9: 𝕻𝖗𝖊𝖞

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Capítulo 9: Presa

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Capítulo 9: Presa

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El mundo es cada vez más cruel, el sacrificio de un cordero puede ayudar a apaciguar las aguas del caos.
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Megumi estaba recostado en su cama, las palabras que Toji había dicho le habían dolido pero, no porque lo dijera con la intención de hacerlo sentir mal, sino por el hecho de que Megumi sabía que tenía razón, ¿Realmente era lo mejor para ambos? O quizás solo para él. Sukuna era alguien muy apuesto, muy genial y en una relación era fantástico pero, ¿Por qué Megumi no podía disfrutar de eso? Y al mismo tiempo se lo estaba arrebatando a Sukuna el tener una relación normal con alguien a quien pueda besar, llevar a casa, salir al cine o tener citas, Megumi sabía que estaba arruinando a Sukuna.

Su cabeza daba tantas vueltas a este asunto, y es que quizás, sólo quizá, Sukuna lo acepte por el amor que le tiene a Gum pero, ¿Y si es así? Sukuna solo estaría aceptando a Megumi que es una parte que no le gusta de Gum, otra vez, a Sukuna le gusta Gum, no Megumi.

Las cosas eran realmente complicadas, no debió meterse en esto en primer lugar, sentía que le iba a explotar la cabeza.

—Te traje un poco de jugo.—La puerta estaba abierta así que Toji únicamente entró.

—Gracias.—Megumi se sienta en su cama, Toji hace lo mismo.

—Lamento el haberte hablado muy rudo, estaba exaltado.

Megumi mira a su padre, se sentía mal porque él se disculpara, realmente no había hecho nada malo.

—No te disculpes, tenías razón de estar así.

—Lo sé pero, debo aprender a controlarme.—Toji suelta un poco de aire.—¿Sabes? Realmente eres lo más preciado que tengo, y aunque todos digan que te pareces a mí, en tus ojos veo a tu madre, es tonto lo sé, pero me recuerda a ella, quizás el hecho de no haberla podido proteger ese día, me ha hecho ser muy protector contigo.

Megumi únicamente mira el vaso que tiene entre sus manos, el hablar de su madre nunca fue un tema fácil para él ni mucho menos para Toji.

—Realmente la amabas, ¿No es así?

—Como no tienes idea, ella era mi todo, el amor de mi vida.

El labio inferior de Megumi tiembla, sus ojos comienzan a mojarse por las lágrimas que poco a poco se acumulaban, él no quiere llorar, no quiere, pero esto le duele, le duele demasiado.

—La extraño mucho, papá.

Sus manos tiemblan mientras aprieta el vaso, detesta pensar en ella demasiado, lo odia porque cada que lo hace la extraña más que la última vez. Toji mira a su hijo con dulzura, él lo abraza y acaricia el cabello de Megumi delicadamente, justo como su difunta esposa lo solía hacer cuando su hijo era solo un niño.

¡Hey Sukuna! Por favor ámame | SukufushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora