15: 𝕻𝖆𝖎𝖓

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Según el catolicismo, las personas nacen siendo pecadoras, traen con ellas lo que llaman "el pecado original" desde que nacen, entonces, ¿Por qué siquiera pensar en redimirse? Están condenados a ser malos, hundirse en la blasfemia y las mentiras, ...

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Según el catolicismo, las personas nacen siendo pecadoras, traen con ellas lo que llaman "el pecado original" desde que nacen, entonces, ¿Por qué siquiera pensar en redimirse? Están condenados a ser malos, hundirse en la blasfemia y las mentiras, e incluso sabiendo esto, parecen no querer cambiar, cometiendo así el mismo pecado una y otra vez, por eso mismo, Megumi siente que no merece el perdón de nadie, no merece el perdón de Dios, de su padre, de sus amigos, ni mucho menos el perdón de Sukuna.

¿Qué pensaba Megumi en un principio? ¿Que Sukuna estaría feliz de verlo? ¿Feliz de saber que él es Gum? Oh pobre idiota que aún conociendo la realidad, se dejó llevar por una mentira creada por él mismo haciéndose ilusiones en su cabeza.

Megumi se odiaba a sí mismo, pero en este momento, odiaba más el hecho de lastimar a Sukuna, y eso era una completa mierda pues, Sukuna lo lastimó muchas veces antes, esto es un poco del karma, ¿Verdad? Él —Megumi— es su karma, ¿No es así? Sea como sea, el sentimiento sigue atascado en el estómago de Megumi como si en cualquier momento fuese a vomitarlo, su estómago dolía al igual que su pecho, hiperventilarse era una opción en este momento.

Solo podía ver a Sukuna marcharse furioso, parecía que en cualquier momento su cuerpo colapsaría por toda la rabia que estaba sintiendo en este momento mientras se alejaba de la persona que alguna vez amó, bueno, realmente no es así, Sukuna no amaba a Megumi, Sukuna amaba a Gum, su lindo y precioso Gumie que no terminó siendo más que una retorcida mentira de un chico enfermo.

—Mierda.—maldijo Megumi, sintiendo cómo la presión en su pecho comenzaba a dificultar su respiración, las ganas de vomitar y el mareo incrementaron, no quería vomitar, no quería que las personas a su alrededor lo mirasen, pero maldita sea, el correr era difícil cuando sentía que el suelo se hundía debajo de él.

La había cagado y lo sabía, sabía que en este momento, era un monstruo, un monstruo por mentir a Sukuna, pero, ¿Qué opción tiene un chico enamorado que se aferra a muchacho que alguna vez lo hizo feliz?

Por su parte, Sukuna más que enojado estaba perturbado, mierda, él era su lindo Gumie, aquel frágil chico que una vez anheló tener entre sus brazos, pero ahora solamente quería vomitar al ver su cara. Realmente no le hubiese importado si era una chica, un chico, si era flaco o con unos kilos demás, pero eso era diferente a ser una persona inventada, una personalidad de un idiota que se niega a dejar atrás el pasado.

Sus piernas temblaban con cada paso, no podía soportarlo, sentía que su corazón se iba a salir por su garganta, las ganas de vomitar estaban presentes y sólo quería descansar. Rápidamente saca su teléfono y aún con los ojos llorosos, llama a su hermano mayor.

—Hey, Sukuna ¿Todo bien?

—Chōso...ven por mí, por favor. —la vocesita temblorosa de Sukuna alertó a Chōso quien inmediatamente saltó de donde estaba y corrió a por las llaves de su auto.

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⏰ Última actualización: Sep 06 ⏰

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¡Hey Sukuna! Por favor ámame | SukufushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora