España y azteca se encontraban en un hermoso campo verde. Decidieron hacer un picnic en la tarde, se les hizo de noche rápidamente. España trajo su cuaderno de dibujo. Al español desde muy joven siempre le gustó el hermoso arte que es el dibujo y la pintura, sin duda azteca era en este momento su mayor musa.
-quédate quieto.-decía el español mientras intentaba acomodar de nuevo el rostro de azteca en la posición que estaba antes.
-perdón, no me gusta estar quieto.-dijo el imperio mientras veía sonriente el rastro de España y se dejaba acomodar.
-bien ahí.-España cogió el lápiz y se dedicó a dibujar.
-no entiendo como puedes dibujar con esa pequeña lámpara.-como anteriormente se había comentado, era ya de noche en aquel campo. España se apoyaba de la luz de su linterna.
-mis mejores dibujos los e hecho de noche.-dijo el mayor mientras pintaba el negro cabello del imperio.
Azteca miraba su alrededor un poco aburrido, era bueno quedándose quieto, pero no era algo que le gustase. En eso miró una pequeña luz parpadeante en una hoja. Era un resplandor diminuto.
-mira, España.-se levantó y el español sólo soltó un suspiro por la abrupta interrupción. Miró al más alto agacharse y extender su brazo hacia enfrente cerca de la vegetación verde del campo. España se preguntaba ¿Qué era lo que estaba haciendo? Hasta que movió su brazo desplazándolo para un lado y ver el montón de luces que empezaron a encenderse una por una, los pequeños foquitos se dirigían hacia arriba de una manera tan lenta que parecían flotar en la brisa. Eran luciérnagas. España miraba las luciérnagas encantado, decidió ir con azteca y observó que cada paso que daba se iluminaba, se sentó aún lado del imperio e imito lo que había hecho dejando verse brillantes lucecitas en el verde campo. Rió alegre al ver esto.
España miró a azteca con una linda sonrisa en el rostro. El imperio apreciaba a España como si las luciérnagas fueran reflectores iluminándolo, seguro a eso se refería España aquella vez que le dijo que prefería ver las estrellas en sus ojos que en el cielo. Las luciérnagas eran las estrellas iluminando su rostro, su cielo.
《Mi cielo》
Pensó automáticamente sin vacilaciones.A eso se refería. Con que eso se sentía.
-verdes, brillantes, con pinceladas amarillas. Son como ver un extenso campo de luciérnagas reflejado en dos gotas de lluvia, tan pequeños y a la vez tan enormes como para perderte en ellos. Para perderte en su campo de luciérnagas.-habló quedito el más alto.-lo olvide y a la vez no, raro ¿no?-le sonrió tiernamente a España. Por otro lado, España estaba con el corazón a mil mirándole. Dirigió su vista al campo con las luciérnagas flotando, volando silenciosas con el viento. ¿Así de hermosos miraba mis ojos? Pensó sintiendo una linda calidez en el pecho.
Se encontraban en una linda noche estrellada sobre un campo de luciérnagas. Ninguno de los dos habían visto ese detalle. Estaban muy concentrados viéndolos atraves de sus ojos.
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Sentirnos de nuevo (Azteca x España)
RomanceEl amor como flor se seca, puede ser para siempre o por una temporada. Por suerte, lo suyo era de temporada y el amor volvió a florecer para convertirse en un bello ramo de rosas. Oh, ¿ya mencioné que uno de ellos a despertado del descanso eterno...