[ 𝘿𝙄𝙀𝘾𝙄𝙊𝘾𝙃𝙊 ]

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𝗔𝗗𝗩𝗘𝗥𝗧𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔:
𝗖𝗢𝗡𝗧𝗘𝗡𝗜𝗗𝗢 𝗗𝗘𝗟𝗜𝗖𝗔𝗗𝗢.
𝗟𝗘𝗘 𝗕𝗔𝗝𝗢 𝗧𝗨 𝗣𝗥𝗢𝗣𝗜𝗔 𝗥𝗘𝗦𝗣𝗢𝗡𝗦𝗔𝗕𝗜𝗟𝗜𝗗𝗔𝗗 +18.

Hyunjin recorrió la mansión junto al castaño, decidieron ir al jardín, lo más lejos posible de la casa, para que Minho no pudiera escucharlos. Se sentaron en el césped, Jisung parecía nervioso, pero ya no podía huir; la necesidad de conocer la verdad era más fuerte.

—¿Qué es lo que quieres saber? —el psicólogo levantó la mirada para encontrarse con la suya.

—Él nunca me habló sobre cómo terminó en este negocio —soltó un suspiro—. Sé que trabaja en ese club, aunque evitó darme muchos detalles.

El oficial se inclinó ligeramente hacia adelante, esperando una respuesta.

—Lo primero que tienes que saber es sobre su relación con Haiden —comenzó, su voz era baja y seria—. Él fue un esclavo sexual, privado de su libertad durante alrededor de tres años, pero pudo ser más tiempo, porque no lo sabemos con exactitud. Ese hombre era conocido en este negocio por su crueldad y salvajismo; ninguna de sus víctimas logró escapar con vida o en una sola pieza. Era un monstruo y se encargó de convertir a Minho en una persona completamente sumisa y dependiente mientras lo mantenía en cautiverio.

Jisung se estremeció y su rostro se tornó pálido.

—Fue similar a lo que sucedió con Seungmin —indagó, afligido.

Negó con la cabeza.

—Ojalá hubiera sido así... No me gusta recordar esos días y tampoco quiero llenarte de información que pueda afectarte más de la cuenta —apartó la mirada—. Minho logró escapar después de años de tortura, y todo fue gracias a la familia Bang.

El castaño vio a Hyunjin respirar pesadamente, y esto le dio a entender que, de alguna u otra manera, también le afectaba mucho hablar sobre este tema.

—Changbin lo sacó de una habitación insonorizada —continuó con la voz quebrada—. Nos dimos cuenta de que no había visto el sol en un largo tiempo; él no hablaba y estaba inmerso en el estado mental que le obligaron a tomar. Nos llevó cerca de seis meses tener los avances suficientes para que pudiera volver a relacionarse con normalidad, y lo cuidamos como si se tratara de un hijo más del señor Bang.

—Pero no era su hijo.

—No, no lo era —respondió, regresando la vista a su acompañante—. Y todos los favores que le hicieron debían pagarse tarde o temprano. Minho comenzó a tomar clases de artes marciales, le enseñaron a usar armas, el funcionamiento del negocio y lo convirtieron en uno de sus hombres. Ya no era ese chico indefenso que habíamos encontrado en un sótano, ahora se había transformado en un asesino.

Jisung sintió un escalofrío recorrer su espalda y tragó saliva sonoramente antes de hacer la siguiente pregunta.

—¿Asesinó a personas inocentes?

—No lo sé —admitió—, pero aprendió a hacer su trabajo a la perfección y no suele dejar pistas… O bueno, no que lo incriminen a él. El señor Bang apreciaba mucho su lealtad, así que no tardó en nombrarlo su mano derecha y también el guardaespaldas de su hijo. Él lo protegió hasta que el líder del linaje falleció en una emboscada.

𝙋𝙀𝙍𝘿𝙊𝙉𝘼𝙈𝙀, 𝙅𝙄𝙎𝙐𝙉𝙂 / 𝙈𝙄𝙉𝙎𝙐𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora