"𝗔 𝗺𝗶 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼 𝗱𝗼𝗹𝗼𝗿..."
Cuando se conocieron ambos buscaban lo mismo en el otro, ninguno podía sentir algún tipo de sentimiento por el otro, nunca se imaginaron estar completamente enamorados de alguien.
Pero con el tiempo todo cambia...
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By Tom
- Bien, tengo que dejarlos, disfruten de la noche - nos despidió con una sonrisa con su manager detrás de ella.
- Tom, ni lo pienses, por lo que sé ella tiene novio - advirtió mi hermano gemelo.
- Creo que es tarde para eso Bill, además si tiene novio o no, no es algo que a él le importe - dijo Georg.
- Igual no creo que a ella le importe mucho tener pareja - dije recordando en como mantuve el contacto visual con la pelinegra.
- Ay hermano, no sé qué haré contigo - se quejó Bill mientras le daba un trago a su bebida.
[...]
A cualquier lado que miraras había gente embriagándose, lo bueno era que los medios ya se habían ido y así ya todos tenían la libertad de hacer lo que quieran, incluso nosotros. Mentiría si dijera que no habíamos tomado un poco.
A lo lejos la pude ver, quería conocerla un poco más así que la seguí. Llegamos a una puerta, me causó curiosidad ya que había un chico con una chamarra negra y varias personas de seguridad.
- Dije, que lo dejen pasar si es que quieren mantener su trabajo - le dijo a su manager, se veía molesta - Vamos Marcus - el chico se burló del manager y comenzó a seguirla.
Llegaron a un tipo palco que había en el edificio y ambos se encerraron en ese lugar, ¿tendrá algún tipo de relación con él?
Estaba apunto de irme, pero ví que el chico ya se iba, no habían sido ni cinco minutos los que habían estado adentro; al poco rato salió ella y ese era el momento para acercarme. Ella se sentó en la barra del bar.
- ¿Por qué tan sola?, ¿tu novio no está por aquí? - le pregunté, ella me miró, tenía unos ojos preciosos, pero noté que estos estaban un poco llorosos y rojos así que supuse que estaba un poco ebria.
- Bueno pues mi novio debe de estar cogiendo con alguna puta en cualquier lugar de aquí - dijo sin tomarle tanta importancia, definitivamente no le importaba.
- ¿Y no te gustaría hacer lo mismo? - ella me sonrió de una manera coqueta mientras mordía levemente su labio inferior.
- Vamos a un lugar más solo - ella tomo mi mano y nos dirigimos a uno de los palcos privados.
Así como se cerró la puerta se lanzó contra mí para besarme de una manera desesperada, mis manos solo se colocaron en su cintura, noté que sus labios no tenían ningún sabor al alcohol, eso quería decir que había alguna otra sustancia en su sistema, se podía notar su euforia, pero no le dí importancia, ambos solo queríamos una cosa.
