NEVER EVER | Peter Pan retelling.

09: De canciones y noche de juegos.

Allan golpeó con sutileza la puerta del camarote principal. Al otro lado, se podían escuchar las risas escandalosas de los otros miembros que el capitán había invitado a cenar. Esperamos unos minutos en silencio hasta que alguien finalmente acudió a nuestro llamado.

—Pero miren quienes están aquí, Black Murphy y nuestra cuenta cuentos favorita.—Starkey bromeó, mostrándonos a Allan y a mí sus amarillentos y astillados dientes para después inclinarse ante nosotros como si fuésemos dos miembros de la realeza británica que visitaban a sus queridos súbditos. No había olvidado su cruel trato hacia mi persona aquel día en la Isla Calavera, por lo que decidí ignorar su gesto.

La desordenada mesa en la que solíamos trabajar el capitán y yo, ahora se encontraba forrada por un mantel rojo y adornada por vasos que servían como porta velas. Una fina vajilla de porcelana (a la que Geraldine solía cuidar como si fuera un bebé recién nacido y que nunca me dejaba tocar cuando se hacía el aseo en la cocina) terminaba de darle el toque elegante a la decoración.

Y hablando de Geraldine, ella también se encontraba presente en la mesa, gustando de un tarro de cerveza junto con los demás invitados que tan solo se resumían al insufrible de Jasper y al capitán, quien se encontraba a su lado. No pude evitar fijarme en la vestimenta de la ocasión; todos vestían prendas mucho más formales de las que solían usar a diario, incluso el capitán portaba su reconocible e icónico sombrero de terciopelo rojo y acabado de plumas blancas. Recordando mi aspecto actual, fue imposible no ruborizarme. 

—Parece que a alguien se le olvidó preguntar por el código de vestimenta...—Jasper murmuró lo suficientemente alto para que yo pudiese escucharlo, limpiándose la barbilla con la servilleta de tela color hueso que siempre cargaba consigo en el bolsillo de su abrigo. Sabía que estaba dispuesto a avergonzarme, a hacerme sentir mal, pero yo no le daría ese gusto. Claramente, mi presencia le agobiaba desde el primer día en el que pisé esta barca, y yo ya me estaba acostumbrando tanto al papel de juntarme con los villanos de la historia que la simple idea de torturarle con quedarme más tiempo en la reunión de lo que en realidad planeaba comenzaba a sonarme realmente fascinante.

—No quería hacerles esperar.—Contesté de la manera más educada que pude.—Además, no hay muchas prendas femeninas de las que pueda disponer en mi armario. Todas las que tengo han sido amablemente ofrecidas por su capitán.

Jasper se movió de su asiento, visiblemente incómodo. Comenzaba a entender su punto débil, y aquello me causaba tanto placer que no pude evitar mostrar una pequeña pero satisfactoria sonrisa victoriosa.

—¡Oh! No le hagas caso a Jasper querida, toma asiento.—Geraldine me señaló la silla que se encontraba a su lado y yo la tome muy dispuesta, pues Allan había tomado asiento al otro lado de mi lugar y frente a mí, tenía a nadie más y a nadie menos que al mismísimo capitán. Así evitaría cualquier contacto cercano con Jasper y Starkey durante la noche.

—Miss Darling, sea bienvenida a nuestra velada.—El capitán alzó su copa en mi dirección.—No había tenido el honor de introducirla ante el comité de la tripulación anteriormente, pero ahora que la dinámica han cambiado entre nosotros y tenemos nuevos planes para concretar juntos, consideré que este era el momento más adecuado.

—Es un honor.—Sonreí sin saber qué más decir.

Así que este era el famoso comité de la tripulación del que me había hablado Allan en el bote de camino hacia la Isla Calavera. Esperaba claro que Geraldine y Jasper formaran parte de algo tan importante, puesto que una era un miembro esencial para mantener el orden, aseo, administración, organización y provisión de alimentos de esta barca. Y el otro era... una especie de asistente mediocre. Sin embargo, me preguntaba qué papeles ejercían Allan o alguien tan bárbaro y salvaje como Starkey en dicho comité.