Dreams (Kookmin)

Cap 20

La señora Jeon junto a Yoongi, cumplían su misión de enloquecer a su captor y asesino, el hombre apenas podía conciliar el sueño y el terror había llegado a su mirada para quedarse.

Jimin y Eunwoo ya tenían sus datos y paradero, así que daban su aporte a la tortura psicológica que pronto lo haría quebrarse.

El hombre resultó ser el dueño de una pequeña tienda que quedaba cerca del bar que solía frecuentar la señora Jeon y al parecer la había acechado por algún tiempo antes de raptarla, todo había sido planeado.

Se caracterizaba por ser tranquilo, reservado y callado. Nunca se había casado, ni tenía hijos, sin embargo, atesoraba a su vieja madre, quien lo tuvo a una edad avanzada, por lo que cuidaba de ella.

Su padre, ya fallecido se la había encomendado encarecidamente y él siempre había sido motivo de orgullo para ella, su mayor temor, decepcionarla.

Esa valiosa información de seguro sería el camino para que pudieran lograr su cometido, lo presionarían lo suficiente para que lo hiciera, eso sí sin dejar de seguirlo para evitar que cometa suicidio o fuga, era muy importante que fuera juzgado por sus crímenes ante la ley, por más que en ocasiones Jimin sintiera el deseo de tomarse la justicia por sus propias manos, no era lo correcto, así que dejaba que los sabios consejos de Eunwoo lo guiaran.

Jimin le dio un buen regaño a Eunwoo por haber besado su mejilla, quien en consecuencia se disculpó y le juró no volver a provocar a Jungkook de esa manera.

Cuando Jungkook y Eunwoo volvieron a coincidir junto a Jimin en la universidad, Eunwoo puso una disculpa sincera en alta voz y Jungkook no tuvo otro remedio que aceptarla a regañadientes, estaba convencido que ese acto era para que Jimin lo viera como algo genial y él no iba a perder esa batalla por nada del mundo.

La tarde del viernes llegó después de una semana intensa de estudios y Jimin se sentía agotado física y mentalmente. Al llegar a la tranquilidad de su hogar le sorprende encontrarse a Jungkook vestido elegantemente.

Le había dicho que debía marcharse pronto de la universidad porque tenía planes, pero Jimin no pensó que saldría sin él, de hecho, lucía espectacular, como quien iría a una cita y por un breve instante los celos de Jimin se apoderaron de sus pensamientos y sintió su corazón caer por su pecho hasta sus pies.

Confiaba ciegamente en Jungkook, pero tantas emociones y presión con lo de su madre lo tenían considerablemente alterado y Jungkook pudo notarlo con el pasar de los días. Imaginó que se debía a la nostalgia por su padre como Jimin le había hecho creer, así que decidió tomar cartas en el asunto.

-¿Vas a salir? Estás muy guapo.

-¿Lo estoy? Gracias.

Jungkook le dedicó una sonrisa espléndida.

-¿A dónde vas?

-Tengo una cita, con alguien especial.

Jimin no sabía si llorar, pegarle, gritarle o simplemente hacer como si no hubiera escuchado.

-No me digas, ¿y quién es ese alguien? ¿lo conozco?

-Bueno, supongo que lo conoces, espera te lo voy a presentar en un momento.

Jungkook se acerca con un movimiento felino, Jimin mantenía el rostro contrariado y molesto, a punto de llorar.

Jungkook lo toma en brazos lo voltea y lo hace caminar abrazado a él llevándolo hacia una pared en la sala donde un espejo que se extendía verticalmente mostraba sus dos figuras abrazadas.

-Mira, te presento a mi cita, es ese hermoso chico que se ve ahí.

Le dice sonriente señalando su reflejo en el espejo.