𝐇𝐈𝐓𝐒𝐌𝐄 ೃ
Sukuna está enamorado de un chico que solo le escribe en cartas e Instagram, pierde su cabeza tratando de imaginar cómo sería la sonrisa de aquel individuo.
Mientras tanto, Megumi se hunde en sí mismo, manteniendo en secreto quién es...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo uno: Nacido de la luz.
_____________________
Sukuna quema como el sol, mientras tanto, Megumi se esconde en las sombras, admirándolo desde un lugar seguro.
____________________
El calor de verano es abrazador, casi tanto como el calor del corazón de Fushiguro Megumi, quien se ha derretido por Ryōmen Sukuna, el gemelo de su mejor amigo. Megumi no se sentía suficiente como para hablar con Sukuna, él era un chico muy genial, el pasador o mejor dicho, líder del equipo de baloncesto, mientras tanto, Megumi se refugiaba en sus pegatinas y colores pasteles.
Según su padre, él era un marica, no por ser gay en sí, sino por no atreverse a hablar con aquel chico por el cual llevaba esperando años, pero que sabía que no podía tener, ¿Por qué? Sukuna llevaba saliendo un año con Gum, su admirador secreto, él amaba a Gum con todo su ser, tanto que no le daba pena poner estados dedicados a él, una que otra captura de pantalla recortada de algo gracioso que dijo, dejaba que comentara lo que quisiera en sus redes, incluso le había dado las contraseñas de todas estas, Sukuna estaba enamorado.
Esto le dolía, le dolía mucho, ¿Él era un chico feo? Sí, lo era, Megumi no se sentía bonito, algo ilógico puesto que tenía a muchos perros detrás de él, tanto hombres como mujeres, no era casualidad que algunos deportistas o chicos populares le hayan invitado a sus casas, a fiestas o incluso a bares, pero según él, era por ser amigo de Yuuji, el alero del equipo de basquetbol, y por Kugisaki, una de las chicas más populares y hermosas del instituto, pero ¿Qué era él? Un simple chico amante de la gelatina y de las pegatinas.
Lo que más molestaba a Megumi, era que Sukuna se había enamorado de él pero, al mismo tiempo no, se enamoró de Gum, su lado de admirador secreto, pero él, Megumi, había sido rechazado por Sukuna antes, entonces, ¿Por qué había aceptado a Gum? Estaba molesto, molesto de saber que su simple presencia molestaba al de orbes rubíes.
—Hey, Meg —el nombrado volteó a ver a su amigo, en su rostro pudo ver aquella sonrisa brillante como la única estrella en la noche nublada— hoy es noche de películas, ¿Vienes?
—Sí, seguro. —respondió con un tono en donde mostraba interés pero al mismo tiempo se podía sentir la tranquilidad de este, vibrando al mismo tiempo que las estrellas muertas.
—Genial, será en mi casa, Gojo senpai nos acompañará, él lleva las bebidas. —Gojo era un amigo cercano de Megumi e Itadori, su energía combinaba muy bien con la del joven de ojos cafés, haciendo que Megumi tuviese que aguantar las locuras de ambos.
—Asegúrate que no lleve nada ilegal como la otra vez, si el señor Itadori lo descubre, no te dejará hacer más noches de películas.
