La Navidad llega y se va.
El viernes va con Eric a recoger su esmoquin, y luego van a comer juntos, y más tarde pasa la noche colocando adornos de Navidad con Pedri. Pone música festiva y el rizado se queja, pero pasa demasiado tiempo acomodando las ramas del árbol en los ángulos correctos, por lo que Gavi no cree que sea tan reacio a las festividades como él dice. Cuelgan alrededor del árbol las luces de oropel y luego las esferas. Pablo toma una foto de Pedri colocando la estrella en la parte superior.
Y el mismo se sube sobre una silla después, para colgar guirnaldas alrededor de la habitación, Pedri lo sostiene por la cintura todo el tiempo para asegurarse de que se no caiga, eso le provoca un cosquilleo extraño y al querer empujarlo casi resbala, Pedri logra estabilizarlo en medio de risas cada vez.
Robert no vuelve a casa hasta tarde y cuando lo hace, se va directamente a la cama, apenas haciendo algún comentario acerca de las decoraciones. Pedri y Gavi se sientan y ven televisión mientras comen pastel de carne, después de un rato, Pedri trae una baraja de cartas y trata de enseñar a Gavi cómo engañar en el póker. Lo cual no logra y Pedri termina llamándolo inútil, y luego el menor le tira encima todas las cartas en respuesta a la ofensa, y entonces con timidez, se arrastra por el suelo para recogerlas; siente la mirada de Pedri en él y hay una posibilidad de que este inclinándose un poco más de lo necesario, exaltando la curva de su espalda baja como un arco.
Cuando mira hacia atrás por encima de su hombro, los ojos de Pedri se han oscurecido, y están fijos en él.
Se beben otra botella de vino y miran la película Elf porque Pedri nunca la ha visto y Gavi cree que eso es una tragedia. Son las tres de la mañana antes de que se quede dormido, es vagamente consciente de Pedri ha acomodado una manta alrededor de él, acariciando su pelo con los dedos, antes de apagar el televisor e ir a la cama.
Se despierta mucho más tarde, solo en medio de la oscuridad, sus dientes castañean por el frío. La superficie debajo de él es dura como una piedra e implacable contra sus huesos. Trata de sentarse, pero no puede conseguirlo, no puede conseguir despegar sus manos del suelo para empujarse porque están atadas detrás de su espalda. El pánico lo inunda, pero la adrenalina le ayuda a rodar sobre su lado y levantarse sobre un codo. No puede ver mucho, pero puede ver el fuerte brillo de las barras de metal que lo rodean por todos los lados, incluso desde arriba.
Está dentro de una jaula, y no puede moverse.
Un gemido se le escapa, y luego se congela cuando pasos resuenan en el silencio. Se sienta allí inmóvil, como si al hacerlo pudiera volverse invisible; los pasos se acercan antes de detenerse repentinamente. No sabe dónde se ha detenido esa persona, el frío se está filtrando en sus huesos, y el terror va aumentando dentro de él como una marea.
No puede detener el grito que se le escapa cuando algo lo golpea en la cabeza desde arriba. Sisea al sentir dolor, ha cortado su piel y la sangre brota al instante, y lo que lo golpeó echa a rodar en el suelo antes de descansar en la esquina de esta jaula.
Entrecierra los ojos en la oscuridad, con el ceño fruncido cuando se da cuenta de lo que es. Es una moneda. Una moneda perfectamente redondeada
Apenas logra identificarla cuando otra golpea la parte superior de su cabeza tan pesada que parece hecha de oro y grita de dolor, tratando evitarla. La segunda moneda rueda en la dirección opuesta, y luego cae otra golpeándolo de nuevo, luego otra, y entonces empiezan a caer como lluvia sobre él y alrededor de él, rompiendo su piel hasta encontrarse con sus huesos.
Clama para que pare la tormenta de cientos monedas hechas de oro y plata que caen a su alrededor, trata de ponerse en posición fetal protegiendo su cabeza y quiere gritar, pero no puede hablar. No puede gritar o pronunciar palabras.
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Su Padrino (Gavi & Pedri)
FanfictionGavi está a punto de casarse tras un romance con un hombre que conoció una noche en un bar, Pero entonces conoció al mejor amigo de su prometido. El que iba a ser Su Padrino. La quimica que comparten Gavi y él es imposible de ignorar, pero el menor...