🧡 › day six 👒 ִֶָ

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comfort + healing | ☆ aftercare | "stay with me" ☆


she bound to drive me crazy

La almohada amortigua su caída. Chuuya respira agitadamente, y sus ojos se quedan fijos en la ventana, donde se reproduce el despertar de un nuevo día sobre las calmas olas del mar.

Todos sus huesos se sienten como si hubieran sido reemplazados por alguna sustancia suave y lanosa, todo un conjunto de suavidad extrema. Quizá su mente sea la más afectada después de todo lo que hicieron desde la noche, porque no encuentra en sí fuerzas para pensar en nada más que lo que ve y lo que siente.

Las sábanas han caído majestuosamente al piso junto a varias almohadas, la que tiene bajo su cabeza se siente incluso un poco húmeda por el sudor. Pero ¿importa? Los murmullos de sus dos novias hacen que el paisaje de la isla frente a ella se vuelva un poco borrosa, su mente esforzándose al máximo para poder conectar a tierra por un momento.

No necesita, sin embargo, pronunciar ninguna palabra para que un par de brazos la acunen desde atrás. Viendo la reina de picas en la muñeca, las uñas semi largas y pintadas de blanco, sabe que es Sigma. La reconoce con un sonido bajo de su garganta, y recibe un beso a un lado de su oreja en respuesta. Cuando está por usar las neuronas restantes para preguntar dónde está Osamu, dicho personaje aparece en su campo de visión, con un par de toallas húmedas tibias.

Ella sonríe cuando las ve, Chuuya siente que su mente suavizada por los orgasmos de toda la noche se vuelve un charco mucho más indomable cuando Osamu comienza a limpiarlas a ambas. Claramente, el proceso es mucho más lento debido a la hipersensibilidad (mordidas, chupetones y moretones están comenzando a despabilarse), pero Chuuya no encuentra la fuerza para quejarse. Además, en algún momento, Sigma también se une al cuidado, el olor de las pomadas para el dolor y el alivio bailan en el aire.

Para cuando terminan, Chuuya tiene un pie en el mundo de los sueños y uno vigilando que esas dos no vayan a desmayarse. Aunque no estuvieron como princesitas esta vez, sabe que han derrochado su energía como si no hubiera mañana (cuando sus huesos dejen de quejarse, va a decir que fue una buena idea) y, por lo tanto, conociendo la constitución debilucha de Osamu... Su preocupación tiene justificación, ¿de acuerdo?

Pero no sucede nada. Chuuya recibe con los brazos flojos a una Osamu que ya no puede contener sus bostezos, y se echa hacia atrás para recibir más cómodamente los brazos de Sigma. Ni siquiera necesitan unos minutos para que se queden totalmente dormidas.


🧡🧡🧡


Cuando se despiertan, las luces de las pequeñas casas en la isla se han despertado. El cielo es de un rosáceo cansado y el sol se hunde cada vez más. Chuuya siente que sus músculos se tensan cuando hace el mínimo movimiento para salir de entre los brazos de sus novias, pero ni siquiera ha terminado de moverse cuando escucha dos protestas somnolientas.

—Chibi, dormir —dice Osamu, su cabeza enterrada profundamente en la almohada, uno de sus brazos está sobre el pecho de Chuuya, como si encontrara en sus senos las almohadas que están tiradas en el piso.

—Temprano —murmura Sigma a su lado, quien tiene una postura para dormir mucho más normal. Ella suele permanecer casi en la misma posición, con lo cansada que estaba antes, no es una sorpresa que se haya quedado abrazando el brazo de Chuuya, su cabeza apoyada en el resto de la almohada que tiene Chuuya, su cabello tapa la mayor parte de su rostro.

El problema es que Chuuya necesita ir al baño. Aunque antes de que pudiera dormirse hace unas horas Sigma la había llevado al baño en su espalda, alegando que no la dejaría cerrar los ojos si no hacía sus necesidades primero. Se lo agradece, pero todavía quiere ir de nuevo.

Chuuya comienza a idear varias formas de liberarse. No obstante, como si oliera sus intenciones con alguna especie de sensor, Dazai se enrosca a su alrededor. ¡Digna de ser llamada un pulpo! Resignándose a que no saldrá de esta prisión humana por unas cuantas horas más, Chuuya se obliga a dormir de nuevo. De todos modos, no se siente tan urgente eso de ir al baño.

Sigma parece comprender que desistirá de irse, y se confabula con Dazai para ser un tierno pulpo a su alrededor. Chuuya pone los ojos en blanco, pero hay una sonrisa en su boca magullada por los besos.

Ella no se irá a ningún lado.

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