Taste Of Sun ⟡ Leon S. Kennedy & Ashley Graham

8. Como el sol

TASTE OF SUN

Fic escrito por Chispasrojaside

8. Como el sol

—Lo que fuera que hubiera en esa condenada mina, quieren tenerlo.

—Leon, he hecho una búsqueda rápida —Hunnigan se levantaba la montura de sus gafas con un dedo, concentrada en la pantalla de su ordenador—. No he encontrado nada al respecto del tal ámbar... ¿Estás seguro de que se refieren a la gema que nosotros conocemos?

—Hablaba de la mina —decretó, cruzándose de brazos, ceño fruncido, mandíbula afilada—. Estuve allí, tenían como un montón de insectos cristalizados.

Ella encogió los hombros, tan perdida como el propio Leon.

—Oye, buscaré un poco más. Pero si Lacroix cuenta con esa información, significa que debe ser algo que solo unos pocos privilegiados conocen acerca de esa mina española.

—Está bien. Estamos en contacto, Hunnigan.

—Cuídate, Leon —amablemente, cortó la comunicación.

Leon suspiró, guardando las manos en el bolsillo de su cazadora.

En el paseo de vuelta al Hotel Regencial de Saint Martin, decenas de momentos cruzaron su cabeza. Saddler. Los Iluminados. El control de La Plaga. Había algo que le erizaba el vello de la nuca a Leon Kennedy, un enemigo sigiloso. Pero para tirar de la manta, necesitaba saber más de ámbar. Ada Wong era su única oportunidad. Necesitaba verla.

Llegó al hotel a mediodía, en la mesa de entrada de la suite avistó un montón de paquetes que antes no estaban allí. Quitándose la cazadora, echaba un ojo por encima vislumbrando lo que parecía ropa, varios libros, un juego de velas aromáticas y chorradas por el estilo. ¿Quién había llevado todo eso allí? Encontró a Ashley en el salón, durmiendo plácidamente en el alargado sofá de color crema, abrazándose a un cojín aterciopelado esmeralda. El desorden de una manta se enrollada descuidadamente en una de sus piernas desnudas. Ashley debía haber tomado un baño, pues se había cambiado de ropa y llevaba camiseta XXL que llegaba hacia la mitad del muslo, sin pantalones a la vista. Algo dentro de Leon ronroneó como un felino. Contemplándola unos segundos, se levantó para dejarla dormir, pensando en tomar un baño antes de pedir al restaurante. Pero el quejido de Ashley lo detuvo. Volviéndose, la oyó quejarse de nuevo. Su ceño se había fruncido, con el rostro arrugándose y las extremidades encogiéndose en tensión. Al tacto en su codo, ella expulsó un violento jadeo despertándose súbitamente. Sus pupilas dilatadas vagaron por la estancia posándose en Leon, que tenía una expresión mansa en su rostro.

—Ash. Una pesadilla.

Ashley pareció tocar tierra abandonando el mundo onírico que la tanto la perturbaba, echando la cabeza hacia atrás, sobre el cojín, tragó saliva pesada.

—Me dormí.

—¿Estás bien? —susurró preocupado.

—Sí. Sí —contestó en repetición, esperando sonar creíble—. Eso creo.

Leon se lamentó entendiendo esa nueva parte de ella. Ashley se pasaba mano por el rostro hacia atrás y se incorporó en el asiento frente a él. Reponiéndose, tomaba unos segundos de aliento antes de que sus ojos regresaran a Leon.

—¿Has vuelto?

—Sí... ¿Tardé demasiado? —deslizando sus ojos hacia la mesa en la entrada de la suite, apuntó con el mentón—. He visto un montón de cajas ahí. No me digas, ¿Regalos de tus admiradores?