Papá esta aquí bebé.

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El golpeteo constante del pie de Jungkook hacia juego con el sin parar de bullicio que lo rodeaba, gritos, máquinas, pisadas apresuradas, gente preguntando y doctores o enfermeras respondiendo, todo era un caos en aquel lugar, urgencias siempre era así, sentado en aquella dura e incómoda silla azul que helaba su trasero suspiró inclinándose nervioso, miró el suelo siempre limpio y reluciente, blanco, donde de forma difusa podía ver su figura, los nervios lo comerían vivo, llevó sus manos a su rostro y frotó sus ojos candado, angustiado, no tenía por qué, todo saldría bien, lo habían asegurado los doctores hace meses, incluso en la última cita, todo iba perfecto, pero había algo que lo tenía inquieto desde que vio la cara de dolor en el rostro de su amado.

Una mano sobre su hombro lo sacó de su ensueño, su padre y su madre, ambos con respiración agitada y un sonrojo en sus rostros delatando que había corrido hasta ese lugar para estar con el, ambos le sonrieron, Jungkook se levantó y abrazó a su padre con fuerza trasmitiendo aquella inquietud.

—¿Qué sucede, campeón?—Exclamo el hombre mayor con una gran sonriendo viéndolo a la cara sosteniendo sus brazos.—¡Serás padre hombre! ¡Muestra felicidad!

—Lo sé, es solo que... estoy nervioso.—Se excuso Jungkook tímido y volvió a sentarse a la espera de alguna noticia, Yoongi a penas había entrado hace media hora.

Ambos adultos se sentaron junto a él, a los pocos minutos empezó a llegar más gente y conocidos tanto de Yoongi como de Jungkook, algunos con globos y flores, todos con una gran sonrisa y alegría irradiando, el pelinegro lamentaba no compartir aquella ameno ambiente que se había formado.

—Hola.—Saludó Jimin, un fiel amigo en común.—¿Nervioso?

Suspiro cansado, ya iban tres horas sin noticias, la sala de espera estaba repleta y los nervios junto a la ansiedad solo carcomían la cabeza de Jungkook.

—Jimin, yo... ¿Y si no soy buen padre? —Dudo el pelinegro perdiendo su mirada en aquel reloj barato que avanzaba lentamente.—No quiero que Yoongi se haga cargo de todo porque yo no sé hacer nada.

Su amigo río enternecido.

—¿Y quien dice que Yoongi lo sabe todo?—Suspiro Jimin.—Ambos son jóvenes y primerizos, no te culpes de algo que no a pasado y quizás no pase, no serán perfectos, amigo, pero ambos tendrán que aprender en la marcha, lo importante es que ambos estén ahí para el pequeño y saquen las cosas adelante, serán grandes padres.

Jungkook miró a Jimin y sonrió por primera vez desde que había pisado aquel edificio, su amigo palmeó la rodilla del futuro padre que reía débilmente.

—Vamos papá, necesitas un café.—Río.—El primero de muchos.

Pasaron más horas, y todos seguían ahí a pesar de todo, fue cuando una señora con un traje rosa y envuelta en nervios se dirigió a él.

—Disculpe, ¿Usted es el señor Jeon?—Pregunto casi en un susurro.

—Si, soy yo, ¿Como esta Yoongi?—Como si hubiera estado en un trampolín se levantó de aquel asiento azul.

—¿Me podría acompañar por favor? Si quiero puede ser acompañado por un familiar.

—Ah...—Dudo.—Si.

Dirigió su mirada a sus padres y estos entendieron, no era que Yoongi no tuviera padres o fueran menos importantes, pero aquellos habían salido de la ciudad hace una semana y llegarían mañana por la mañana a toda velocidad para ver a su hijo y nieto.

Los tres siguieron a la señora hasta una habitación donde vieron una pequeña cuna llena de mantas azules que se movían incómodas junto a unos quejidos balbuceantes.

—Normalmente esto no pasa y me partía el corazón darles esta noticia frente a mucha gente.—Dijo la señora caminando hasta un extremos de la cama.—Señor Jeon, le presente a su hijo.

La señora levantó el gran bulto de mantas azules que quejaba y lloraba, Jungkook sin palabras se acercó hasta la señora recibiendo a su hijo, era un ser hermoso, rojizo, que aunque en brazos de la mujer había llorado, en sus brazos se había calmado, aquella pequeña y rechoncha nariz igual a la de Yoongi, sus mejillas regordetas, eran una viva imagen de su amado, estaba hipnotizado con aquella bella imagen de ese pequeño ser que se movía en busca de comodidad.

—¡Es niño! —Río con alegría su padre abrazando a su mujer quien también reía y saltaba feliz por la llegada de aquel pequeño.

—Pero...¿Como está Yoongi?—Pregunto su madre separándose levemente de su espeso, la señora que observaba todo en silencio la miró.

Los gritos felices de su esposo cesaron para abrir al silencio abrumador.

—Yo...El señor Jeon durante el parto presento unas complicaciones que derivaron a un estado crítico.—Dijo tragando saliva y carraspeando.—Hicimos...

Jungkook dejó de escuchar, las lágrimas caían sin parar de su rostro pero no sentía nada, alguna pequeñas gotas fueron a parar hasta la ropita blanca de su hijo que dormitaba ajeno a la primera prueba que le ponía la vida, ajeno a todo, dormía inocente y calmado, un hipido salió de su garganta incomodando al pequeño que frunció su rostro quejándose amenazando con llorar, agito sus brazos calmando al bebé y besó su frente, sonrió viendo cómo este se calmaba a los segundos.

—Papá está aquí bebé.

👶👶

Perdonen las faltas de ortografía.
Espero les haya gustado.

Chinmokushi.

Mini fics Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora