espalda a Chaeyoung, en un intento de que no notara aquel obvio rubor.
─N-nada, yo... T-tenias una p-pelusa y te la i-iba a sacar.─ Intentó excusarse la japonesa. Un silencio las envolvió por unos segundos, Mina podría jurar que se podía escuchar su corazón golpear su pecho.
─Quítamela. ─Chaeyoung rompió ese silencio, haciendo que la japonesa la mire con confusion. Lo único que vio en su rostro era calma. En un intento de no quedar más en ridículo, Mina negó suavemente con la cabeza, pero Chaeyoung se acercó peligrosamente y quedaron ambas cara a cara.
Los ojos de Mina estaban cerrados, esperando lo que tenga que llegar. Sus hombros parecían tensos y su rostro estaba totalmente rojo. A Chaeyoung le pareció lindo esto, por lo que pasó una mano por el rostro de la contraria, como ella había hecho hace unos minutos, y la acarició. Pasó su pulgar por aquellos labios y sonrió levenente al ver que Mina abría sus ojos para observar lo que la coreana hacía.
Chaeyoung se acercó a los labios de esta, pero pareció cambiar de opinion, ya que ahora se dirigió al lunar en la nariz de Mina. Depositó un pequeño beso allí, sintiendo cómo la blanca piel de la japonesa ardía por los nervios. Rió suavemente y se alejó un poco.
Ambas se quedaron en silencio, sin saber qué hacer ahora, hasta que Chaeyoung decidió cambiar de tema y propuso que vayan a comer algo.
Las dos chicas decidieron alistarse para salir a comer a algún lugar. Chaeyoung no le diría dónde, ya que quería que fuera una sorpresa. Eso sí, le avisó que se ponga linda -más de lo usual- ya que irían a algún lugar especial.
─Chaeng, no es necesario ir a un lugar caro. ─Ambas chicas se encontraban dentro de un taxi, las dos se veían muy bien.
Chaeyoung traía una blusa blanca y, sobre esta, llevaba un saco de vestir largo de color negro, que llegaba hasta sus rodillas. También llevaba unos pantalones negros con rayas verticales de un tono ligeramente más claro. Mina, por su parte, tenía un vestido negro sobre una blusa del mismo color, y su cabello recogido en un elegante peinado que dejaba un mechón de cabello caer junto a su rostro. Sonaba simple, pero ella lo hacía ver sofisticado.
─No te preocupes, Minari. Quería darte una buena bienvenida de vuelta a Corea. ─Dijo Chaeyoung sonriendo, arrugando un poco la nariz. Por alguna razón, esos gestos de la menos hacían saltar el corazón de Mina. Quería guardarse este momento para siempre, así que le tomó una foto. Chaeyoung lo notó, así que posó para la misma, sacándole una risita a Mina.
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─¿Salí bonita? ─Preguntó Chaeyoung, parpadeando rápidamente y apoyando su mentón en sus propias manos. Mina sonrió al verla y, mirando la foto en su celular, respondió casi en un suspiro.
─Claro, como siempre.
Ninguna se pudo sacar de la cabeza lo que había pasado más temprano. Por alguna razón la idea de probar los labios de la otra les llamaba mucho la atención. Mina sentía paz cada vez que estaba cerca de Chaeyoung, ya que esa era el aura que esta emanaba, y la más pequeña disfrutaba tenerla cerca porque Mina le daba una chispa a su vida desde que apareció en aquel sueño. Aún les costaba creer que esto fuera real.
Llegaron a un lindo restaurante, se veía algo caro. La menor pidió por una mesa para dos, y los meseros no paraban de referirse a ellas dos como una pareja. De algún modo, eso no les molestó.
...
⚪ chaeyo.0 :
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