Capítulo final
Al principio fue difícil, pero podría decirse que el tiempo puso todo en su lugar, era extraño la forma en que trabajaba el destino.
Ese día, cuando volvió a la casa familiar con el alma a cuestas y una resolución en el corazón, no imaginó que vería a sus hermanos derrumbarse ni a su padre prometerle y rogarle lo que fuera necesario lo que en sí era una ironía, porque meses antes ellos le habían ofrecido la misma opción, un viaje que serviría para despejarse, la diferencia era que ahora eran conscientes de que esto era definitivo.
Sostener la mentira fue fácil, después de todo, ocultar la verdad se había convertido en una segunda piel y por primera vez no le pesaba hacerlo.-No es necesario tanto llanto -le había dicho a Ohm y Kao que lo apretaban en la terminal de salida- solo será por un tiempo.
La mentira era obvia y todos fingieron creerla. El abrazo con su padre casi lo hace flaquear, pero por una vez en mucho tiempo era libre para decidir por sí mismo.
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La primera parada lo llevó cerca del mar, allí el agua salada y la inmensidad de lo infinito lavo su piel del recuerdo de una bala ingresando por la espalda, las huellas sobre la arena tibia se llevaron las mentiras que había escuchado de labios ajenos, el ardor en la piel llenándose de pecas por el sol quemó la sensación del rechazo y la traición. De a poco, como si cambiara la piel de una herida, fue despojándose del dolor que por dos años guió cada uno de sus pasos.
Anduvo por callejones y se perdió en pueblos de los que no se sabían los nombres, bailó algunas canciones bajo faroles siguiendo sonidos ajenos, escuchó historias y a cambio contó algunas sobre la familia que había dejado atrás.Se mantuvo en contacto con sus hermanos, hablaba con frecuencia con Earth quien se convirtió en un amigo a la distancia.
Luego de un año necesitaba más, los caminos lo llevaron a mundos que no conocía, a personas que se brindaron como alguna vez lo había hecho él, de manera sincera y confiada, de a poco fue alejándose de las ciudades y encontrándose en poblados que tenían poco que ver con la vida que había conocido.
Fue en uno de esos lugares mientras miraba las luciérnagas revolotear al ras del suelo que supo que ya no importaba, el recuerdo de Perth era algo lejano, lavado a través del tiempo y las lágrimas, tanto que de él solo había quedado un eco al que de vez en cuando volvía para descubrir que el rencor ya no lo consumía.
Decidió que era momento de dejar de correr y buscar un lugar propio.El destino eligió por él.
Había estado manejando el auto del que se había hecho varios pueblos atrás, nada lujoso ni nuevo, lo suficiente para seguir en camino. La lluvia comenzó como una pequeña bendición ante la sequía y el calor hasta convertirse en un aguacero que no dejaba avanzar más que unos metros. Descansó a un costado hasta que un movimiento ligero y discordante con la situación llamó su atención.
Bajó y corrió hacia un costado donde el barro empantanaba las zapatillas desgastadas.-¿Necesitas ayuda?
El pequeño de ojos oscuros le devolvió la mirada, no debía tener más de 6 o 7 años y cargaba en brazos un cachorro diminuto color canela, los dos empapados.
-¿A donde vas? -miró a los costados buscando un adulto- ¿Qué haces aquí solo?
El niño comenzó a temblar, los dientes prácticamente le castañaban.
-Ven -lo llamó con la mano y señaló el auto- podemos esperar allí.
La mirada desconfiada hizo varios movimientos hasta que decidió por seguirlo. Dentro del auto rebuscó en un bolso de mano hasta encontrar una toalla que por lo menos sirvió para secar la cara y un poco el pelo.
-Dime -le habló en un tono bajo para no espantarlo- ¿Qué haces solo por aquí?
-Chica se había escapado -apretujó el animal contra el pecho- tenía que encontrarla.
-Chica ¿eh? -acarició el hocico- ¿y tus padres?Observó como se hacía aún más pequeño.
-¿Recuerdas el camino a casa?
