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Aquella chica pelinegra nuevamente había caído en su adicción, pero esta vez todo lo estaba haciendo con cautela, mintiendoles a todos, demostrando que todo estaba bien cuando en realidad no era así

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Aquella chica pelinegra nuevamente había caído en su adicción, pero esta vez todo lo estaba haciendo con cautela, mintiendoles a todos, demostrando que todo estaba bien cuando en realidad no era así.

23 de febrero 2007

La pelinegra había llegado a Alemania esa misma mañana para el estreno del nuevo disco de los chicos.

Salió de su hotel y al llegar al lugar estaba inundado de medios de comunicación. Nuevamente, pasó al lugar sin hacer ningún tipo de fila, después de todo, un chico en específico había cuidado que aquella noche recibiera el mejor trato.

Había demasiada gente, en su mayoría, músicos y modelos, pero esta vez a Denisse solo le importaba una persona. Lo busco entre la multitud, pero cuando lo encontró no le agrado para nada lo que vió. Aquel chico con rastas tenía a su lado a una chica pelirroja, la cual trataba de llamar su atención, pero a él parecía no importarle, el guitarrista solo le prestaba atención a los miembros de su banda que estaban en los sillones de al lado. Denisse se dirigió hacia ellos con ciertas intenciones, provocar a aquel chico.

— ¡Denisse! — saludo el vocalista de la banda — ¿Te la estas pasando bien?

— Sabes que sí, Bill — contestó con una sonrisa, ella se sentó a un lado del guitarrista, quien ya tenía sus ojos puestos en ella.

— ¿Te gustó el disco? — preguntó Tom.

La pelirroja la miraba con enojo, a pesar de todos sus esfuerzos no había conseguido la atención del guitarrista, y ella con tan solo su presencia la había obtenido. Ese era el efecto que ella provocaba en él, aunque lo negara, desde que la conoció todo había cambiado, ninguna chica lo satisfacía como ella lo hacía, era como una obsesión para él.

— Me encantó — ella lo mira a de manera coqueta — Sobre todo Reden, es una canción increíble...

— Por supuesto que lo es, preciosa, yo mismo ayude en la composición — ella rió.

— Se notó en la letra — dijo con una sonrisa.

— Ya me voy — dijo la pelirroja levantándose de su asiento, pero nadie le hizo caso, ni siquiera notaron que se había ido.

[...]

Eran alrededor de las 2:00am, la fiesta había pasado a un ambiente descontrolado. Los cuatro chicos estaban disfrutando su éxito, pero el guitarrista de la banda parecía ser el más feliz de todos, con unas copas de más y también con un poco de droga en su sistema, al igual que la pelinegra quien ya hacía acorralada en una pared.


— Siempre que nos vemos me haces perder la cabeza, preciosa — susurró el chico de rastas en los labios de la chica — Aunque todavía nos debemos algo de la vez pasada.

— ¿A sí? — dijo la chica en un jadeo ya que el chico tenía su rodilla entre las piernas de ella haciendo movimientos circulares para estimularla un poco.

— Así es... — comenzó a dejar un rastro de besos en su cuello provocando que la piel de la pelinegra se erizara — También te sigo debiendo tu regalo de cumpleaños.

— ¿Y qué esperas para darmelo, Kaulitz? — dijo con una sonrisa ladina.

El mayor la tomó de la mano y se dirigieron a un tipo camerino que había en el lugar donde había sido su evento.

Al cerrar la puerta, él la llevó a uno de los sillones y siguió besandola de manera desesperada, bajo a su cuello dejando marcas en este, tomó sus piernas por debajo de su vestido y las abrió dándose paso entre ellas, siguió bajando hasta llegar a sus muslos comenzando a acercarse a su intimidad.

— Tom... — habló con dificultad la chica al ver las acciones del guitarrista. Sería la primera vez que haría eso con ella.

— Tengo muchos placeres reservados para ti, preciosa — sus ojos se oscurecieron.

Las manos del guitarrista que aún estaban dentro del vestido de la menor, deslizaron las bragas de la menor dejándola totalmente expuesta ante él.

La chica echó su cabeza hacia atrás al sentir el pulgar del guitarrista moviéndose de forma circular en su clítoris, pero todo su cuerpo se estremeció al sentir la lengua del chico en su intimidad.

Sus movimientos eran hábiles haciendo que la chica soltara gemidos descontrolados, haciéndola perder la cabeza.

Sin dejar de estimular con sus dedos la intimidad de la pelinegra, volvió a subir a sus labios, coloco su mano libre en su cintura y la recostó en el sillón colocándose encima de ella sin aplastarla.

Sus manos se deslizaron por todo su cuerpo con una mezcla de ternura y hambre, subiendo su vestido para deshacerse de él por completo. Sus dedos acariciando su espalda para desabrochar su sostén con facilidad.

Sus labios de dirigieron a los pechos de la menor, mordiendo y chupando estos a su antojo.

— Tom — jadeo — Por favor... Necesito más, necesito sentir tu calor... todo de ti — su voz estaba llena de deseo y desesperación.

Solo esas palabras le bastaron al guitarrista para complacer los deseos de la pelinegra.

Desabrocho sus pantalones para liberar a su miembro. Con una mano capturó las manos de la menor dejándolas arriba de su cabeza. Se colocó en su entrada y empujó lentamente hacia adentro disfrutando de cada sensación. Sus movimientos fueron lentos al inicio pero cada embestida se volvía cada vez más fuerte que la anterior, entregándole cada centímetro de sí mismo.

La posición de sus manos había cambiado, él había entrelazando sus dedos con los de ella. Se inclinó nuevamente hacia la pelinegra para unir sus labios en un beso ardiente y posesivo.

Ambos se habían perdido en el placer, concentrados en el placer que se daban el uno al otro, sus cuerpos ahora eran uno solo, ambos completamente perdidos en el momento.

Sus embestidas se vuelven urgentes, envuelto por el placer que lo atraviesa, la forma en que sus cuerpos se mueven en sincronía.

El control de ambos por liberarse comienza a perderse, ambos estando al límite. Con una última embestida una ola de placer recorrió sus cuerpos.

Al descender su euforia, vuelve a acercarse a los labios de la menor para capturarlos en un tierno y cálido beso, con sus corazones aún latiendo con intensidad. Se aparto un poco para encontrarse con los ojos marrones de la chica.

— Eres increíble, Deep...

— Ara —

Holaaa, espero les haya gustado este capitulo, una disculpa por la tardanza :(

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𝗣𝗮𝗶𝗻 𝗼𝗳 𝗹𝗼𝘃𝗲; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora