6: 𝕾𝖔𝖒𝖇𝖊𝖗

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Capítulo seis: Sombrío

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Capítulo seis: Sombrío.

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Sukuna solo quería estar cerca de Gum, Gum quería estar cerca de Sukuna, y Megumi desearía no tener que mentir para ser amado por Sukuna.
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Martes 5:30am

Esa mañana Yuuji y Sukuna se fueron temprano a su casa, puesto que debían ir al instituto, el hermano menor se despidió calurosamente de Megumi con un choque de manos, Sukuna solo movió su cabeza y nada más, la verdad es que lo de la noche anterior le había dejado un mal sabor de boca, nunca creyó que Megumi le contestase así, pero al mismo tiempo esto no le sorprendía, puesto que luego de ignorarlo por años, no esperaba que él lo recibiera con los brazos abiertos como si fuese lo mejor que le pasó.

Al llegar a casa, Sukuna le escribió a su amado Gumie, pero este no contestó, algo extraño teniendo en cuenta que a esa hora ya está despierto, pero supuso que tal vez se había dormido o simplemente se le olvidó cargar su teléfono la noche anterior. En su mente pasaban muchos escenarios, ¿Debería de preguntarle a Gum por su ansiedad? Mierda, era su novio, tal vez si no preguntaba se arrepentiría luego, así que le escribió a Gum y fue a darse un baño, tarde o temprano él tenía que contestar, pero su corazón latía rápidamente al reaccionar a todas las posibilidades que su cerebro le estaba dando. Sukuna no se imaginaba a su novio en una situación como la de Megumi, no quería, se negaba a ello.

Sin prisa y con calma, abrió la regadera dejando que el agua fría cayera sobre su cuerpo, comenzó a tallar sus brazos, hombros, espalda (a como pudiese) mientras dejaba que el shampoo hiciera su efecto.

Todo era normal, pero su mente no lo dejaba tranquilo, esta vez le hizo otra jugada. Cuando su mano llegó a su entrepierna, una imagen mental de Gum se hizo presente, y es que, puede que no haya visto su rostro, pero sí conoce su cuerpo, por lo que en su mente tenga la cara borrosa pero, es suficiente para él. Imaginando las manos de Gum, tomó su miembro y comenzó a masajearlo un poco, este se comenzaba a poner erecto con todo lo que su imaginación estaba maquinando.

Alejó sus manos y tomó el acondicionador, poniendo un poco en ella y luego volviendo a llevarla a su ahora duro pene. Con movimientos suaves comenzó a acariciarlo, subiendo y bajando su mano una y otra vez, el solo pensar que Gum se había metido los dedos alguna vez pensando en él, lo ponía aún más duro.

—Ah...Gum. —gimió por lo bajo, con su mano derecha hacía los movimientos mientras que con su mano izquierda se apoyaba en la pared de al frente de la regadera.

—¿Te gusta, papi? —Sukuna rio al imaginar que su novio diría eso.

—Me gusta, cariño.

¡Hey Sukuna! Por favor ámame | SukufushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora