[ 𝙊𝙉𝘾𝙀 ]

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𝗔𝗗𝗩𝗘𝗥𝗧𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔:
𝗖𝗢𝗡𝗧𝗘𝗡𝗜𝗗𝗢 𝗗𝗘𝗟𝗜𝗖𝗔𝗗𝗢.
𝗟𝗘𝗘 𝗕𝗔𝗝𝗢 𝗧𝗨 𝗣𝗥𝗢𝗣𝗜𝗔 𝗥𝗘𝗦𝗣𝗢𝗡𝗦𝗔𝗕𝗜𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 +18.


Minho cerró la puerta de la habitación a sus espaldas y se mantuvo en aquel lugar por un momento, no podía dejar de pensar en la breve charla que había tenido con el castaño. Finalmente, se dirigió al baño para tomar una ducha antes de dormir, el agua cayó sobre su cuerpo y se masajeó los músculos lo mejor que pudo mientras limpiaba cada una de sus extremidades. Estaba muy tensionado por todo lo que había sucedido y las constantes preguntas del oficial sólo empeoraban la situación.

Tomó la bata y se la colocó antes de regresar al dormitorio. Siguió con su rutina como siempre lo hacía y una vez que terminó de colocarse sus cremas, se metió en la cama junto a Seungmin. El chico dormía plácidamente abrazado a la pequeña manta que había traído de la sala, lo movió un poco con cuidado de no despertarlo y lo cubrió con las sábanas, para luego apagar la luz de la lámpara.

Cerró los ojos intentando no pensar en nada más.

Caminó por las desoladas calles de la zona residencial, estaba molesto y no quería contestar ninguna llamada a pesar de que el castaño seguía insistiendo. Apagó su móvil y continuó con la caminata, ni siquiera se dio cuenta de lo lejos que lo habían llevado sus pasos hasta que vio un parque completamente desconocido para él.

La iluminación a su alrededor era bastante tenue y estaba seguro que una noche de tormenta transformaría ese jardín urbano en una pesadilla para cualquiera, pero esta no era la ocasión. El viento soplaba acariciando su piel, la luna se veía preciosa y el silencio se sentía tan acogedor hasta que simplemente todo aquello desapareció en un instante y ahora se encontraba corriendo por su vida tomado la mano de una desconocida.

Abrió los ojos sentándose en la cama mientras respiraba agitadamente y encendió la luz limpiando el sudor de su frente. Sólo había sido una pesadilla, así que suspiró aliviado y tomó el móvil que estaba sobre la mesa de noche para percatarse de que no había dormido más que tres horas. Salió de la habitación para ir a la cocina por un vaso de agua y pensó que sería bueno tomar un té o algo que pudiera ayudarlo a dormir, aunque sea unas dos horas más.

La puerta del dormitorio de Jisung se encontraba entreabierta y las luces seguían encendidas, así que decidió asomarse para ver qué estaba haciendo despierto a esas horas. Sonrió al verlo tendido sobre el colchón durmiendo con un libro en su pecho y no pudo evitar reír al escucharlo roncar, se acercó para acomodarlo un poco y vio que al parecer había estado recorriendo la mansión porque ese libro pertenecía a la biblioteca de Chan. Quitó los almohadones extra que tenía debajo de su cabeza y apartó la novela dejándola en la cómoda.

Le acarició el cabello y se alejó para salir de la habitación cerrando la puerta con llave, no quería que volviera a meterse en donde no debía. Siguió su camino hacia la cocina y una vez que estuvo en el lugar, abrió la nevera para sacar una botella de agua, se volteó y la dejó caer al suelo llevando una mano a su pecho.

—Travis.

—No quise asustarte, sólo estoy de pasada —sonrió apoyado desde el marco de la puerta.

—Pensé que estabas cuidando de Chan —levantó la botella del suelo.

—Sí, lo estaba —se cruzó de brazos—, pero surgió algo y tuve que regresar para un nuevo encargo.

𝙋𝙀𝙍𝘿𝙊𝙉𝘼𝙈𝙀, 𝙅𝙄𝙎𝙐𝙉𝙂 / 𝙈𝙄𝙉𝙎𝙐𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora