[ 𝘿𝙊𝙎 ]

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Se volteó una vez más en la cama abrazando la almohada junto a él y abrió los ojos para observar el reloj en la mesa de noche, apenas eran las cuatro de la madrugada y seguía sin poder conciliar el sueño. Había esperado toda la semana para descansar tranquilamente sin sentirse manoseado por alguien más o que su cuerpo este adolorido por la misma razón, pero aquel pequeño alivio no era suficiente para alejar la ansiedad que estaba sintiendo ahora. Un nudo se había formado en su estómago después de hablar con Chan y estaba seguro de que este permanecería allí por un largo tiempo.

Encendió la lámpara sentándose en el colchón y llevando las manos a su rostro, la frustración tampoco lo iba a dejar dormir esta noche. Ya sabía que las jugadas que el destino le había dado fueron crueles, sin embargo nunca pensó que habría más de ellas en su camino. Y después de todo lo que le había sucedido estos últimos cinco años continuaba recibiendo golpes, cada vez más fuertes.

Soltó un grito y comenzó a golpear una de las almohadas con su puño. ¿Por qué? ¿A quién le había hecho tanto daño para merecer esto? Esas preguntas siempre estaban presentes en sus pensamientos y sabía que estas jamás tendrían respuesta porque lamentablemente a veces la vida es dura sin razón alguna, ya que no siempre a los buenos les pasan cosas buenas o a los malos les pasan cosas malas.

Todo sería más sencillo si así fuera.

Respiró profundamente intentando recobrar la compostura, él era muy inteligente y sabía que podía hallar una salida a este gran problema sólo tenía que pensar un poco más. Tomó los documentos que Chan le había entregado en la fiesta y los leyó varias veces para memorizar la información que había en ellos. Ahora sólo le quedaba buscar esa salida.

[...]

Jisung se detuvo a descansar luego de haber estado corriendo por un largo rato, como suele hacerlo habitualmente a estas horas de la mañana cuando el parque se encuentra algo desierto. Estiró sus piernas antes de tomar asiento en una de las bancas, bebió el agua que aún le quedaba en su botella y se quitó los auriculares llevando la vista al reloj que se encontraba en su muñeca, este marcaba las 06:05. El castaño sonrió al ver que todavía le quedaba tiempo suficiente para regresar a su departamento, ducharse y desayunar antes de ir a la estación.

Se puso de pie nuevamente y comenzó a caminar admirando el pintoresco paisaje hasta que de repente una extraña sensación invadió su cuerpo. Él se volteó por un momento y miró a su alrededor, pero no encontró nada sospechoso, así que continuó con su recorrido. Quizás estaba un poco paranoico y era entendible su trabajo en ocasiones suele ponerlo en la mira de muchas personas, sin embargo esta vez era diferente porque pronto descubriría que no estaba tan equivocado.

Una vez que terminó de cambiarse y se dirigió a la cocina para prepararse un poco de café, su móvil comenzó a vibrar sobre la mesada se acercó rápidamente y observó la pantalla, era otro mensaje de su informante.

Nos vemos hoy, Park Seojun... 21:00
Bahía de San Pedro.

Estaba seguro de que por fin habían conseguido la dirección exacta de la entrega que esos malditos estaban esperando y eso solo podía significar una cosa. Jisung los tendría en la palma de su mano antes de que llegara el fin de semana.

[...]

Minho tomó la cámara y lo observó por un momento antes de dar inicio a su sesión de fotos, la apariencia del castaño no había cambiado mucho desde la última vez que lo había visto. Una fotografía más para la colección y él se adentro en el edificio saliendo completamente de su vista. Decidió esperar unos minutos para luego descender del jeep colocándose lentes oscuros y una chaqueta intentando resguardar su identidad, caminó hacia el estacionamiento sin prisa alguna tratando de no levantar sospechas pero se detuvo al percatarse de que había alguien más en el lugar.

𝙋𝙀𝙍𝘿𝙊𝙉𝘼𝙈𝙀, 𝙅𝙄𝙎𝙐𝙉𝙂 / 𝙈𝙄𝙉𝙎𝙐𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora