𝐇𝐈𝐓𝐒𝐌𝐄 ೃ
Sukuna está enamorado de un chico que solo le escribe en cartas e Instagram, pierde su cabeza tratando de imaginar cómo sería la sonrisa de aquel individuo.
Mientras tanto, Megumi se hunde en sí mismo, manteniendo en secreto quién es...
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Capítulo 12: Incorrecto
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"Y mientras él admira las flores, ellas se marchitan y envenenan con su propia sangre, después de todo, solo son bellas cuando almas en pena se detienen a verlas a la orilla del precipicio de lo que es el pecado original."
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Las cosas malas siempre son —por excelencia— las que atraen al ser humano y sus instintos más primitivos, incluso si estos están o no consientes de que lo que hacen no está bien, deciden seguir adelante pues el placer de una travesura es mucho mejor que el de una buena acción, ¿Verdad? Quizás por ese mismo instinto, Megumi caminaba de la mano con Sukuna por el pasillo hasta el baño del segundo piso de la casa de Inumaki, los pasos tambaleantes de Sukuna viajaban por la alfombra, Megumi se preguntaba si se caería en algún momento, no es como si estuviera altamente alcoholizado pero sí lo suficiente para arrastrar tanto sus palabras como sus pies.
El aroma del alcohol se mezclaba con el perfume de Sukuna dejando un rastro por donde caminaban, los ojos de Megumi estaban fijos en la nuca del más alto, este se gira un poco para verlo y le regala una sonrisa que hace que el corazón de Megumi se acelere y se pierda en ella, por ello no notó cuando ya estaban frente a la puerta del baño hasta que escuchó como Sukuna la abría. Con un leve tirón, Sukuna mete al baño a Megumi y cierra la puerta tras él no sin antes ponerle el seguro, sí, puede que esté borracho pero no idiota.
Los ojos zafiros de Sukuna se posan sobre la linda figura de Megumi, envolviéndose en un espacio privado lejos del ruido de la fiesta. La tenue luz roja que se colaba por debajo de la puerta y el brillo cálido sobre sus rostros hacían una típica escena de las películas para adolescentes que Megumi tango odiaba, aún así eso mismo estaba creando una atmósfera íntima. Sukuna se apoya en el fregadero, con los ojos fijos en Megumi, que se encuentra inseguro cerca de la puerta. Una sonrisa traviesa se forma en sus labios mientras se acerca a él lentamente, cerrando la distancia entre ellos.
—Sabes —dice Sukuna en voz baja, su aliento acariciando su oreja— Nunca pensé que terminaríamos solos así.
Las manos de Sukuna recorren el cuerpo de Megumi, explorando sus curvas y ángulos. Su toque es suave pero insistente mientras pasa sus manos por su piel. Él gime suavemente en respuesta al placer de sus caricias, sintiendo una calidez subir dentro su vientre. Sukuna se inclina hacia adelante para juntar sus labios con los de Megumi, presiona su cuerpo contra el de pestañas bonitas quien enrolla sus brazos alrededor de su cuello, profundizando su beso mientras una mano recorre hacia arriba y debajo de la camiseta de Megumi. Traza círculos alrededor de su estómago antes de pasar los dedos por los suaves contornos de cada costilla haciendo que se estremezca más cuando Sukuna se mueve más al sur hacia la cintura de sus jeans.
