Hechizaste mi corazón.

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[3]

Jungkook cada tarde al salir de la universidad y caminaba por un par de cuadras hasta un pequeño parque casi oculto entre aquellas grises paredes de altos edificios llenos de oficinas y gente de traje, cada tarde en ese pequeño parque lleno de árboles y flores veía a un muchacho quizás de unos diecinueve años ahí sentado en el pasto o a veces recorriendo con los árboles con sus dedos mientras sonreía, no sabía qué era o porque, pero cada vez que veía a ese chico ahí sonriéndole a las flores y a los árboles su corazón se agitaba y su cara ardía, amaba esa sensación que lo llenaba de paz y una alegría inmensa, deseaba quedarse para siempre solo para mirar a ese chico ahí en ese pequeño parque oculto en un mundo gris.

Hoy no era distinto a cada tarde, Jungkook como siempre se sentaba a los metros suficientes y sacaba un par de libros y libretas para hacer alguna tarea o repasar algo en lo que miraba al chico de reojo, pero hoy por alguna razón se quedo mirándolo más fijo de que lo que creyó, y notó algo, una flor marchita en sus manos rodeada de brillos dorados, renació, noto que el chico lloraba mirando aquella pequeña flor volviendo a recuperar su color vivo y su postura, y dejó de llorar.

Por días creyó que quizás se había quedado dormido en el parque y había soñado aquella escena que en su cabeza se repetía una y otra vez o solo quizás el brownie que le compró a Taehyung era más mágico de lo que él dijo que eran.

—Siempre vienes aquí a verme, nunca hablas ¿Se puede saber porqué?—Una voz hizo que levantara su cabeza de los libros encontrando a aquel bello chico de cabellos negros que le sonreía a las flores, encima de él mirándolo fijamente con ojos de gato curioso. —¿Te comieron la lengua los trolls o... solo eres muy tímido para hablar?

—¿Trolls?—Si de por sí la presencia de ese chico frente a él lo tenía nervioso, las cosas que el chico decía lo alteraban más. —Yo... lo siento, si te incomodo puede irme es solo que aquí es my cómodo y cálido y lindo y tranquilo para estudiar, pero... pero si yo.

La dulce risa del chico interrumpió su hablar, sintió sus mejillas arder ante aquella imagen y sonido.

—Ahora hablas tan torpe como elfo.—Volvió a reír.—No e dicho que me incomodes, este lugar es libre para todos los seres vivos.

—Gracias, supongo.

Hubo un pequeño silencio, no había notado lo doblado que estaba su cuello hasta ese momento que ya le cansaba, al parecer el chico también lo había notado por lo que río y se sentó a su lado en posición de indio y lo miro sonriendo para luego mirar sus libros.

—¿Qué estudias? —Pregunto.

—Yo... Literatura.—El chico olía a frutillas, era sutil no empalagoso, no podía evitar fijar su mirada en aquella cabellera y blanca piel tan cerca suyo.

—¿Literatura?

El chico leía lo que sea que él había estando leyendo antes, no lo sabía, solo podía mirar aquellas mejillas rosadas y esa pequeña nariz.

—Las hadas siempre me dicen que es bueno que lea, ayuda a la sabiduría, pero, no soy bueno leyendo, y ... —El chico guardo silencio, noto que el aquel curioso muchacho que siempre leía en el parque no dejaba de mirar su rostro tal como su padre miraba a su madre cuando esta hablaba y hablaba de flores, él le había dicho que lo hacía porque no había nada más hermoso e hipnótico que ver a su madre hablar de aquello que la apasionaba o simplemente verla hablar para él era ver una obra de arte. —Ni siquiera conoces mi nombre.

—Lo sé, pero hechizaste mi corazón.

—Soy Min Yoongi.

Quizás no había sido tan mala idea ir y encarar a ese muchacho que siempre leía a metros de él.

🧚🏻🧚🏻

Perdonen las faltas ortográficas.
Ojalá les haya gustado.

Chinmokushi.

Mini fics Kookgi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora