Taste Of Sun ⟡ Leon S. Kennedy & Ashley Graham

6. Suelo seguro

TASTE OF SUN

Fic escrito por Chispasrojaside

6. Suelo seguro

Desde el agua, Leon se vio cegado por el cañón de una potente luz.

—¡Allí! ¡Un hombre y una mujer!

—N-Nos apuntan —murmuró Ashley tras su hombro—. ¿Por qué nos apuntan?

—No saben quiénes somos —escupió Leon.

—¡No se muevan! ¡Repito, no se muevan!

—¿No estaba en contacto Hunnigan con ellos?

—Eso dijo.

En unos minutos vieron cómo una plataforma del barco descendía y un puñado de soldados vestidos con uniformes verdes se colocaban en posición, ofreciéndole un recibimiento no muy cordial. Leon reconoció el uniforme de las fuerzas europeas del mar, los encargados de proteger las pequeñas áreas de Europa que quedaban en pie. Estos les apuntaban con subfusiles, ellos acercándose en la moto bajo la inquisitiva mirada de toda la brigada. Él notó el lazo de Ashley apretando su cintura con nerviosismo.

—Tranquila, todo va a salir bien.

Leon bajó primero, ofreciéndole a Ashley una mano para bajar. Los dientes de la chica rechinaban, el húmedo frescor del mar se había vuelto frío tras la puesta de sol y notaba la piel pegajosa mientras se abrazaba los brazos. Leon se volvió hacia los soldados con una silenciosa protesta en sus ojos, colocándose delante de Ashley a modo protector.

—¿Documentos de identificación? —reclamó un soldado.

—Leon Kennedy, de fuerzas especiales de EE.UU. —se presentó, carente de su placa oficial u otro documento—. Ella es Ashley Graham. Acabamos de...

—Hemos visto las detonaciones desde el dron. ¿Están infectados? —fue interrumpido.

—No —declaró con firmeza.

El soldado fruncía el ceño, incrédulo. Ashley y él estaban llenos de cortes, la ropa cubierta de sangre seca, de suciedad y humedad. Parecía imposible que no estuvieran infectados con el virus a esas alturas. A Leon le apeteció soltar un improperio para que espabilaran y dejaran de tratarlos como una amenaza. Tenían allí a la mismísima hija del presidente de los Estados Unidos, y llevaban poco más de una semana escapando de la muerte y sin tomar nada caliente. ¿Es que nadie iba a hacer algo?

—Háganse a un lado, marines...

De repente, una mujer se hizo paso entre la fila. Vistiendo un uniforme negro con placas doradas, sin gorra, el recio cabello oscuro trenzado tras la nuca y la piel como el ébano, se identificó como la agente Teressa Müller. Leon presintió su alto rango por cómo la fila se abrió y acallaba respetuosamente. Müller clavaba la mirada sobre el que consideraba al profesional responsable que había estado esperando, no sin pasar por alto a la chica que lo acompañaba.

—Usted debe ser Leon S. Kennedy, acompañada de la... señorita Graham. Un placer conocerla ma'dame —Müller la reverenció educadamente con la cabeza.

Por fin alguien con maneras, pensó Ashley.

—Gracias por esperarnos —dijo Leon.

—Su compañera Hunnigan nos puso al corriente, agente —continuaba Müller, ablandando lo que parecía un rostro de piedra con la sutil curva de una sonrisa—. Es un placer ver que han podido llegar sanos y salvos de un lugar tan crítico. Síganme, por favor.

De camino al interior del barco militar, un polizonte le colocó una toalla sobre los hombros a Ashley. Dando un respingo, ella lo miró y agradeció su atención. El muchacho negó con la cabeza, poniéndose colorado hasta la raíz del cabello. Leon atendía a las palabras de Müller caminando tras la Mayor, pero no pasó aquel estúpido evento por alto. A lo mejor se debía a su reciente deformación profesional por estar pendiente de todo lo que rodeaba a Ashley, o eso quería pensar él, junto a unas migajas de recelo por su chica que no estaba del todo preparado para reconocer.