Sentirnos de nuevo (Azteca x España)

cap-3

ESPAÑA:

¿dormir? ¿Que es dormir? No pude conciliar el sueño la noche de ayer, solo podía pensar en que hay un imperio renacido en la otra habitación y que de paso me quiere muerto... ¿o me quería? No lo sé, estoy seguro que no me matará solo por México, no creo que me haya perdonado del todo y bueno, en verdad no lo culpo.

Dormi, o mas bien, estuve pensando gilipolleces por toda la noche en una habitación que mexico tiene para invitados. Esta en la parte de arriba, justo enfrente del cuarto que México hizo para honrar a azteca.

Me levante de la cama después de estirarme y tallar mis ojos cansados en busca de no sentirlos tan adoloridos y pesados. Al salir de la habitacion se esucho por primera vez en esa casa, silencio. México suele levantarse a hacer desayuno y siempre pone música, por lo cual me levanta el sonido de cazuelas, música y su canto, que la verdad no molesta. Pero en esa ocasión solo se escuchaba el típico sonido de la mañana, aire, pajarillos y uno que otro coche que pasa y se hace nítido a la distancia.

Baje rumbo a la cocina, no encontré a azteca lo que me alivio, talvez podía hacerle desayuno e irme a dormir sin tener que verle. Busque en el refrigerador huevos y tocino, el obvio desayuno que prepare lo acompañe de un café, algo sencillo, fácil y rápido. Hice lo que prometí, ahora tenía que hablarle.

-azteca.-grite, según un retrasado por que ni siquiera yo me esuche. Me acerque a la puerta de la habitación y toque dos veces, no respondió.-ya está el desayuno.-lo dije de una manera bastante audible y no respondió.-voy a pasar.

-no, ya voy.-vaya, funcionó. Yo me fui a la habitacion de arriba, su desayuno estaba ya listo en la mesa, no me necesitaría más y no creo que quiera que yo esté ahí. Al subir las escaleras esuche el sonido de su puerta abriéndose. Al entrar de nuevo a la habitacion pensé, ¿así sería siempre? ¿hago comida, me escondo y así sucesivamente?. Y México, el dijo muestrale el nuevo mundo ¿a que se refería con eso?

-España.-la voz de azteca hizo que pegara un mini brinco.

-y-ya voy.-me dirigí a la puerta y al abrir esta me encontré con el imperio, obviamente, ¿con quien coño mas?.-¿Que pasa?.-tenia la puerta medio abierta,bueno más bien, medio cerrada ya que solo se veía la mitad de mi rostro.

-abre bien la puerta, no te voy a morder.-guarde silencio y la abrí mas.-ahora si, están tocando la puerta de la casa.

-¿por qué no abriste?-eso me alarmo, talvez era algo importante para México. sali de la habitacion deprisa.

-la última vez que la abrí apareciste tu, no quiero volver a abrir esa cosa.-escuche los golpes.

-ya voy.-abri la puerta y mire a unas personas. Mujeres con falda larga y hombres con traje. Oh no, creo que son esas personas de las que México se esconde.-¿Que sucede?-senti un bulto al lado de mi, al mirar era azteca.

-buenos dias, venimos a hablarles de la palabra de dios.-dijo una de las mujeres con una sonrisa.

-jaja ¿siguen con eso?-hablo el imperio.

-shhh.-pensé que las personas no habían escuchado, pero de manera nada discreta se asomaron y sus caras palidecieron. Posiblemente por el aspecto de azteca y sus mentes cerradas era como ver al anticristo. Un hombre de cabello larguisimo, piercings, perforaciones y tatuajes. Azteca solo me vio divertido y acerco su rostro a las personas.

-larguense, esta es casa de satanás.-les mostró su lengua la cual estaba partida de la punta a la mitad como una serpiente, decorada por piercings de calavera. Esto hizo asustar a las personas de manera exagerada. Algunos de ellos tomaron su rosario y empezaron a hacerle el padre nuestro a la casa mientras hablaban en latín y salían corriendo. No pude evitar soltar una carcajada, fue demasiado ridículo. Azteca veía a las personas con una sonrisa burlesca.-¿todavia tienen esa mentalidad?-me preguntó.