—¿Todo listo?
—Déjame ya, Dusk.
—Pero...
—Que sí, lo tengo todo preparado. ¿Vale? —él asintió con la cabeza. Con una sonrisa siguió hablando. —Estás más nervioso tú que yo. -rió.
—No es cierto.
—Sí lo es. -Cogió la pistola por tercera vez consecutiva para comprobar que todo funcionaba correctamente. —Está lista. Perfecta. Immpoluta.
—Como siempre.
—Exacto. —ladeó la pistola para tener visión de todas sus partes. Era una preciosidad.
Era un arma totalmente negra, suave pero fácil de agarrar. Su mango era del mismo color que el resto del arma, pero un poco más rugoso para que no se resbalara al cogerla. Era fácil de cargar, y pesaba muy poco, por lo que se volvía muy manejable. Hizo un par de maniobras con la pistola, solo para presumir.
—Deja ya de mostrar tus habilidades y vete. Como te pillen...
—No te voy a delatar, Dusk. Lo sabes perfectamente. —Se despidieron asintiendo con la cabeza, y el Cocinero dejó a su compañero en su piso. Ahora solo podía seguir adelante.
Guardó la pistola en su mochila negra, dónde ya había dejado las balas, un trapo, su uniforme de trabajo... Y un par de cosas más que quizás le podrían ser útiles en algún momento.
Caminó a paso rápido por la calle, ignorando, como siempre, las miradas poco desapercibidas que le dedicaba la gente. Llegó al restaurante, donde lo recibió Mike, con una sonrisa radiante.
—Buenos días. —lo saludó.
—Igualmente.
Los dos entraron al local y fueron al vestidor.
Toda la mañana fue igual que siempre: cambiarse, preparar las mesas, descansar y charlar un rato con los compañeros, empezar a cocinar en cuanto entran los primeros clientes...
Después de comer llegó la tarde. Ahí muchos ya estaban cansados, así que descansaban un rato hasta la hora de cenar. Algunos se marchaba un rato a casa y volvían para preparar la cena, pero otros decidían quedarse ahí mismo. Este último era el caso del Cocinero.
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Vicky entró como siempre con una gran sonrisa, seguida por sus compañeros, que no iban tan contentos, pero estaban hablando o discutiendo de sus asuntos de trabajo.
No parecían haber tenido un buen día, quizás había habido algún imprevisto en alguna película, pero Vicky parecía ignorar todo. Se acercó al jefe del Cocinero y, cómo siempre, le dio las gracias. Después la acompañaron a su mesa y saludó al Cocinero. Ese día él no tenía demasiadas ganas de hablar —como de costumbre— así que cortó la charla de raíz fingiendo que tenía que hablar con otro cocinero sobre un plato nuevo.
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El cocinero asesino
Mystery / ThrillerSe trata de un cocinero profesional. No es muy hablador, pero transmite mucha confianza a través del silencio. Te escucha, y aprende de ti. ¿Confiarías en él tanto como para dejarlo cocinar en tu casa? *** ¡Ganador de múltiples concursos! - Ganador...