Capítulo 3

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Al siguiente día al despertar encuentra el otro lado de la cama vacio, lo cual no es inusual. Lewan siempre se levanta temprano, y Gavi decide dormir hasta el último minuto que le es posible.

Se levanta y estira la espalda, casi se ha olvidado del inoportuno huésped hasta que lo encuentra en la cocina sentado junto a la barra. Apenas si mira a Gavi cuando este pasa por ahí para ir al baño. Pablo nota que Pedri ya se ha adueñado del espacio en el tocador. Hay una botella de loción, un cepillo de dientes extra sobre el lavabo y una toalla húmeda colgando detrás de la puerta.

Se siente como un idiota cuando toma la loción y olfatea, pero aun así lo hace. No reconoce la marca pero le parece que es costosa.

Pedri aun lee el periódico cuando Gavi entra en la cocina para preparar café. El corte de pelo perfectamente estilizado y el traje gris que viste irritan al menor.

Gavi: Para qué vistes con traje? - Las repentinas palabras sobresaltan a Pedri, como Gavi lo esperaba.

Solo cambia la página y murmura. - Me gusta lucir bien.

Gavi: Y para eso tienes que vestir de traje? - Se da cuenta como ha sonado "no tienes que vestir de traje para lucir bien". Tiene la esperanza de que Pedri no lo haya notado.

El canario cierra el periódico, se endereza y gira para mirar a el ojimarrón de frente.

Gavi en lugar de preocuparse por la respuesta, se concentra en la deliciosa línea perfecta de su mandibula.

Pedri: ¿Tienes algún problema conmigo, Gavi?

Gavi: No - murmura y frunce el ceño -. Ni siquiera te conozco.

Pedri mueve la cabeza de lado, está considerando que decir -Debes darle una oportunidad a un colega antes de juzgarlo.

Pero Gavi no lo está juzgando. Se juzga a sí mismo y su inhabilidad para poner atención a otra cosa que no sea lo atractivo que a este hombre le parece cada vez que le mira.

Es ridículo.

Pedri levanta la mano y la pasa por su mandibula, la manga de su americana sube un poco por su brazo revelando su reloj, el cual brilla con el rayo de sol matutino.

Gavi: Ese es un bello reloj.

Pedri mira el objeto, lo recorre con los dedos. - Era de mi padre - su voz es gentil - la única cosa decente que herede de él.

Gavi puede leer entre lineas, se da cuenta que hay rencores ahí y se siente obligado a ser empático.

Gavi: Yo nunca conocí a mi padre.

Pedri le mira con curiosidad, pero no pregunta.

Gavi: Probablemente fue mejor así.

No puede pensar en una respuesta, así que se ocupa preparando café a solo diez pasos de distancia del rizado.

Pedri lee nuevamente el periódico, pero Gavi cree que lo hace solo para aparentar.

Gavi: ¿Entonces, a qué te dedicas?

Pedri: Negocios.

Gavi: ¿Qué clase de negocios?

Pedri: De esto y aquello.

Gavi: Si quieres que te dé una oportunidad no seas tan evasivo.

Pedri: No hagas tantas preguntas. - deja el periódico a un lado y mira a Gavi directamente a los ojos.

Gavi: No eres bueno para relacionarte con la gente, ¿verdad?

Pedri sonríe, sus ojos brillan divertidos. - Lo mismo te digo.

La puerta se abre antes que Gavi pueda responder y Lewan entra, suda acalorado después de su carrera matutina.

Lewan: Buenos días - dice pasando de ellos y se va directo a donde está la jarra de café -. ¿Ya hay café preparado?

Pedri continua mirando a Gavi, aun con brillo en los ojos, y el pequeño no sabe qué hacer con tanta atención. Endereza la espalda y dice - Me voy al trabajo - toma su llave del frutero.

Pedri: ¿A qué te dedicas?

Ahora Gavi sonríe con diversión. - Esto y aquello.

La mirada de Pedri le dice: Touché

Lewan: Le compré a Gavi una cafeteria - Robert se sienta junto a Pedri con una taza de café entre sus manos - siempre le ha gustado hacer trabajo manual.

Pedri: ¿Ahhh sí? - le pregunta con tono provocativo. ¿Eres bueno con las manos?

Lewan: Consigue tu propio chico para coquetear. - Robert murmura y golpea sus costillas con el codo.

Gavi: Me tengo que ir - dice el sevillano, se siente incómodo y fuera de juego. Y Pedri continua mirándolo como si fuese el objeto más fascinante en el mundo. - Los veo más tarde.

Lewan: Muy bien cariño - Robert le guiña un ojo. - Pero tengo una reunión en la ciudad y volveré muy tarde.

Gavi se arriesga a mirar a Pedri. - ¿Qué hay de tí?

Pedri: Tengo lugares a los que ir. - El tipo no sabe ser otra cosa que evasivo-. Gente que ver.

Gavi se siente cada vez más irritado. - Claro - dice con enfado -. Está bien.

Entonces se va, preguntándose si será mucho el desear que Pedri ya no esté ahí a su regreso.

Su Padrino (Gavi & Pedri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora