Capítulo 9: Malentendido

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—Oye, ¿Por qué estás aquí sola?— Me preguntó mientras se sienta a mi lado en la banca.

—Teddy, ¿Desde cuándo conoces a Maya?—

—Pues, la conozco desde que ella y An iban  juntos en la primaria—

—¿Cómo es ella?— Se veía algo confundido por mis preguntas, pero no parecía querer preguntar.

—Maya es amable, cariñosa y algo competitiva—

Me quedé un tiempo divagando sobre lo sucedido que no escuché que Teddy me estaba hablando.

—¡Aruna! —La voz de Teddy retumbó en mis oídos.

—¡Ay! No estoy sorda— Exclamé tapando mi oído aturdido.

—¿Segura? Porque tenía rato llamándote—

—Ah... ¿Enserio? Lo siento, no te escuche— Intenté disimular.

—Te había preguntado la razón por la que me habías echo preguntas sobre Maya—

—Ah, por nada, solo curiosidad—

Seguimos hablando de otras cosas, luego Teddy recibió una llamada y se fue. Yo había preferido quedarme un rato más, vi a Spike jugar con un palo y también tirarse contra un pequeño bulto de hojas secas.

Cuando empezó a anochecer, regresé a la casa. Puse mi celular a cargar ya que se le había acabado la batería cuando estaba con Teddy. Me recosté sobre la cama y cuando estaba a punto de dormir me levanté para bañarme.

...

Cuando me levanté me arreglé como de costumbre para dirigirme al trabajo. Al agarrar el celular vi que tenía dos llamadas perdidas de An, una era de ayer cuando se había apagado y la otra de cuando me estaba bañando, bajé a desayunar para después irme.

De camino al trabajo me sentía nerviosa, me preguntaba si debía hablarle a An sobre lo que Maya me había dicho, solo para sacarme de la duda; Después de pensarlo toda la tarde de ayer, había llegado a la conclusión de que An no era ese tipo de persona, o al menos eso esperaba.

Cuando llegué agarré una bocanada de aire frente a la puerta y entré, vi a An acomodando algunos conos y vasos para la nieve, fui directamente a la parte de atrás para ponerme el uniforme de trabajo; estaba por terminar cuando escucho que golpean la puerta.

—Aruna, ¿Puedo entrar?

—Espera un momento, ya casi termino— Me terminé de poner el uniforme y abrí la puerta. —Ya puedes entrar —Iba a salir, pero An me agarró de la muñeca.

—Espera, ¿Podemos hablar sobre ayer?—

Me quedé un momento en mis pensamientos, realmente quería hablar sobre lo de ayer, pero algo dentro de mí me decía que no.

—Yo..— No sabía qué decir.

—Si no quieres está bien, pero todo está bien entre nosotros, ¿Verdad?— Se veía preocupado.

Estaba por responderle, cuando escuchamos la campana de la entrada.

—¿Hola?— Preguntó el cliente que recién ingresaba.

An dio media vuelta para atender al cliente, pero en cuanto se dio la vuelta, alcancé a escuchar un suspiro.

—Buenos días— Dijo An al cliente.

Yo me quedé en la parte de atrás y sentí un dolor en el pecho, un sentimiento que no me gustaría sentir de nuevo.

Rápidamente tomé una hoja de un cuaderno que estaba en la habitación para cambiarse y escribí:
" Después que salgas del trabajo nos vemos en el lugar.

Pd. ¿Cómo puedo estar mal con mi bobo jefe?" 

Al terminar, la deje en un lugar donde la pudiera ver. Luego de eso empecé a trabajar, estaba limpiando una mesa cuando vi que An agarró la nota y cuando la leyó pude ver de reojo que volteo a verme mientras sonreía.

Cuando salí de trabajar fui a casa a darme un baño antes de que se oscureciera y se pusiera frío. Cuando faltaba media hora para que An saliera de trabajar salí de la casa en rumbo al lago que An me había mostrado, ese lugar había adquirido cierto sentimiento especial para mí.

Llegué al parque y me empecé a sentir un poco nerviosa, me dirigí al lago y me senté en el tronco de la última vez, llevaba puesto un abrigo beige ya que hacía algo de frío por la bajas temperaturas de Oklahoma, a pesar de que eran mediados de octubre el frío era muy diferente al que estaba acostumbrada.

A los minutos llegó An corriendo, llevaba puesto una camisa blanca y una chaqueta de cuero sobre esta junto con unos pantalones de mezclilla.

—¿Llevas mucho esperando?— Dijo mientras se sentaba a mi lado.

—No mucho— Seguía algo nerviosa por lo sucedido. —Voy a ser directa, si te sientes obligado de ser amigo mío por ser la 'chica nueva de la ciudad' no tienes que serlo. No tengo pensado quedarme mucho, solo hasta que mi tía se recupere.

—¿De qué estás hablando? Yo nunca he dicho eso— Se veía confundido.

—No tienes que fingirlo más, Maya ya me lo dijo— De pronto su cara cambió a una enfadada.

—Aruna, yo nunca dije eso, créeme— Ahora yo estaba confundida. —Maya me dijo que tu estabas preguntando sobre la novia de mi hermano... quiero suponer que tampoco fue verdad.. —

Fue entonces que entendí que Maya nos había mentido a los dos, volteé a ver a An y lucía desconcertado, Maya y él son amigos desde pequeños y que tu mejor amiga te mienta no se había de sentir nada bien.

—An lo lamento, no fue mi intención hacer quedar mal a Maya, me cae bien, pero me desconcertó lo que me dijo, enserio lo lamento—

—Está bien. Solo.. me tengo que ir— An estaba por levantarse cuando lo agarré de la mano.

—An... Yo.. — No sabía que decir, no quería que se fuera, no en ese estado, pero sabía que tenía mucho que pensar. —Nos vemos mañana.

An solo volteó a verme, pero siguió su camino.

Vacaciones de otoño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora