Su siesta fue interrumpida por un fuerte sonido, no estaba seguro de qué había sido, pero debía buscar a su rubio en seguida.
—¿Qué ocurrió?— preguntó cuando vió al rubio sosteniéndose fuertemente del lavabo de la cocina.
—Nada... — la voz el rubio era débil, insegura y tembló al hablar.
Zoro ignoró el desastre del suelo, dónde había pedazos de vidrio por el vaso que se le había resbalado al otro.
—¿Estás bien?— se acercó lentamente. De repente comprendió que no debía dar movimientos bruscos.
El rubio evitaba en todo momento mirarlo directamente, y con una de sus manos trataba de tapar su rostro.
—No es nada...
Zoro no se acercó más de lo debido, no sabía lo que ocurría y no quería incomodar al rubio, pero permaneció cerca, bastante cerca.
Al pasar un par de minutos el peliverde comprendió que el rubio no expresaría su sentimiento de malestar si no insistía un poco.
Lo tomó lentamente del brazo y se terminó de acercar —¿Qué ocurre?
El rubio finalmente lo miró directamente, pero al instante su rostro empezó a tomar un color carmesí. Y en un movimiento brusco buscó alejarse del peliverde, chocando incluso con el refrigerador a su espalda.
Eso alertó al otro, así que se acercó incluso más despacio, ante la atenta mirada del rubio.
—¿No te sientes bien?— el rubio parpadeó rápidamente, y negó con la cabeza —entonces... ¿entonces qué ocurre?
El rubio parecía estar debatiéndose si expresarse o no. Tuvo que respirar profundamente varias veces y volvió a mirar al peliverde.
—¿Hay un puto lugar en esta casa donde no hayamos tenido sexo?
Pasaron varios segundos dónde ambos permanecieron en silencio. Todo estaba tan silencioso que incluso la pequeña gotera del lavabo parecía un sonido abrumador.
El peliverde pensó y tuvo que reparar varias veces la oración del rubio.
De repente, al comprender lo dicho, su rostro se torno completamente rojo, el cuál no sería difícil confundir con un tomate.—¡¿ESO ES LO PRIMERO QUE TENIAS QUE RECORDAR?! — gritó sin ser consciente del volumen de voz, obteniendo un rostro molesto del rubio.
—¡PUES YO NO ELEGÍ RECORDAR ESO!
Ahora ambos estaban avergonzados y evitaban mirarse directamente.
Después de unos segundos el rubio tomó la decisión de dejar la cocina, y lo hubiera hecho si no fuera por una mano que detuvo su andar. Miró al peliverde, que parecía haber actuado por instinto más que por voluntad, y se quedó estático cuando el peliverde se acercó más de la cuenta, al punto de estar a centímetros de tocarse.
El peliverde lo miró algo dudoso, pero notaba que su mirada se tornaba sería, muy en el fondo el rubio creyó ver una expresión de lujuria, pero debía ser su imaginación, ¿cierto?
Zoro se acercó aún más hasta atrapar la cintura del rubio y poder estar cerca de su oreja —Yo podría ayudarte recordar.
Su voz fue grave y salió en un susurro. De nueva cuenta el rubio estába avergonzado.
—¡Estás loco!
Hubo un nuevo intento de escape por su parte, y de nueva cuenta el otro se lo impidió. Parecía determinado a no dejar la conversación al aire.
—Si lo intentamos, podría funcionar.
Aquella afirmación del peliverde no convenció en nada al otro, pero, en el fondo se preguntaba "si ya había pasado más de una vez antes no debía estar mal hacerlo, ¿o si?".
Zoro vio luz verde de su "propuesta" cuando el rubio suspiró y dejó de tratar de alejarse. Tan solo se inclinó a su oreja nuevamente para volver a susurrar — ¿Qué es lo que recordaste?
—Estabas... estábamos besándonos ... aquí... en la cocina...
No esperó más y besó al rubio. Empezó lento, extrañamente parecía ser el primer beso de ambos. Sus corazones latían dolorosamente y sus respiraciones, por la emoción y el nerviosismo, se aceleraron.
Zoro estaba absorto en la calidez del otro, en el gusto que le provocaba semejante contacto y en cómo, poco a poco, el rubio empezaba seguir el beso, llevándolo a un nivel más intenso, más húmedo y más demandante.
Ambos se separaron cuando sus pulmones reclamaron por aire.
—Que... — susurró deplorablemente —¿Qué más recordaste?
—Me recargabas en la encimera y nos quitamos nuestras camisas...
Zoro así lo hizo, lo tomó de la cintura y lo colocó en la encimera, así se sacó la camisa esperando paciente al rubio, del cuál recibió una mirada hambrienta. Ambos ya sin camisas se observaron fijamente. El primero en hacer un movimiento fue el rubio, parecía no querer perder la oportunidad de explorar el cuerpo fuerte y fornido del otro.
Volvieron a besarse, y las caricias apasionadas no se hicieron esperar, las cuales iban aumentando de intensidad.
Ambos necesitaban más, ambos querían más, exigían más.
—Dime qué más — pronunció entre el beso, tratando de no parar el intenso contacto.
—Me llevabas al cuarto.
Lo cargó y el rubio se aferró a él con sus piernas.
El viaje al cuarto no fue fácil, en ese momento todo parecía ponerse en su camino. Tras varios choques y risas entre besos llegaron al dormitorio.
Una vez en la cama volvieron a mirarse expectantes, y para sorpresa del rubio, el peliverde se alejó un poco.
—¿De verdad quieres hacerlo?— aquella pregunta por parte del peliverde cortó un poco la atmósfera formada, pero ansiaba y necesitaba la aprobación del rubio.
El rubio suspiró y sonrió.
—Se me antoja que me cojas tan duro hasta que recuerde todas la noche que pasamos juntos.
[Próximo cap, contenido +18]
. N U E S T R O S . R E C U E R D O S .
. Z O S A N .
. 2 0 2 3 .
AnnSowi80

ESTÁS LEYENDO
Nuestros Recuerdos [Zosan]
Fanfiction[TERMINADA!] Verlo por fin despierto, después de dos semanas, hizo que Zoro suspirara aliviado. En los ojos del peliverde existía alivio y cansancio. Pero era extraño; Sanji, recién despierto, no transmitía lo mismo en su mirada, era algo completame...