Taste Of Sun ⟡ Leon S. Kennedy & Ashley Graham

2. Conexión

TASTE OF SUN

Fic escrito por Chispasrojaside

2. Conexión

Solo cuarenta y ocho horas después

Paraban en una caseta ubicada junto a un lago, en un muelle abandonado. Los chirridos de los faroles destartalados se mecían con el suave y cálido aire. Era extraño. El cielo estaba encapotado, como de costumbre, pero hacía un denso y penoso calor desde la tarde.

Ashley podía oler el sudor, se sentía sucia y pegajosa. El pelo se le pegaba a la nuca y no les quedaba agua potable en la cantimplora. La sensación térmica era asfixiante. Leon regresó a su lado de un momento a otro, guardándose la Punisher en el cinturón.

—Todo libre. Puedes entrar.

Ashley le acompañó al interior; no era demasiado grande, no había chimenea, sino una mesa cuadrada, dos sillas, y un pajar cubierto con dos mantas arrugadas. A un lado un mueble de estantería con un candelabro, capas dobladas, botas altas impermeables, un rastrillo y numerosas cañas de pescar. Nada de comida a la vista.

Leon prendió la linterna de aceite con un encendedor y la colocó en la mesa, mientras Ashley se dejaba caer en el montón de paja con un suspiro.

—Hoy tenemos que conformarnos con la cecina —dijo Leon, no muy optimista.

Él dejó el maletín y la mochila en el suelo y se sentó en la silla para descansar unos instantes. El silencio de Ashley se hacía presente; ese día apenas había bromeado y ni siquiera había tenido la oportunidad de colaborar y ayudar en alguna situación como una cachorrilla. Leon la contempló tirar de la cremallera de sus botas y sacárselas con pesadez.

—¿Quieres tomar un baño? —murmuró él.

Ashley levantó la mirada, visiblemente confundida.

—Pero no hay baño...

—En el lago. La orilla —apuntó—. Solo un remojón. Hace calor.

No era la mejor idea del mundo, pero era algo. Ella lo meditó unos segundos y luego asintió. Salieron al exterior con lo puesto, las capas dobladas bajo el brazo con la intención de suplir las toallas. Leon señaló la orilla, estaba llena de piedras y la arena no era, que digamos, muy idílica, pero se podía caminar descalzado sin problemas.

—Métete. Mójate la cabeza, pero no se te ocurra nadar, ¿eh? No queremos meternos en problemas.

Ashley observó la orilla y luego miró a Leon.

—No creo que haya cocodrilos.

—Cocodrilos no, pero... —tarareó él vacilante y cerró la boca.

Ella lo contempló unos instantes, como si deseara que aquello último no le hubiera metido un miedo de muerte en el cuerpo.

—¿Estás de broma?

Él esbozó una sonrisa juguetona.

—Vamos, Ash. Si un pez gigante viene a por ti, yo te rescataré —bromeó Leon.

Ella gruñó la sonrisa, le dio un manotazo juguetón en el pecho a Leon y al final sacudió la cabeza, arrancando el paso con una bocanada de aire. Sus pies le dirigían a la orilla, pisando la arena fría y cada vez más húmeda, que se metía entre sus dedos. Posando las manos en el broche del cierre de su falda, deshizo de ella, bajando la cremallera. Luego tiró de la tela que apretaba sus caderas y giró la cabeza hacia Leon por acto reflejo. Sus cristalinos ojos se toparon con los del rubio. Él se encontraba a unos metros, con la pipa en la mano, en una especie de guardia pasiva. Ashley presintió un pálpito nervioso.