Capítulo 10

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Gavi es despertado por la exquisita tortura húmeda que aspira su polla. Tan pronto como abre los ojos, se arquea por puro instinto, el calor desaparece, y de repente la cara sonriente de Robert está delante de él.

Lewan: Buenos días.

Gavi: Uh... Buenos días. - Parpadea confundido. Esto nunca ha sucedido antes. - ¿Qué estás haciendo?

Lewan: Dar los buenos días a mi guapo prometido. - Contesta el rubio antes de deslizarse hacia abajo por su cuerpo.

Hay ruido procedente de la cocina, y el menor siente un momento de pánico a través de la excitación.

Gavi: Pe- Pedri está allí.

Lewan: Sí. ¿Y?

Gavi: Él puede oírnos.

Lewan: Estoy seguro de que no le importa, - dice Robert, antes de tomar la polla del menor en su mano y lamer desde la base. - Sólo recuéstate y disfruta.

El placer anula su indecisión, y hace lo que se le dice. Es una novedad, - Robert tomando la iniciativa para tener sexo en la mañana - y no quiere decir nada que pueda arruinarlo, mucho menos quiere evitar que sea así de espontáneo de nuevo.

Cuando finalmente salen del dormitorio para ir a la cocina, Pedri se ha ido, pero una humeante taza de café sobre la barra, delata que se fue recientemente, y al parecer con prisa.

Gavi trata de no pensar demasiado en eso, y en la noche anterior, o la noche anterior a esa, o en cualquier otro momento desde que Pedri entró en aquel restaurante y puso su mundo de revés.

La boda. Eso es lo que importa ahora. Y Lewan.

Se sirve una taza de café y se apoya contra el mostrador, mirando al mayor mientras les prepara pan tostado.

Gavi: ¿Todavía iremos a recoger los anillos el martes?

Lewan: Sí. - contesta el mayor, sonriendo a Pablo por encima del hombro. - Y tendremos una reunión con el director de eventos en el hotel el lunes. Todo va avanzando, ¿verdad? - Se acerca a Gavi, y pone las manos en sus caderas. - ¿Estás emocionado?

Páez sonríe. - Muy emocionado.

Lewan: El mes que viene serás mi esposo. -  dice el polaco acercándose, aprieta más fuerte a Gavi.

Gavi: No puedo esperar. - dice el ojimarrón, tragando un bulto raro de sequedad en su garganta.

Robert le da un beso en la esquina de su boca, y luego se separa para terminar con el pan. - ¿Qué harás este fin de semana?

Gavi: Uh... - el sevillano frota su frente con una mano, trata de buscar en su mente algo más que la boda, y la emoción que siente Lewan por ella, y algo más que Pedri - ...compras navideñas.

Lewan: Bien, toma. - Robert saca su billetera de su bolsillo trasero, toma una tarjeta de crédito y se la entrega a Gavi. - Mientras estás en ello, cómprate algo extra.

La irritación que a menudo le afecta se cuela entre la dicha que sintió más temprano esa mañana.

Gavi: No necesito tu dinero, Lew.

Lewan: ¿Puedes parar con eso? Nos vamos a casar, Pablo. Lo que significa que lo que es mío es tuyo ahora. - Agarra la mano del menor y le obliga a tomar la tarjeta. - Tan pronto como estemos de vuelta de la luna de miel, voy a añadir tu nombre a todo lo que tengo. ¿Entonces, cuál es el problema?

Gavi: Es sólo que no quiero que nadie piense que me estoy aprovechando de tí. - dice el menor después de un momento, contemplando el color dorado en relieve de las letras en la tarjeta de crédito y su estómago se retuerce. No está del todo seguro de si esa es la verdadera razón.

Lewan: ¿Quién piensa en eso?

Gavi: Nadie - dice el pequeño. Resopla y guarda la tarjeta dentro de su bolsillo, se estremece cuando siente la amenaza de un dolor de cabeza perforando su sien. - No lo sé. Ese primo tuyo.

Lewan levanta las cejas. -¿Ferrán? - pregunta, y cuando Gavi se encoge de hombros, dice - No le hagas caso. Es un idiota.

Gavi: Sí, pero si él piensa eso, entonces, otros podrían pensar lo mismo.

Lewan: ¿A quién le importa si lo hacen? - Robert se acerca, pone sus manos en las caderas del menor de nuevo, doblando un poco las rodillas para mirarlo a los ojos. - Olvidate de ellos. ¿Si?

Gavi: Está bien. - Dice, tratando encontrar consuelo en las palabras de Robert, pero incapaz de deshacerse de la incómoda sensación de vacío que se asienta en su pecho.

Lewan es ajeno a todo ello. - Bueno le dice sonriendo - entonces, besame.

Su Padrino (Gavi & Pedri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora