Perdí la cabeza.

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Perdí la cabeza, y quisiera decir que no sé por qué.

Viví siendo educado para servir en el palacio como un sirviente más. Los primeros años fueron difíciles, en especial porque yo era rubio, algo poco común en esos lados de Asia, y eso se debía a que mi madre había sido extranjera, heredando así su belleza traída del viejo continente. Muchos me llenaban de halagos por eso, pero al mismo tiempo fui preso de la envidia muchas veces.
Serví muchos años al reino antes de que el rey notara mi existencia, él era un hombre muy ocupado con una guerra a la vuelta de la esquina.

Al comienzo solo eran saludos, luego, cambiaron todas mis tareas para servirle exclusivamente al rey, fui su mano derecha por casi un año, y en ese tiempo no pude evitar caer enamorado de aquel imponente hombre.

Sus facciones marcadas, su barba siempre a medio crecer dándoles aires de masculinidad, sus hombros anchos y su oscuro cabello negro que hacían juego con esos profundos ojos oscuros. Jeon Jungkook, hasta su nombre era digno de un rey.
Él era un rey Justo, no era un tirano, pero tampoco era rey que desbordaba bondad, siempre actuaba según la ley, pero conmigo, eso no importaba, siempre me trataba como a un muñeco de porcelana, me hablaba con la mayor de las delicadezas casi susurrando como si temiera que con levantar la voz me rompería, siempre me sonreía y acariciaba mi mejilla con tanta dulzura... Nunca pude evitar sonrojarme y el amaba eso.

Hasta que un día solo se arrodillo frente a mi y dijo:

"Yoongi, yo sé que odias las cosas extravagantes, y que nos conocemos hace mucho, pero mi corazón no puede soportarlo más, no más, moriré si sigo despertando sin ti a mi lado cada mañana, moriré si tengo que seguir aguantando las ganas de besarte y tocarte como yo quisiera, moriré si no eres mío, porque eres el ser más hermoso que mis ojos hayan podido presenciar, cada sonrisa astilla mi corazón, cada suspiro roba mi aliento y cada parpadeo tuyo araña mi alma, eres cruel Yoongi, me destruyes al no poder tenerte y es que te amo...Así que hoy frente a mi corte te ruego que no rompas mi corazón y demostrando mis sentimientos hacia ti, te pido que te cases conmigo"

Obviamente dije que si.

Y la boda fue hermosa, cada detalle delicado, cada flor, todo era bellísimo ante mis ojos, y es que yo no podía estar más lleno de felicidad, el rey me amaba como yo a él, estaríamos unidos por el resto de la eternidad.

El primer año de casados estuvo lleno de alegrías, el pueblo me amaba al igual que el rey, ayudaba en todo ámbito social que podía, todos estaban contentos con los avances que yo proponía y ayudaban al reino, y cada noche el rey me demostraba ferozmente su gratitud haciéndome el amor con una tranquilidad y amor únicos.
Cuando chocábamos en los pasillos siempre corría y me alzaba en los aires susurrando un ligero "te amo" y cada mañana me despertaba acariciando mis cabellos rubios.
Todo era maravilloso.

Pero estalló la guerra, fue inevitable, y tuvimos que aliarnos con un reino un poco bárbaro, que prontamente comenzaría a circular por nuestras calles y el castillo.

Jungkook cambio, luego de una batalla donde casi muere liderando a un pequeño ejército de exploración. Todo en él fue distinto.

Dejo de tratarme como el ser más delicado del mundo, ahora me empujaba o agarraba del brazo con demasiada fuerza creando moretones, ya no me hacía el amor cada noche con esa tranquilidad, ahora solo me obligaba a inclinarme para él en cualquier lugar que quisiera ya fuera por mi voluntad o la fuerza.
Dejo de decirme te amo y ahora me despertaba el frío que dejaba su ausencia en la cama.

Pero yo seguía pensando que era el estrés de la guerra.

Empezó a actuar mucho más posesivo, celoso, agresivo.

"Eres una prostituta igual que tu madre" había dicho una tarde en que me había resistido más de lo usual y es que había sido más brusco de lo usual.

Había empezado a exigir progresos, pero yo no podía más, lloraba siempre que estaba solo, y es que me dolía el cambio que había tenido mi marido, no lo reconocía.
Cuando pille su primera infidelidad, me dije que algo sucedía con él, ese no era el Jungkook que yo conocía.

"¡Como pudiste hacerme esto Jungkook!" Lloré como nunca aquella noche, pero cuando él entró en la habitación y me besó, lo perdone.

Creo que ese fue el inicio donde comencé a perder la cabeza.

Jungkook siguió engañándome, al mismo tiempo que me celaba más, me comencé a aislar de él, centrándome en las ayudas del pueblo que gracias a la guerra pasaba hambruna y dejaba huérfanos como viudas, mi tiempo se ocupaba en eso. Sin querer me hice amigo de uno de los soldados del reino aliado, Taehyung, era muy alto y musculoso, pero muy servicial.

Taehyung iba conmigo a todos lados, me ayudaba a organizar las ayudas y las visitas, a la vez que conocíamos sobre la vida del otro.

Estaba tan centrado en esa vida que olvidé a JungKook y su cambio, ese, fue mi mayor error. Una mañana que me preparaba tranquilamente para seguir con mis labóreles comunitarias Jungkook me detuvo.

"Lo siento mi amor" dijo "Pero, tú eres solo mío"

Seguido de eso entraron los guardias acompañados de un ministro y dijo.

"A Jeon Yoongi, rey consorte de su Majestad Jeon Jungkook se le acusa de los siguientes cargos de traición al reino y adulterio, su sentencia será dictada conforme a la ley de su majestad el siguiente día. A la espera de dicha sentencia será llevado a la Torre sur en priva de su libertad."

Temblé, lloré y supliqué.

"¡Amor no puedes hacerme esto! ¡Soy Yoongi! ¡Por favor! ¡Por favor Jungkook!"

Pase esa noche encerrado en aquella torre volviéndome loco, pensando en cómo había llegado a eso, mientras me consumía en mi propia locura apareció Jungkook. 

"Creo que... Quieres una explicación" corrí a su lado y me arrodillé abrazando sus caderas con fuerza, suplicando que todo fuera mentira.
El amor de mi vida no podía estar acusándome de tales atrocidades.

"Por favor amor"

"El soldado Kim fue ejecutado hace menos de una hora por traición." Y entendí que todo era por esos celos enfermizos de los que me había descuidado. "Y el mismo destino te espera a ti, te amo, pero no dejare que me veas la cara acostándote con los soldados del reino vecino, planeando derrocarme a escondidas mías para quedarte con la corona. Lo sé, Yoongi, todos tus planes, todo eso de ayudar al pueblo siempre fueron mentiras querías poner al pueblo a tu favor y sabias que con ayudas comunitarias te los ganarías porque la gente es así, los querías en mi contra, mientras que ganabas aliados en el ejército acostándote con ellos" río secando sus lágrimas, mientras que yo no podía creer lo que oía.

"¿Como pudiste hacerme algo así? Yo te amaba Yoongi, hubiera dado hasta mi vida por ti, ¿Querías más poder? Te lo hubiera dado, te hubiera dado mi corona de ser posible con tal de tenerte a mi lado cómo habíamos jurado."

" Y lo estaremos Jungkook, mi amor, nada de eso es verdad, yo no quiero tu corona mi vida, yo siempre te e querido a ti y a nadie más, tú eres el único hombre en mi vida, amor, por favor." Supliqué besando sus manos que se mojaban con mi lagrimas. "Te lo ruego"

"Es tarde, Yoongi"

Cuando finalmente Jungkook se fue, solo pude reír, me reí toda la noche como nunca lo había hecho.
Los soldados que hacían guardia habían comenzado a decir que yo había perdido totalmente la cabeza.

Y es que al final, si había perdido mi cabeza.
Fui decapitado la tarde siguiente al ser encontrado culpable de los cargos de traición y adulterio.

"Larga vida al rey"

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Es una idea súper exprés.
Debido al aniversario de muerte de Anna Bolena. Bajo todo el respeto posible.
Perdonen faltas de ortografía.

Mini fics Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora