Décimo segundo capítulo
-Dime Perth ¿Porqué volviste?
Levantó la mano despacio para no asustar al pequeño conejo indefenso y la colocó en una de sus mejillas, atrapando la humedad con sus dedos.
-Por que no puedo dejarte ir, por que fue imposible para mí olvidarte -levantó la otra mano y trazó la linea de las cejas con la punta del dedo- se que soy tu maldición, pero no puedo evitar volver a tí.
-Quisiera no recordarte -susurró- no recordar nada.
-Lo se -con un movimiento lento acercó el rostro y apoyó la nariz sobre la suya- lo siento.De a poco, bajó las manos y las envolvió en la espalda, el calor filtrandose a través de las capas de ropa que cubrían al castaño, el retumbar de su corazón sobre su pecho, el llanto acompasado cayendole en el hombro.
-Necesito que se termine -lo escuchó decir con la cabeza escondida en su cuello- ya no puedo más.
Había tanto implícito en esas palabras, el dolor, la traición y el sufrimiento que le había impuesto a su vida.
Dejaron que el tiempo fluyera entre los dos, que la cercanía calmara un poco la quemazon de las almas destruidas.-Ven conmigo.
Lo tomó de los brazo, ayudó para que se levantase ignorando el malestar de las rodillas y el arma que quedó descartada en el suelo. Lo guió a la cama, le sacó los zapatos, lo acomodó sobre el colchón y se tendió a su lado antes de cubrirlos con la sábana que había quedado enrollada a los pies. Saint se tensó unos segundos, hasta que acomodó la cabeza sobre su hombro. En el lugar donde pertenecía, donde tendría que dormir cada noche.
-Necesito que me escuches -le dijo y sintió como movía la cabeza para asentir- y antes que nada, no me va a alcanzar la vida para arrepentirme de lo que hice, soy una mierda, eso lo se, pero no quita que te ame más que nada o a nadie, más que al recuerdo de mi hermano.
Enredó los dedos en la suavidad del pelo castaño y aspiró el aroma de su piel, mezcla de algún perfume y el olor del sexo compartido hace unas horas.
-No voy a justificarme porque no hay nada que pueda redimir lo que hice, pero quiero que sepas que si no volví antes por tí fue porque tenía que ocuparme de que nada volviera a amenazarte.
-El único que me amenazó fuiste tú.Las palabras dolieron ,pero no dejaban de ser ciertas, tragó duro y siguió con lo necesitaba ser dicho.
-Mark por años fue la única persona a mi lado, me dio un lugar y un propósito, me señaló el camino y lo seguí sin cuestionarlo -dejó un beso en la piel de la frente- si tú no hubieras aparecido, toda mi vida habría sido así, pero apareciste, y un día te convertiste en mi propósito, al principio por las razones equivocadas... y sin pensarlo todo lo que podía querer era a tí, tu voz, tu sonrisa, tu perfume... pero soy un cobarde, el peor de todos, nunca tendría que haberte colocado en esa posición, tendría que haber sabido que Mark no dejaría las cosas así no más.
-Entonces él va a volver por mí.
-No, nunca -apretó los puños ante el recuerdo del odio que se había apoderado de él- Mark es una bestia, astuto y desconfiado, pero eso mismo lo hizo pensar que estaba sobre los demás... me llevó meses, volver a empezar desde abajo y hacer mi camino de nuevo a la cima.
-¿Trabajas otra vez para él?
-Trabajo para tu padre, soy contador junior ¿recuerdas?
-No voy a dejar -intentó levantarse, su cuerpo forcejeando.
-Shhhh, déjame terminar ¿si? Cuando todo pasó, lo perseguí y creí que podría contra él, no fue así... supe que necesitaba otra estrategia, tenía sus secretos, conocía los números, cada uno de sus negocios, movimientos y escondites... fue cosa de negociar con la policía.
-¿Lo entregaste?
-Si, solo que no llegó a tener un juicio, Mark tenía el suficiente poder para manejar todo desde adentro de la cárcel.
-¿Qué pasó?
-No necesitas saberlo.
-Si, si lo necesito.
-Me ocupé de él y no, nunca nadie va a encontrarlo.No contaría los detalles, no necesitaba saber como una vez que ganó su confianza se metió en su casa y logró tenerlo a su merced para meterle una bala entre las cejas mientras lo tenía de rodillas, mucho menos necesitaba los detalles de como el cadáver terminó desperdigado en contenedores que hace mucho se habían descartado, para todos, la historia oficial era que había huído al verse acorralado y nadie más que él sabía la verdad.
El suspiro húmedo toco su pecho, las lágrimas fueron mojándolo de a poco.-¿Se terminó?
-Si.Los dos dejaron que el silencio los llenara y mientras tanto intentó convencerse de que podía ser un nuevo comienzo, todas las cartas puestas sobre la mesa, no obstante, sabía que los deseos muy pocas veces se hacían realidad. Las luces provenientes del exterior se filtraban a través de las persianas, los sonidos colándose de a poco, a lo lejos las voces, algún celular sonando, música de otro departamento apenas inmutaban la quietud de los dos cuerpos entrelazados.
El movimiento a su lado alertó que el momento estaba llegando a su fín, la historia que había comenzado tanto años atrás, mucho antes de que conociera a Saint, había concluído.-No... -apenas le salió la voz- por favor, no te vayas.
Como respuesta, las lágrimas de sal tiñieron el último beso, el temblor en sus labios filtraron la tibieza que tantas veces había añorado. No quiso mirar, cerró los ojos mientras el llanto se hacía cargo y deseó con fuerza ser el quien olvidara, no tener en la memoria a Saint escapando de su vida.
Más tarde, mucho más, cuando el cuerpo dolía de tanta amargura, se obligó a moverse y buscar algo que delatara que el otro había estado allí, que por lo menos se había despedido. Avanzó a gatas, los pies descalzos haciendo contacto con el suelo frío hasta llegar a donde el arma había sido abandonada. La tomó con cuidado y la revisó, la risa maniática llegó cuando se dio cuenta que no estaba cargada, el mayor castigo era saber que seguía con vida, pero lo había perdido todo.
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Hola!
Necesito saber que les pareció!!!
Gracias por haber leído esta historia, lo próximo es el final.
Saludos.
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Moneda de cambio
FanfictionOne shot del festival PinSon. Para quienes no lo leyeron o para quienes esperaban un poco más de esa historia, aquí está.