"𝗔 𝗺𝗶 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼 𝗱𝗼𝗹𝗼𝗿..."
Cuando se conocieron ambos buscaban lo mismo en el otro, ninguno podía sentir algún tipo de sentimiento por el otro, nunca se imaginaron estar completamente enamorados de alguien.
Pero con el tiempo todo cambia...
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Los meses siguientes se basaron en presentaciones y entrevistas, era como un bucle del cual no podía salir, era realmente agotador, pero cuando estas en este medio esto es lo que debes de hacer siempre.
Había regresado a mi vida de antes, olvidándome de lo que había pasado en Alemania.
Las calles de Londres se pintaron de blanco, la temperatura había disminuido, los días eran cortos y las noches largas, indicando que las fiestas ya estaban aquí.
La mayoría de gente pasaba estas fechas con su familia y seres queridos, pero nosotros no, o al menos yo no.
Cuando tu familia está expuesta al ojo público éstas eran las fechas en las que se les pagaba mejor por trabajar, mis padres estaban en Los Ángeles y a mí me habían invitado a un evento de fin de año en Londres donde habrían muchos artistas, nuevamente.
31 de diciembre 2006
La música tocada por la orquesta se escuchaba por todo el lugar.
Observaba por la ventana la nieve que caía con una copa de vino en mis manos.
– Buenas noches, preciosa – escuche una voz conocida detrás de mí.
– ¡Kaulitz!, nuevamente nos volvemos a ver – saludé a aquel chico con rastas – Yo sabía que no aguantarías otro mes sin mí – me burlé.
– Sigues creyendote importante, preciosa – contestó mientras jugaba con el piercing en su labio.
– Pues tu eres el que siempre aparece sin previo aviso – volví a reír – No pensé que te encontraría en este tipo de eventos – dije observando el traje que traía puesto, difícil de creer.
– Digamos que fui prácticamente obligado a venir – río y se colocó a un lado de mí para observar la nieve por la ventana.
– Nunca me imaginé verte con un traje – confesé.
– Yo tampoco preciosa, créeme – volvió a reír.
– Supongo que querrás quitartelo pronto – comencé a provocarlo.
– Eso es lo que más deseo – dijo colocando sus manos en mi cintura acercándome a él.
– ¿No vas a pasar año nuevo con tu hermano? – pregunté cerca de sus labios.
– Preciosa, he pasado 17 años con él, creo que puede darle la bienvenida a un nuevo año sin mí, además, los chicos están con él – dijo y por fin terminó la distancia que había entre nuestros labios – ¿Nos vamos?, ha pasado algo de tiempo desde la última vez, creo que hay que ponernos al día...
– Me parece perfecto – tomo mi mano y pasamos entre la gente para poder salir del lugar.
Nuevamente nos subíamos a una camioneta para dirigirnos al hotel donde yo me estaba quedando.
