LAW OF THE FORBIDDEN - yoonmin

Capítulo 1

Park Jimin y Min Yoongi no eran exactamente los chicos que tenían la mejor relación, por no decir, que, en efecto, era casi apocalíptica.

Las tensiones entre ellos tenían una historia negativa de años, donde el padre de Jimin (un empresario ídolo que tenía la marca de ropa más cotizada en todo Corea "Magare"), había contratado a la madre de Yoongi en la empresa base en Seúl, debido a sus dotes empresariales únicos y manejo de dinero envidioso.

El problema surgió después de tres años, donde la madre de Min, siendo soltera, guapa e inteligente, captó inmediatamente la atención del gran superior, alias el padre de Park Jimin. Claro que las intenciones del jefe no eran muy claras al principio, pero cuando empezaron a ser notorias y particularmente obvias, la madre de Yoongi, poco a poco empezó a caer.

Y así fue como Kim HyoJong y Kim Hyunah, comenzaron a mostrar un fuerte interés el uno por el otro, hasta que la esposa de HyoJong y madre de Jimin, Suji, puso un alto bastante fuerte enfrentando a su marido, quien terminó corriendo a Hyunah sin explicación alguna.

Jimin era bastante chico en ese entonces, pero vivió la enorme sombre de la mujer que casi destruye el matrimonio perfecto con su padre y su hijo de pésimos modales y actitud insoportable: Kim Hyunah y Min Yoongi. Y si bien no tenía idea de quiénes eran, pero ya los odiaba, el balde de agua frío llegó cuando Jimin cumplió diez.

Y fue ahí cuando Min Yoongi ingresó a su prestigiosa y carísima escuela. El escándalo fue brutal para la familia Park quienes inclusive pidieron la expulsión de Yoongi, pero dijeron que eso no sería posible. Así que bueno, desde el primer día de clases, el tímido Yoongi fue señalado y siendo la burla porque Jimin se encargó de correr el chisme que había entrado ahí por la venta de drogas que había hecho su familia. (O eso le había dicho su madre de decir).

El padre de Jimin siempre mantuvo fuera de todo y se encargó únicamente de cumplir en su empresa y familia, dejando que fuera su madre quien se encargara por completo de Jimin y dejando que le contaminara la cabeza de parloteo falso y mucho, mucho odio. Así que Jimin al hablar de Yoongi o la madre de este, parecía que estuvieses escuchando a la mismísima Suji soltando veneno hacia la familia.

Y para variar (y la mala suerte), Hyunah empezó a hacer lo mismo con Yoongi y el pequeño, al ser incluso más duro e hiriente con sus palabras, quizá dramatizaba un poco lo que decía su madre y le respondía igual al mimado de Jimin que era un año menor. La juventud de ambos se resumió entonces a insultarse mutuamente y correr chismes del otro hasta que el colegio ya no supo qué creer. Estaban los que estaban del lado de Jimin, y los que estaban del lado de Yoongi, y para los trece años, eso parecía una pelea de reinados y jerarquías escandalosas que puso a todos de cabeza.

Por suerte se calmó cuando Yoongi se esfumó un año por completo y volvió después, aunque tuvo que repetir curso y quedó en la generación de Jimin. Era más callado, más gruñón y su mirada era de terror, así que Jimin se fue ahorrando sus comentarios hasta el punto de que empezó a ignorarlo por completo. Las semanas pasaron, los meses, y los años también...

Tres años ignorándose, con uno que otro comentario mensual, pero no más. Ahora ambos estaban en su último curso y fue muy jodido que estuviesen por primera vez en la misma clase. Los primeros cuatro días fueron tranquilos, hasta que, en el quinto, salieron las listas de los proyectos de oro, como le decía el colegio; unos proyectos en dúo que debían presentar al final de año y los cinco mejores proyectos, los diez chicos participantes recibirían una beca en la universidad de Stanford.

Todos dieron brincos y más Jimin, quien, pese a tener el dinero y perfectamente podría entrar, realmente ansiaba ganar una beca y demostrar que podía sin el apoyo de sus padres. Aunque, claro... su sonrisa se esfumó en un segundo cuando vio el nombre de Min Yoongi a su lado, con tinta negra, perfectamente escrito en la misma casilla y el número 36, mostrando el número del equipo. Y la reacción de Yoongi tampoco fue de euforia, ya que él, muriéndose por ir a Stanford, sintió una rabia inexplicable al ver el nombre de Park Jimin casi aplastando el suyo.