ʟᴜᴄɪᴅ ᴅʀᴇᴀᴍ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ

XVIII

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Lucid Dream

❝Papá (Flashback)❞

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Años atrás.

Los dieciséis años se suponía que, según las películas, sería uno de los mejores años en la vida de un adolescente. Por lo visto no sería mi caso. Es más, podría decir que este fue el punto más bajo en mi vida hasta ahora.

Este fue el año en el que conocí a la muerte. Vi cómo se llevaba a mi papá, lentamente, desde hace unos años atrás.

Me había dormido cuando él dejó este mundo. Estaba sentada junto a él, con mi cabeza descansando sobre su regazo. Fue ahí donde me dormí.

Al abrir los ojos, creí que era un milagro. Mi papá estaba sentado en la cama. Me miraba con la misma dulzura que antes, su rostro estaba tranquilo, con su sonrisa de siempre. Levanté más la mirada y vi un halo sobre su cabeza. No, no podría ser, no estaba lista en absoluto para despedirme de él.

─P-papá, dime que esto es mentira, dime que es solo un disfraz. ─Pregunté desesperada, poniendo mis manos en sus hombros. Mi padre negó, con una sonrisa algo triste.─ ¿Qué puedo hacer? ¿Qué hago? No quiero que mueras, papá.

─Chaeyoung, tranquila. ─Escuché su voz hablar con coherencia por primera vez después de mucho tiempo. Las lágrimas caían por mis mejillas como si fuera un grifo abierto.─ ¿Por qué lloras, tigresita?

─No puedes irte, papá. Te necesito aún. ─Su mano se apoyó suavemente en mi mejilla, se sentía cálida y segura.

─Cariño, así es este mundo. Yo tampoco quisiera irme, pero no hay nada que pueda hacer.─ Habló con una sonrisa triste.─ Mi hora llegó y, sabes, todos vamos a morir en algún momento.

─¿N-no tienes miedo?

─No, para nada. Es más, estaba esperando este momento. ─Acarició mi rostro con una sonrisa, limpiando mis lágrimas con su pulgar.─ No es divertido estar aquí sin poder hacer nada, ahora al menos tendré un objetivo.

─¿Cual? ─Pregunté y el sólo sonrío.

─Cuidarte.

─P-pero... ¿Qué haré sin ti? T-tu siempre me animabas, tú eres mi energía, papá... y ahora te estás desvaneciendo...

─Shhh... ─Intentó calmarme, abrazando mi tembloroso cuerpo con sus protectores brazos.─ Dime ¿Recibiste el amor suficiente? ¿Pude hacerte sentir querida?

Escuchar eso me hizo un nudo en la garganta. Las lágrimas seguían cayendo por mis mejillas. Me mordí el labio, ahogando un sollozo y asentí. Él fue la persona que más me amó.

─¿Entonces por qué lloras, mi palomita? ─Pasó sus dedos por mis cabellos, dulcemente.─ Perdón por haberte dejado, pero era lo mejor... Aunque nunca se sintió bien hacerlo, mi pequeña Versalles.

Me acurrucó en sus brazos por unos minutos más. Cuando me soltó, me miró con una sonrisa y me preguntó.

─¿Deberíamos ir a mirar la luna?─Asentí con una sonrisa triste y, tomados de la mano, fuimos a la azotea del hospital. La luna de veía hermosa.

Nos sentamos y la observamos en silencio por un rato. Papá decidió romper el silencio.

─Sabes, te daré un consejo. ─Me miró, hablando como siempre lo hizo. Siempre disfrutaba darme sus consejos más sabios.─ Haz de tu vida lo que tu quieras. Disfrutala, vivela mientras puedas. Aprovechala cuando es abundante y ligera. Sobre todo, encuentra el amor que te haga sentir igual de amada de lo que alguna vez lo hice yo, tigresita. Siempre te lo he dicho.

Lo abracé una última vez. Fue un cálido abrazo que siempre llevaré conmigo.

─Se me acabó el tiempo, luciérnaga mía. Sigue brillando ¿sí? Enorgullese a papá. ─Besó mi frente y desperté.

Estaba en la habitación del hospital, en el mismo lugar donde me dormí, pero esta vez mi papá ya no estaba. Sólo quedaba su cuerpo, su contenedor vacío. Su alma, su vida, su ser, ya no quedaba nada dentro.

Un rato mas tarde, antes de que se lleven su cuerpo para prepararlo para despedirlo, el hospital preguntó si queríamos hacer un yeso sobre él. Ya sabes, para recordarlo antes de decir adiós ¿No crees que es una idea graciosa el envolverlo de tela? Espero que papá haya estado bien con eso.

Papá se fue de noche un cuatro de julio, y ese día aprendí que, simplemente, todos vamos a morir.