El niño no dijo mucho y le indicó el camino por una entrada rural que se perdía entre los árboles, a lo lejos podía ver un cacerío que no debía ser de más de un par de cuadras a la redonda. La puerta de una casa derruída se abrió de golpe mostrando a una adolescente que salió corriendo con los ojos enrojecidos e hinchados por el llanto.
No hubo muchas opciones después de eso. Algo en el pecho tiró hacia ellos, hacia esa joven que lloraba recriminando algo al menor, al niño que sollozaba sosteniendo a un cachorro que comenzó a lamerles la cara.
La lluvia ya era torrencial sobre los cuatro y aún así no podía moverse, el cuerpo desarmado ante esos dos hermanos. Pensó en los suyos, en Ohm y Kao, en su padre, en la madre que había perdido tan temprano en la vida.-Gracias -le agradeció la joven sin soltar a su hermano- le dije que no debía salir, yo estaba en la escuela...
-¿Tus padres?
-No hay nadie más -la voz y la postura desafiando a decir algo sobre esa afirmación- somos nosotros dos.
-Soy Saint -le sonrió para calmarla- estaba de camino.
-Él es Jey, yo soy Nao.
-Y Chica -apuntó.
-Y Chica...
-Nao, ¿sabes de un lugar donde pueda quedarme?
-Puedes preguntar en la escuela, son tres cuadras siguiendo por aquí.Se despidió sin decir mucho más, sólo la promesa de Jey de que no volvería a salir, la mirada de Nao no perdió su rastro y la pudo sentir quemar su espalda todo el camino.
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-Tío!
-Ohhhh enano!Jey saltó sobre Kao como hacía cada vez que lo veía aparecer, colgándo todo el peso sobre los brazos de adulto.
-No soy enano -se carcajeó- papá dice que pronto me voy a estirar y voy a ser tan grande como tú o tío Ohm.
-Pfff -lo llevó hacia adentro de la casa- creo que tu papá está inventando.
-No le hagas caso -la voz de Saint intervino mientras salía de la cocina- a tu edad Kao no era más que una pequeña garrapata.
-Hola para tí también.El castaño apretujó al menor de los hermanos, desde que se había establecido en el pueblo las visitas se hicieron frecuentes, tanto que sus dos hijos amaban a la familia de la que una vez se había alejado para reencontrarse consigo.
-¿Dónde está esa mocosa?
-Una salida escolar -comentó juntando algunos libros olvidados sobre la mesa mientras Jey salía en busca de Chica- se supone que en un par de horas estarán de vuelta.
-¿Cómo hiciste para...
-¿Dejarla ir? -terminó la pregunta por él y suspiró- la amo, pero una adolescente enojada es lo último que necesito en este momento, tengo que aprender a controlar mis miedos.
-Eres todo un hombre adulto ahora -se burló.
-Digamos que este par me hizo comprender un poco a papá.
-¿Sólo un poco?Saint miró el patio a través de la ventana, un pequeño cerco delimitaba la parcela de tierra donde había vuelto a empezar, Chica, la pequeña perra mestiza corría con un palo en la boca que Jey le había lanzado. La vida aquí no era nada de lo que había sido antes de de emprender el viaje, pero era todo lo que quería para sí y los dos hijos que habían cambiado la percepción del mundo.
-Todo me trajo aquí, Kao... -susurró- supongo que es la forma en la que funciona el destino, y ahora se que no cambiaría nada, ni lo bueno ni lo malo, y aunque duela lo repetiría todo mil veces solo para encontrarlos una vez más.
Fin
〰️🖤🖤🖤〰️Esperen! Se terminó? Y donde está mi beso final, mi camino en el arcoiris y comer nueces o perdices???
Será que hay un epílogo?
Mejor me despido aquí y no prometo nada, este era el final que quería para mi Saint, superar, sanar, crecer, vivir.
Espero que lo hayan disfrutado.
No me odien.
Dejen cometarios y bellas estrellitas! Hasta pronto.
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Moneda de cambio
FanficOne shot del festival PinSon. Para quienes no lo leyeron o para quienes esperaban un poco más de esa historia, aquí está.