ELLA - LOS HECHOS -

Capítulo 5: 10

Diario de Ivar Ericsson:

Amanecí en el hospital, mi padre estaba sentado al lado mío al igual que mi madre.

Me había desmayado después de eso.

Solo recuerdo algunas cosas, lo demás ya no se.

-Bien -entro el doctor, se miraba que estaba cansado, muy cansado - ¿Cómo te sientes Ivar? ¿Estás bien? ¿Te duele algo?

-Solo la cabeza, por el momento -me deje a un lado mi teléfono - ¿Que fue lo que pasó?...

-mi madre se sentó al lado mío, y me miro triste- Te desmayaste, te volviste loco, cuando saliste de la habitación, comenzaste a gritar "Ella es, ella es, ella es" luego caiste al suelo, empezaste a convulsionar, luego te detuviste y ya no despertaste

-Entiendo...-baje la cabeza.

-Cuentame ¿Porque estabas gritando eso? -se paro al lado mío.

-No lo se, yo no sabía que veía eso, yo solo recuerdo que cuando estaba saliendo de la habitación, e iba a ir al elevador, ví a una mujer.

-¿A tu madre? -se cruzo de brazos.

-No, la amiga de mi madre, era una señora que iba con una tela negra, cuando ví a esa señora, sentí que las paredes y el piso se movían, que los cuadros que estaban al lado cambiaban de forma. Luego le ví la cara a esa mujer y...me desmaye -trague saliva.

-Hijo...Ahí no había nadie, solo estaba yo -me miro confundida.

-Niño, alguna vez has probado drogas? -puso su mano en su barbilla

-¿¡QUE TRATA DE DECIR!? ¡¿QUE MI HIJO ES UN DROGADICTO?! ¡MI HIJO NO ES NADA DE ESO! -mi padre se acercó rápidamente al doctor con intenciones de golpearlo.

-No, yo no me drogo, ni fumo, ni bebo, tampoco tengo intenciones de hacerlo -me mire serio.

-Entiendo, pero igual haremos unos análisis, te quitaremos un poco de sangre y en la tarde les daremos los resultados, así que por ahora descansa -salio del cuarto.

Mire a mi madre, ella seguía bastante triste, me daba pena, me abrazo con tanta fuerza que un poco más y me sacaba un riñón.

Después de unas horas mi madre ya se había ido, pero mi padre ahí seguía, cuidándome.

-Oye papá -le mire serio.

-Dime, campeón -dejo a un lado su revista, para ponerme atención.

-¿Tu has ido a visitar a mamá, no es así? -me crucé de brazos.

-Uy si, muchas veces, tu madre ya está arto de mi -dijo con una risa.

-Ya entiendo...-frunci el ceño.

Sonó su teléfono.

-Oye hijo, ya vuelvo me están llamando-Parecia algo asustado - Es del....Trabajo, si del trabajo

Era la excusa más tonta del mundo, pero tenía que fingir que le creía. Salió de la habitación y se alejo.

Después de unos 30 minutos el no volvió a aparecer, menos mal, lo único que me llegó fueron unas cartas, chocolates y esas cosas, de mis compañeros y amigos, diciéndome que me mejorará. También me llegó una gelatina.

-Que rico -comi la última gelatina que me quedaba.

-¿Que tan rico está?

Di un mini salto, me di la vuelta para encontrarme cara a cara con ella.

-Ho...hola -trague mi gelatina.

Me ahogue y tosi.

-¿Estás bien? -dejo su bolso en el sillón y se acercó a mi a ayudarme, me golpeó la espalda.

-S...si estoy bien —tosi.

—¿No esperabas que viniera? —se alejo de mi.

—Siquiera pensé que vendrías —aclare mi voz.

—Entiendo —saco algo de su bolso— Toma —puso una caja en la cama.

—¿Que es eso? —tome la caja— ¿Chocolates? —había 12 bombones de chocolate, cada uno de diferentes formas.

—Los prepare yo —Junto sus manos.

—Se miran ricos, pero tienen una forma...¿Peculiar? —levante uno con forma de calavera.

—Perdon —solto una risita— Solo tenía ese tipo de molde, no tengo corazones y flores —sonrio.

—Rei— Gracias, esto es lo más original que me han traído —meti uno de los chocolates a mi boca— Saben muy rico —asenti mientras veía la caja— Muy ricos —cogí otro

—No te comas todo, comer mucho chocolate es malo —me detuvo antes de comerlo.

—Vale —deje el chocolate en la caja— ¿Que le pusiste a esto?

—¿Que pasa?¿eres alérgico a los cacahuetes?
—se miraba preocupada.

—Que va —negue— Solo quiero saber que trae.

—Suspiro aliviado— Solo es chocolate con cacahuetes, nada más —me miro

—okey —me encogí de brazos— ¿Por qué viniste?  —me senté en la cama.

—Hoy no fuiste a clases, y me dijeron que estabas en el hospital.

—¿Paso algo en el instituto? —me crucé de brazos.

—No hace falta que vayas en lo que resta de semana, y tampoco la proxima —se sento a mi lado.

—¿Por qué?...—me preocupé.

—hubo una explosión en el laboratorio —miro la caja.

—¿Que? —Abri los ojos.

—Leo, Gustav y Zoey, estaban en el laboratorio porque la profesora les mandó traer algo, así que se fueron, después de unos minutos se escuchó una fuerte explosión —suspiro— Leo, Gustav y Zoey murieron quemados... Lo siento

—¡¿Mu... murieron?! —puse mis manos sobre mi cabeza —¿Me lo dices en serio?

—lo siento —coloco su mano en mi espalda y empezó a consolarme.

—... —mire a un lado, la puerta estaba abierta.

Mis amigos me miraban, no me sorprendí.

Zoey estaba llorando, Leo solo me veía Gustav solo estaba de espalda...

Los que antes eran mis mejores amigos, ahora son almas que me van a perseguir.