Su Padrino (Gavi & Pedri)

Capítulo 12

Al llegar la tarde del siguiente día ellos, Gavi y Pedri se encuentran sentados esperando a que Lewan llegue a casa para que puedan ir a la reunión con el gerente de eventos del hotel.

No está seguro del por qué Pedri quiere acompañarlos, pero no le importa. Además, han encontrado una manera entretenida de pasar el tiempo.

Pedri: Todo está en el ángulo de la muñeca. - explica el canario desde su lugar en uno de los taburetes de la barra de desayuno. - Si no tienes la muñeca rígida, sólo hay que girar.

Gavi sonríe. Él está sentado en el sofá, mirando hacia arriba a Pedri al otro lado de la habitación.

Gavi: Muñeca rígida, ¿eh?

Pedri: Tienes una mente sucia, Páez - dice el canario sonriendo.

El ojimarrón intenta ahogar su sonrisa. - Lo siento.

Pedri: Sí, claro - dice una vez que Gavi pone cara seria de nuevo - observa. - Toma una de las palomitas de maíz de su paquete y la sostiene en alto, para asegurarse que Gavi le está mirando. - Lo haces así. - Entonces lanza la palomita de maíz al aire, inclina su cabeza hacia atrás, y la atrapa en su boca.

Gavi: Haces que parezca tan fácil. - dice Gavi resoplando por la expresión de suficiencia en el rostro de Pedri.

Pedri: Eso es porque lo es. Un niño de cuatro años de edad puede hacerlo.

Gavi: Cállate - se queja. Toma un poco de palomitas de maíz de su propio paquete y trata de copiar lo que Pedri acaba de hacer. Ninguna palomita de maíz cae siquiera cerca de su boca. - En serio, - dice exasperado. - ¿mí cara tiene repelente contra las palomitas de maíz o qué?

Pedri se ríe. - No, simplemente no eres capaz de atinar. Abre la boca.

Gavi: ¿Qué?

Pedri: Ábrela - dice, sosteniendo una palomita de maíz-. Apuesto a que voy a lograrlo desde aquí.

Esta vez Gavi no puede sofocar su sonrisa aunque lo intente.

Gavi: ¿Quieres que abra la boca - dice lentamente y con insinuación en su tono. - para que tú la pongas dentro?

Pedri parpadea, después de un momento sus ojos se iluminan, y una pícara sonrisa se extiende por su cara.

Pedri: Sí - dice con sencillez, y luego tira la palomita de maiz a través de la habitación en dirección a la boca abierta de Gavi, atinando justo en el blanco. Su cara se llena de presunción de nuevo, pero después se oscurece con algo más. - ¿Cómo sabe?

Gavi: Salado - dice el pequeño de forma deliberadamente sensual e intercambian una mirada que es menos divertida y más como algo cercano a la excitación.

Y eso es peligroso.

Afortunadamente, el teléfono de Gavi suena rompiendo el momento.

Gavi: ¿Hola? - dice al contestar. Pedri mira hacia otro lado, se ocupa en recoger las palomitas de maíz que cayeron en la barra de desayuno.

Es Lewan, y suena como si estuviera en medio de una reunión.

Lewan: Hola bebé, escucha, me quedé atrapado en este rodaje y voy tarde. ¿Tú y Pedri pueden encontrarme en el hotel?

Gavi: Uh, está bien - dice el menor con el ceño fruncido. - Te veo en un rato.

Lewan: Gracias. Te amo.

Gavi cuelga, mira a Pedri.

Gavi: Quiere que nos encontremos con él alli.

Pedri alcanza su chaqueta y las llaves. - Conduzco yo.